El día del encuentro su rostro se iluminaba. Su limitación, producto de poliomielitis que sufrió cuando era niño, era pequeña comparada con las ganas de aprender a leer y a escribir, pues no quería seguir siendo ese zapatero iletrado del pueblo.
No puede caminar, pero sacaba su triciclo, de color azul, el cual se había convertido en sus piernas, y emprendía una larga travesía, que duraba aproximadamente 40 minutos, desde Maracayo hasta el corregimiento de Los Gómez, ubicado en la zona rural del municipio de Lorica, margen izquierda del río Sinú.
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Luis Ramón Llorente López no le temía a la lluvia. Su espíritu, forjado en el campo, es fuerte, como sus manos, esas que utiliza para mover las ruedas de su medio de transporte. Cada semana, el encuentro con la profesora María Pastrana, era sagrado. En ella había depositado la confianza para que lo ayudara a aprender a leer y a escribir su nombre.
Este campesino cordobés forma parte de los 16 adultos, mayores de 58 años, que recibieron grado en el marco del proyecto Estrategia de Alfabetización de la Universidad de Córdoba, que coordina el profesor Mauricio Burgos Altamiranda, del programa de Literatura y Lengua Castellana.
“Estoy agradecido con este programa, que me encontró en mi humilde casa en Maracayo, donde arreglo zapatos para subsistir. Le puse corazón desde el comienzo a cada una de las clases de la profesora María Pastrana y ahora con emoción tengo que decir que aprendí a firmar mi nombre, a leer y ahora soy otra persona”, dijo en medio de la emoción que le producía tener el diploma en sus manos.
Su historia de vida fue exaltada en medio de la ceremonia que se llevó a cabo en el mismo lugar, en el que se dieron cita por espacio de varias semanas, esas que extrañará ahora que culminó el proceso, sin importar las vicisitudes o condiciones que impone la vida.
Explicó que con este grupo de Los Gómez, la universidad completa 1.220 adultos alfabetizados, en 20 municipios de departamento en dos años. "La estrategia se deriva de la alianza social Córdoba Transformada, que surgió en 2018 como una agenda que propone el compromiso interinstitucional por ayudar a superar las principales problemáticas de la región, en materia de analfabetismo, primera infancia, seguridad alimentaria, entre otros componentes enfocados hacia las comunidades menos favorecidas".
Sostuvo además que esto no ha sido un acto sólo de aprender a leer y escribir, sino que es un acto de reconocimiento de derechos vulnerados históricamente. "Ese es el mensaje para el Estado local y nacional, que hay que volcar las capacidades a los territorios, porque, cuando a una sociedad se le vulneran sus derechos la dignidad humana se diluye, deja de existir”, precisó Torres.
La ceremonia de certificación contó con el acompañamiento de Luis Mauricio Julio, delegado del Ministerio de Educación Nacional, quien destacó el esfuerzo y la motivación para tolerar y soportar todos los inconvenientes a lo largo del proceso, hasta ir sumando los logros que significan cada momento de graduación.
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Del grupo de Luis, el hombre del triciclo, también hicieron parte Elsa Gómez Monrroy, Gregoria Ferreira Orozco, Ramón Hernández Martínez, Visitación Contreras Hernández, Lili Ortega Negrete, Virginia González Doria, entre otros, quienes con toga y birrete dijeron sentirse ahora como unas personas diferentes.
Cada uno de ellos recordará el cariño con el que la profesora María les enseñaba, el rico café, preparado en hornilla, que compartían durante las sesiones académicas, el olor a campo, la fuerza del río Sinú y especialmente, la tenacidad de los campesinos que le apostaron a una nueva forma de vida.