El municipio de San Juan de Nepomuceno fue el epicentro del VII Foro sobre Posacuerdo en el Caribe Colombiano, evento organizado por la Universidad de Cartagena a través del Instituto Internacional de Estudios del Caribe (IIEC).
En el espacio se compartieron reflexiones y análisis sobre la implementación del posacuerdo y los desafíos que persisten, tras cumplirse nueve años desde la firma de las negociaciones entre el Gobierno de Colombia y las Farc. Lea: VII Foro sobre Posacuerdo en el Caribe será en San Juan Nepomuceno
La instalación estuvo a cargo del vicerrector (e) Alfonso Arrieta, quien reiteró el compromiso de la Universidad de Cartagena con este tipo de espacios; el obispo de la Diócesis de Magangué, monseñor Ariel Lascarro, quien hizo un llamado a la paz; y el profesor Amaranto Daniels, director del IIEC, quien habló sobre cómo este foro se ha ido consolidando como escenario de reflexión académica.
“Se rescata la asistencia promedio de 50 personas en el auditorio, en su mayoría estudiantes del Centro Tutorial de San Juan Nepomuceno de la Universidad de Cartagena, docentes de las diferentes instituciones de los Montes de María, y campesinos que con sus aportes enriquecieron esta séptima versión del foro”, destacó Daniels.
En el espacio se llevaron a cabo múltiples ponencias sobre aspectos como el nuevo ciclo de violencia que atraviesa el Caribe colombiano y el papel que están jugando las organizaciones y movimientos sociales en el territorio.
El nuevo ciclo de violencia en el Caribe colombiano
Sobre el nuevo ciclo de violencia se expuso que hoy en día, en el Caribe hacen presencia algunos carteles de narcotráfico transnacional, operadores nacionales y más de 20 bandas locales o estructuras criminales que vienen afectando la convivencia, la tranquilidad y que lideran un grupo de economías ilegales, asociadas a la minería, el contrabando, la extorsión, la trata de personas y el lavado de activos.
“Este nuevo ciclo de violencia está asociado a factores como la subordinación de lo público a través de intereses estatales, la suplantación de la autoridad de la fuerza pública, una grave cooptación del Estado y una reconfiguración del Estado territorial”, aseguró Daniels.
Esta situación es más crítica en regiones como el sur de Bolívar, el sur de Córdoba, la Sierra Nevada de Santa Marta y los Montes de María, donde las estructuras criminales han tomado fuerza deslegitimando al Estado. Lea: Defensoría del Pueblo lanza nueva alerta por crisis humanitaria en el sur de Bolívar
“Esto preocupa en el futuro inmediato en lo relacionado con la puesta en marcha de reformas que profundicen la descentralización, como la ley de competencias y la cesión de mayores recursos a los entes territoriales”, puntualizó.
Así mismo, se profundizó en este nuevo ciclo de violencia en entornos urbanos como el de la ciudad de Sincelejo, donde hay una gobernanza criminal de bandas y estructuras locales que se aprovechan de aspectos como el desempleo juvenil y la ausencia de oportunidades de educación para avanzar en el reclutamiento de jóvenes y fortalecerse, algo que representa graves amenazas a la institucionalidad.
Finalmente, se presentó un análisis jurídico sobre las políticas de control de criminalidad y seguridad en Colombia, observando que muchas van en detrimento de la política social para determinado sectores vulnerables sin garantías de un acceso efectivo a la justicia para la población.
Apuestas político-institucionales por la paz
En el espacio también se reflexionó sobre las acciones que se están dando desde lo institucional en el marco del posacuerdo. En este sentido, se habló de que si bien se han entregado más de 700 mil hectáreas de tierra a campesinos en este período, persisten impedimentos jurídicos para la adjudicación de baldíos a firmantes del proceso de paz y a campesinos. Para esto, se hizo un estudio del caso de Puerto Libertador (Córdoba).
De igual manera, la Red Propaz contribuyó con un análisis sobre las lecciones aprendidas de las curules de paz, que si bien fueron creadas para que fueran un escenario de reparación política y de profundización democrática, terminaron siendo un “ejercicio fallido capturado por los clanes políticos tradicionales”.
En este sentido, se plantearon nuevas opciones para fortalecer la cultura política en los territorios y que esas curules de paz realmente puedan cumplir con su propósito.
Así mismo, se presentó un análisis sobre al inversión del Estado en los Montes de María a partir del posacuerdo, demostrando que algunas prácticas de clientelismo, corrupción e inoperancia han afectado el progreso de la región en los últimos años.
“Aquí también hay un llamado a la ciudadanía montemariana para ejercer un control en la defensa de los bienes públicos y del presupuesto, pues según el Departamento Nacional de Planeación, el desempeño fiscal de las administraciones territoriales es precario y por ello la mayoría de los municipios no son viables”, afirmó Daniels.
Experiencias y aprendizajes de paz en el Caribe
En el foro también hubo lugar para compartir experiencias y aprendizajes sobre la paz en el Caribe. Uno de ellos tiene que ver con las mujeres campesinas de los Montes de María y de la zona del Canal del Dique, quienes han venido rescatando la vocación del territorio con más de 200 patios productivos que además permiten garantizar seguridad alimentaria y la generación de ingresos.
De igual forma, la Corporación Desarrollo Solidario habló de la escuela itinerante para aclimatar la educación en temas como convivencia, manejo de conflictos, perspectiva de género y derechos humanos, en la cual participan más de 400 personas.
Otro proceso a destacar es la transición minero-energética en el Cesar como parte del Programa de Desarrollo y Paz en el marco de una gobernanza colectiva que también busca el rescate de las vocaciones y oportunidades para la población.
Por su parte, los docentes hablaron de las acciones pedagógicas y didácticas de resistencia y transformación que están realizando en el territorio montemariano, con un laboratorio de memorias vivas en el territorio dirigido a los jóvenes.
“Estas experiencias muestran cómo la juventud montemariana está logrando conocer desde la educación, con una pedagogía crítica, la dinámica de los ciclos de violencia, reconstruyendo hechos que permiten una enseñanza para la no repetición”, puntualizó Daniels. Lea también: Desde Montes de María, presentan Agenda Transformadora para la Paz
En el evento se destacaron estos esfuerzos como un importante factor de construcción de confianza que incluso dan pie para el diseño de políticas públicas territoriales.
Jornada cultural en el VII Foro sobre Posacuerdo
En el encuentro también se destacaron muestras culturales del territorio en las que jóvenes estudiantes de los Montes de María de la Universidad de Cartagena presentaron danzas con ritmos típicos como el bullerengue y la gaita. Incluso, se realizó una obra de teatro por parte de un grupo de egresados sobre el despojo de tierras.
El espacio fue calificado como elemento fundamental que le dio un valor agregado a esta séptima edición del Foro sobre Posacuerdo en el Caribe Colombiano.