Este sábado, 2 de agosto, la Gobernación de Bolívar entregó oficialmente las llaves de nuevos hogares a 31 familias vulnerables ubicadas en el sector de Villa Estadio, en el municipio de San Cristóbal.
El proyecto, que transformó un asentamiento informal en una comunidad digna, representa mucho más que una solución habitacional, pues un nuevo modelo de desarrollo social y un atractivo turístico comunitario que comienza a generar ingresos para sus habitantes, debido a la integración del arte, la historia y la identidad local.
El proyecto se centró en la construcción de 31 viviendas nuevas, cada una con dos habitaciones, sala, cocina-comedor, baño y patio, Además, con la prestación de servicios públicos esenciales como energía eléctrica, acueducto, redes hidrosanitarias y alcantarillado.
Las calles internas del sector están pavimentadas y las fachadas de las casas están embellecidas con murales artísticos que retratan frutas, animales, escenas del campo y elementos de la historia local, aportando valor estético y promoviendo el interés turístico en la zona. Le puede interesar:
Así lucen las casan el sector de Villa Estadio, en San Cristóbal (Bolívar)
Caminar hoy por este nuevo barrio es descubrir un lugar lleno de color y esperanza. Donde antes había cambuches y precariedad, hoy hay hogares dignos y familias agradecidas.
María Ángela Rodríguez, vendedora de bollos de mazorca y fundadora del asentamiento, relata cómo comenzó todo:
“Estaba en mi cambuche y vi movimiento en el Sacúdete. Pensé que estaban buscando a alguien acusado de abuso porque llegaron muchos policías y carros. Salí a buscar a mis hijos y me encontré con el gobernador. Me dijo: ‘Yo soy su gobernador’, y me preguntó qué necesitábamos. Le conté cómo vivíamos y me pidió que lo llevara a ver con sus propios ojos. Lo hice, y al ver nuestras condiciones, nos prometió que nos construiría unas casas.”
Y cumplió. Una semana después, una comisión hizo un censo y comenzó el proceso. Las casas no fueron prefabricadas, como muchos pensaron, sino de material resistente.
“Hoy cambiamos el plástico por bloques, el zinc por tejas. Ya tenemos cocina, baño, habitaciones. No se puede comparar un cambuche con lo que tenemos ahora”, agregó María Ángela, visiblemente emocionada.