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Estrellas de bolsillo: las bolas de candela en El Carmen de Bolívar

En los últimos 100 años, el municipio celebra sus folclóricas Fiestas de la Virgen del Carmen. Una tradición de procesiones, cabalgatas y bolas de candela.

Estrellas de bolsillo: las bolas de candela en El Carmen de Bolívar

Fiestas de la Virgen del Carmen, en El Carmen de Bolívar. // Foto: Luis Herrán.

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Desde la bajada en la empinada loma de Las Animas, en San Jacinto, el cielo es una fiesta de luces. Como si el mismo Dios le hubiera regalado 200 soles, pequeños y envueltos en alambre, al pueblo de los Montes de María que tiene su propia virgen: El Carmen de Bolívar. La llegada a Gambote es eufórica.

Los caballos enjaulados por semanas en fincas cercanas al pueblo son dueños de la calle. Trapos blancos y sombreros vueltiaos adornan las principales entradas al pueblo, y entre porros y música de acordeón, retumban los calurosos y familiares “wuejei” que dan la bienvenida a los carros y motos que logran esquivar a los jinetes para llegar cuanto antes a la Plaza Central. Lea también: Así será la procesión náutica en homenaje a la Virgen del Carmen

Procesión en El Carmen de Bolívar por las fiestas de la Virgen del Carmen. // Foto: Luis Herrán.
Procesión en El Carmen de Bolívar por las fiestas de la Virgen del Carmen. // Foto: Luis Herrán.

La llegada a El Carmen de Bolívar

El pueblo está encendido. Faltan escasos tres días para el 16 de julio. Me recibió María Martínez, la seño Mayo, una maestra artística tan carmera como la chepacorina, guardiana de la tradición y devota de la chica guapa y morena que es patrona de su tierra.

Después de ponernos al día con sabores y memorias, esteras recortadas de saco, metros de alambre negro tiznado por la brasa y dos botellas de gasolina se adueñaron de la terraza de su casa en Las Palmas. No se necesita más que amor por la tradición para hacer los pequeños soles que iluminan las noches de fiesta en El Carmen.

Las esteras de saco rápidamente se convierten en pelotas de juguete con la ayuda del alambre quemado, y dos inyecciones generosas de gasolina son suficientes para encender las históricas calles carmeras con tradición viva.

Bolas de candela en El Carmen de Bolívar. // Foto: Luis Herrán
Bolas de candela en El Carmen de Bolívar. // Foto: Luis Herrán

Un nuevo día en El Carmen de Bolívar

Hoy es el séptimo día que las bolas de candela alegran la agenda. La primera noche fue el 7 de julio, cuando empiezan las novenas. Y aunque hace cien años, cuando por primera vez se escribió la historia de estas estrellas de bolsillo, sólo se encendían en la Plaza Central, el ritual de hoy anticipa a la Virgen hasta después de su día.

Nos tiramos a la calle con fuego en los pies. Antes de llegar al Centro, el corazón de las fiestas, me hacen una inducción para principiantes ¡Vamos a jugar con candela! En este partido sólo hay delanteros, y todos apuntan al mismo arco. Después de dos toques se que tendré que decirle adiós a mis zapatos, cero aptos para este juego; y luego de deshacer entre cinco un par de esferas de fuego, descubro que estoy listo para el último baile de estas suelas tiznadas.

En el camino al Centro las casas están adornadas por bolas de candela, como en gajos de corozo. Toda rama es palma durante el trayecto. Una cabalgata en reposo anuncia la llegada. Detrás de los caballos sucede una fiesta ardiente y calurosa. Como una lluvia de estrellas fugaces, las bolas de candela sobrevuelan cabezas, carros, motos, casas; y desaparecen entre un tumulto de gente como inmunes al fogaje. Dice la seño Mayo que no es insensibilidad al calor, sino sensibilidad a la vida. Nos adentramos como pudimos hasta poder llegar al antiguo Teatro Santa Fé. Todas las esquinas están atiborradas; y como adorando lo Divino, todas las miradas apuntan al cielo. Me atrevo a asegurar que a esa hora en el mundo, no había lugar más feliz que ese.

Fiestas de la Virgen del Carmen en El Carmen de Bolívar. // Foto: Luis Herrán.
Fiestas de la Virgen del Carmen en El Carmen de Bolívar. // Foto: Luis Herrán.

Un meteorito aterriza en mis pies. “El que asusta se quema”, la frase que la seño Mayo me dijo minutos antes me estremeció la cabeza, y en un parpadeo devuelvo la bola. Fue más grande el impulso. No voló, no chispeó, no quemó, pero me sentí parte. Le puede interesar: Conozca la agenda de Cartagena para celebrar a la Virgen del Carmen

La noche siguió la fiesta, y como hace más un siglo, en 1906, cuando por primera vez la patrona morena visitó estas tierras desde Barcelona, y los restos de antorchas que alumbraron su camino a la Iglesia dieron vida a la tradición, las calles de El Carmen de Bolívar la festejan a candela viva.

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