El representante a la Cámara por el departamento de Córdoba, Eduardo Tous De La Ossa, le reclamó al Gobierno nacional más vigilancia, control y seguimiento a las licencias ambientales que se otorgan en el país relacionadas con sustancias químicas.
Tous de la Ossa se dirigió al director de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, Fernado Iregui Mejía, exigiendo mayor rigurosidad en la expedición de esas licencias para contribuir a un verdadero desarrollo sostenible.
“El Gobierno nacional debe verificar si la ANLA está cumpliendo con su misión, específicamente en relación a las licencias otorgadas y el seguimiento a dichas licencias, de productos químicos de uso agrícola, veterinario, doméstico e industrial”, dijo el Representante a la Cámara.
“Esta labor es fundamental, debido a la naturaleza misma de dichos productos químicos, que básicamente son venenos, tanto para nosotros, como para la fauna y flora del país, se debe realizar un minucioso estudio y evaluación de esta función que cumple la ANLA”, precisó Tous De La Ossa.
Aclaró que no se trata de satanizar este tipo de sustancias químicas, pues muchas son necesarias para que los cultivos sean productivos o para controlar y erradicar ciertos tipos de plagas, pero insistió en que no hay que olvidar lo que estas sustancias le provocan al medio ambiente y a las personas.
“Es transcendental revisar si la ANLA, posterior a la expedición de las licencias ambientales o sus dictámenes técnicos para la importación o elaboración de productos químicos y en su labor de hacerle seguimiento y vigilancia a esos licenciamientos, está realizando los estudios necesarios, apoyados en entidades como el Ministerio de Salud, para determinar los efectos que a corto y largo plazo le están produciendo a la salud de los colombianos este tipo de sustancias químicas”, señaló el Representante.
Pidió que se destinen mayores recursos técnicos por parte de la ANLA para hacerle un mayor control y seguimiento a las licencias que concede a este tipo de productos y tratar de mitigar los daños que estos causan y, de no ser posible eliminar o minimizar esos daños, se deben negar las licencias ambientales y tratar de buscar alternativas al uso de esas sustancias.
