Un nuevo escándalo se desató en Montería, luego que se conociera que en un grupo de Telegram están subiendo videos íntimos de mujeres, sin ningún tipo de autorización para ello.
La denuncia la hizo Raquel Pacheco, directiva del colectivo Caribeñas, señalando que el grupo lo integran distintas personas de la sociedad monteriana, especialmente hombres, entre los que se encuentran docentes, políticos y empresarios. Sugiero leer: Video: la verdad sobre video porno en el que involucran a Aida Victoria
Pacheco indicó que eso es un delito y que la sentencia T-061 de 2022: La Sala Novena de Revisión de la Corte Constitucional, con ponencia del magistrado Alberto Rojas Ríos, legitimó el escrache feminista como una forma de visibilizar denuncias de casos de violencia basada en género en redes sociales e Internet.
El colectivo denunció además que en el grupo hay un sicólogo, que trata de "perras" a las mujeres que aparecen los videos que difunden en el mencionado grupo, funcionario del Sena de Córdoba y docentes universitarios.
Pacheco dijo que si bien es cierto que algunas de las mujeres que aparecen en los videos fueron pareja de algunos de los integrantes y se dejaron grabar teniendo relaciones íntimas, también lo es que no tienen ningún derecho a hacerlos públicos, con consentimiento de ellas.
También dijo que para el caso particular de personas que se involucren con la distribución de material explícito e íntimo, sin autorización, y lo divulguen en internet, existe el artículo 226 del Código Penal Colombiano, en el que se habla de la injuria por vías de hecho.
"La situación aquí es más grave porque están atentando contra un sujeto de especial protección, como son las mujeres, quienes por medio de la Ley 1257 de 2008, pueden tomar medidas de sensibilización para prevenir y tomar acciones que busquen la sanción social de esta violencia machista", reiteró Pacheco.
La denuncia ha generado múltiples comentarios en las redes sociales. Algunos cuestionan a las mujeres que se dejaron grabar, indicando que esa es una especie de sanción moral, pero hay múltiples críticas a la difusión de ese tipo de contenidos, aduciendo que alimentan el morbo.
"Esto es lo que hay que hacer para que las mujeres sientan que están respaldadas de alguna manera", dice uno de los comentarios de una tuitera que se identifica como Lila Morillo.
Otras denunciaron con nombre propio las cuentas de dos de los integrantes del grupo de Telegram, situación que prendió las alarmas, pues varios de ellos son personas muy reconocidas en la ciudad.