Los estudiantes de 5 a 16 años, representan una población vulnerable a retrasos en su desarrollo, debido a pérdidas auditivas que pueden disminuir el rendimiento académico y afectar su presente y futuro, tanto profesional como social.
Es en la etapa escolar que el ser humano desarrolla la comunicación y el lenguaje a través de la audición binaural para desenvolverse como individuo y en sociedad; sin embargo, los estudiantes con alteraciones en la audición, como inflamaciones e infecciones en el oído o que usan reproductores de audio a alto volumen, entre otros factores, pueden ser vulnerables a retrasos en su aprendizaje.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 60% de las pérdidas auditivas en menores de 15 años se pueden prevenir con una atención en salud adecuada, aunque algunas veces no hay detección temprana.
“Es difícil que los padres de familia o profesores detecten si los niños entre los 5 y 9 años escuchan correctamente por los dos oídos, ya que a esta edad los menores no están tan alerta al funcionamiento de su cuerpo”, afirma María Piedad Nuñez, especialista clínica de Cochlear.
La OMS estima que más del 30% de las pérdidas auditivas en la niñez son consecuencia de enfermedades; el 17% de alteraciones perinatales; y el 4% de medicamentos otóxicos, con efectos nocivos sobre el oído.
Entre las enfermedades están la meningitis, el sarampión, la rubeola y las paperas; mientras que las alteraciones perinatales son resultado de virus o infecciones durante el embarazo o parto, y pueden conducir a pérdidas auditivas progresivas de aparición tardía. Almario también asegura que hay problemas de escucha adquiridos por infecciones, traumas, golpes y por exposición a ruidos fuertes en actividades deportivas o de recreación.
Riesgos en el colegio y consecuenciasDe acuerdo con los especialistas, en la edad escolar, los riesgos que pueden alterar la audición normal son:
- Otitis a repetición (inflamación de oído) sin manejo médico.- Golpes o fracturas en la cabeza.- Introducción de objetos extraños en el oído, como lápices, arena o partes de juguetes muy pequeños, en medio de actividades lúdicas.- Altavoces o clases de música con alta intensidad.- Uso de dispositivos de reproducción de audio a alto volumen.- Toxicidad por uso inadecuado de medicamentos.- Aulas de clase cerca de ambientes ruidosos, como aeropuertos, fábricas, talleres o calles muy transitadas.
La falta de atención a las pérdidas auditivas en la etapa escolar puede tener repercusiones en el presente y futuro, tanto social como profesional del estudiante, ya que esta condición causa demoras en el desarrollo del habla y el lenguaje; disminución del aprovechamiento escolar; aislamiento social; baja autoestima; y disminución en las posibilidades de empleo.
La fonoaudióloga Constanza Acevedo, presidente de la Fundación ECO, explica que dos oídos son mejor que uno, porque la imposibilidad de una audición binaural repercute en comportamientos inadecuados, como la indisciplina o falta de concentración, atención, memoria y motivación. “Las repercusiones de una pérdida auditiva dependen de la edad del individuo, el ambiente socio cultural en el que se desenvuelve y la atención que se le preste a las señales que presente. Uno de los signos, por ejemplo, puede ser la falla en la pronunciación de algunas palabras y hablar muy bajo o muy fuerte, por no escuchar su propia voz”, asegura Acevedo.
Importancia del diagnóstico correctoUna de las grandes limitaciones para detectar pérdidas auditivas en la etapa escolar es que los profesores y padres de familia suelen confundirlas con falta de atención a propósito por parte de los estudiantes, pues ellos, usualmente, no quieren llamar la atención por su condición y prefieren ubicarse al fondo del salón de clase para pasar desapercibidos.
No obstante, la incapacidad de escuchar correctamente por los dos oídos no sólo afecta su integración en el ambiente escolar, sino el rendimiento de su organismo, ya que, al recibir la información incompleta de sus profesores o compañeros, deben esforzarse el doble para alcanzar a escuchar, tomar apuntes y procesar la información al mismo tiempo, lo que se refleja en cansancio y dolores de cabeza.
