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Salud

Fonoaudiología: terapia que te ayuda a hablar

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Al principio muchos padres se enternecen o celebran que sus hijos hablen con la lengua ‘pegada’ y no es para menos, son sus primeras palabras, su inicio en el mundo del lenguaje. Sin embargo con el pasar de los años ya esto no causa tanta ‘gracia’; empieza la preocupación y la angustia.

La fonoaudiologa Claudia Patricia Cabrera, especialista en trastornos cognoscitivos del lenguaje y del aprendizaje, explica que desde el nacimiento  es inherente la necesidad de comunicarse y muchas veces esta manifestación se da a través del llanto, y si esto no sucede con el bebé se deben encender las alertas.“Hay niños que cuando están recién nacidos no lloran nada y si esto no pasa hay algo de más que está fallando y es a nivel neurológico, es decir, del cerebro”.

Existen otros indicadores que pueden llevar a los padres a cuestionarse si algo anda mal, como por ejemplo la ausencia de risa.

“Si los niños pequeños no sonríen,   no balbucean, no juegan con sus labios, no botan la saliva,  no miran la fuente sonora que los está llamando, se puede sospechar que tiene una deficiencia auditiva y eso ayuda a que el lenguaje no se manifieste, (estamos hablando de un niño entre los 7 y 8 meses), esas son cosas que se tienen que ir evaluando” explica Cabrera.

La fonoaudiologa agrega que también se debe estar muy atentos a los periodos del lenguaje, “que produzca silabeo antes de la palabra (pa-pa, ma-ma, te-te)  de ahí en adelante la palabra primitiva o frase  (mamá - agua, mamá - teté,) y esto debe ocurrir siempre en los primeros años de vida.  Un niño al  primer año debe estar diciendo entre 25 y 50 palabras”.

“Es que es muy consentido”

La especialista indica que es vital hablar y pronunciar bien frente a los niños, ya que ellos imitan su entorno, al pequeño que se le habla en diminutivo, aprende a hablar así.

“Hay muchos niños que hablan a medias porque el papá le habla a medias o porque algunos de sus padres tiene una dificultad articulatoria y la dejaron pasar y el niño imita esa habla. Culturalmente eso también está regido, como por ejemplo los del interior no se comen la S como los de acá (Cartagena) por lo que también se debe evaluar el entorno”.

Hay niños que se les desarrolla el lenguaje más que a otros y en la mayoría de casos son niños estimulados, por un papá, mamá u otro medio. Cabrera dice que los niños con padres  ausentes, que no conversan, son niños introvertidos, tímidos, que tampoco van a hablar, “todo lo quieren hacer con señas y eso no conviene”.

El hemisferio izquierdo es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, la escritura. Tambien es definido como el centro de la facultad de expresión.

Discapacidad Cognitiva

“Cuando estamos hablando de un problema neurológico, el habla es la primera manifestación, y eso perdura, los niños con limitaciones mentales tienen una habla diferente,  no en la expresión sino en la comprensión,  es menor la capacidad de razonar. Un niño con síndrome de Down también tiene una dificultad del habla, por su misma discapacidad cognitiva. Los niños con secuelas de parálisis cerebral están espásticos, ellos comen y hablan diferente y todo tiene que ver con la función oral. Son diferentes causas. La idea es que los padres de familia observen, compartan con sus hijos y comparen para ver las deficiencias”, explica Cabrera.

Motivos de consulta a fonoaudiología

- Si no comprende lo que el niño/a dice.

- Si omite o agrega sonidos a las palabras cuando habla o cuando escribe.

- Si tiene dificultad para pronunciar o producir algún sonido (vocal o consonante).

- Si tiene dificultades para leer o escribir correctamente.

- Si no demuestra intención de comunicarse con las demás personas.

- Si manifiesta que escucha mal o escucha la televisión a  volumen alto.

- Si se encuentra disfónico con frecuencia.

- Si no habla o habla muy poco después de los 2 años.

- Si respira con la boca abierta, babea y ronca.

- Si tose antes, durante o después de las  comidas.

- Si mastica con la boca abierta o necesita tomar líquido para tragar el alimento.

- Si el niño usa chupo u otro objeto que se lleve a la boca por tiempo prolongado, convirtiéndose en un hábito.

- Si presente dificultad a deglutir líquidos o sólidos.

 

Jhohan Andrés González en su terapia para mejorar pronunciación. Foto autorizada por los padres del menor. Aroldo Maestre Alcántara.
Jhohan Andrés González en su terapia para mejorar pronunciación. Foto autorizada por los padres del menor. Aroldo Maestre Alcántara.
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