En el departamento de Córdoba, dos de las haciendas que estuvieron bajo el control del jefe paramilitar Carlos Castaño Gil no han sido entregadas para reparar a las víctimas, aunque fueron ofrecidas en Justicia y Paz.
Se trata de las haciendas Los Campanos y Jaraguay, en Valencia, ofrecidas por el exparamilitar Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’, que hoy son ocupadas por Luis Gómez Martínez, suegro de Castaño, quien estuvo preso en el 2008 por narcotráfico y lavado de activos.
Como propietaria de las fincas está Kennia Gómez, la última esposa de Castaño y quien se fue a vivir a Estados Unidos tras el asesinato del paramilitar.
Según un informe publicado por el diario El Tiempo, a pesar de las negativas del suegro de Castaño para entregar las tierras, la Unidad de Víctimas hizo una subasta para entregarlas a un arrendador que las pusiera a producir.
El ganador fue Luis Enrique Castellanos Salcedo. A regañadientes, Gómez aceptó que Castellanos entrara a las tierras y ubicara 150 de sus reses, pero dos meses después el ganadero fue asesinado.
Su cuerpo fue hallado cerca de las propiedades en disputa, con impactos de bala y señales de tortura.
Por cuenta de esas amenazas las 13 fincas que ofreció ‘Monoleche’ para reparar a las víctimas siguen sin arrendatario.
“Existe temor de la gente en arrendar los bienes en esa región. Después del asesinato de Castellanos”, afirman funcionarios del Fondo tras señalar que “la situación en la región está tan compleja que no hemos podido volver porque la Fiscalía nos recomienda no acercarnos y la Policía también nos dice que por el momento no es prudente ir a la zona”.