Andrés Álvarez, un nativo de San Antero, municipio costanero de Córdoba, tenía que buscar la forma de recuperar el dinero que había invertido en la compra de acetaminofén para superar los dolores que le producía el Chikungunya, enfermedad transmitida por el Aedes. Fue esa la motivación que tuvo para disfrazar a su burro del mosquito que le había causado molestias durante los últimos cinco meses.
Y nada más atinado. El “Chicumburro” se convirtió en el ganador de la versión número 28 del Festival Nacional del Burro, evento que se ha convertido en la mejor oportunidad para parodiar la realidad nacional.
“A cualquier casa que yo iba había alguien con la enfermedad y eso me inspiró para vengarme del mosquito que tanto daño nos ha causado en San Antero, en Córdoba y en el País”, dijo el dueño del ejemplar ganador, quien diseñó las alas y el pico que tanto pánico ha suscitado en la región Caribe.
Ganó a 15 burros inscritos que llamaron la atención de cientos de turistas y locales que se agolparon en la plaza principal para ver el desfile que finalmente termina con la quema de Judas, como castigo por la traición que le hizo a Jesús.
Le ganó por ejemplo al burro “Tu cara me suena” que parodiaba y se mofaba del programa de la televisión colombiana, con cada uno de los personajes que lo integran, el cual quedó en segundo lugar. También le ganó al “Burro Vaticano” que fue traído desde Medellín por Julián Barrientos, un paisa que decide participar en la fiesta de la Semana Santa en ese balneario cordobés.
El burro “No más secuestros” ocupó el cuarto lugar. A través del disfraz se hizo un llamado vehemente a la paz de Colombia y se pidió a los violentos dejar de causar más dolor al retener a los colombianos en contra de su voluntad. Róger Campo, su propietario, dijo que estos escenarios son importantes para hacer un llamado a la reconciliación del país.
El quinto lugar lo ocupó el burro “San Pretelt”, a través del cual se hizo una sátira del escándalo que se presentó en la Corte Constitucional con el magistrado Jorge Pretelt Chaljub.
El jurado calificador estuvo integrado por Pedro Mogollón Rodríguez, Yina Vergara Buelvas y Arturo José Torres, quienes analizaron la connotación de cada uno de sus disfraces, el ingenio y la originalidad.
San Antero es una localidad cordobesa en la que el burro tiene un significado muy especial. Es un animal utilizado para las labores diarias en el campo, pero con la realización del festival se ha pretendido crear conciencia entre sus propietarios para que le den buen trato.
Un homenaje al más fiel
Hay por lo menos 1.500 burros y de ellos cerca del 50 por ciento participan en la burralgata, que se ha convertido en uno de los principales atractivos durante la Semana Santa. El objetivo de esta singular fiesta aún sigue vigente tal y como lo planteó hace 28 años el docente Cristóbal Correa Carvajal, a quien se le ocurrió hacer un festival que rindiera un homenaje al más fiel de los animales de carga.

