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Bolívar

La fe alejó de la política al padre ‘Fercho’, párroco de San Juan Nepomuceno

Pese a su gran elocuencia para hablar en público y su experiencia cercana con la política, el padre ‘Fercho’, eligió usar sus dones para servir a Dios.

La fe alejó de la política al padre ‘Fercho’, párroco de San Juan Nepomuceno

Fernando Antonio Villafañe Pacheco, conocido popularmente como el padre ‘Fercho’, dirige desde hace tres años la parroquia de San Juan Nepomuceno. // Julio Castaño - El Universal

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Antes de ser sacerdote, Fernando Antonio Villafañe Pacheco fungió por un día como gobernador de Bolívar, tuvo asiento en la Asamblea Departamental, fue alcalde municipal y paseó por los pasillos del Congreso de la República.

El padre ‘Fercho’, como lo conocen popularmente, nació hace 33 años en el barrio Las Brisas del municipio de Arjona. Le recomendamos: Los secretos de ‘Carmita’ con el buñuelo de frijol en Arjona

Siguió los valores inculcados por sus padres Fernando Villafañe y Elvira Pacheco. Siempre se caracterizó por su elocuencia y capacidad para desenvolverse en un mundo donde sus palabras podían llegar a impactar significativamente en la vida de los demás.

Una infancia marcada por el liderazgo

El padre ‘Fercho’ se ordenó como sacerdote el 12 de diciembre de 2017. Al hacer memoria sobre su infancia, recuerda que al iniciar su educación primaria la licenciada Elvia Martínez, rectora de la Institución Educativa República de Colombia, lo tomó de la mano y lo impulsó a abrirse en diferentes espacios. Siempre mostró interés por el estudio, logrando colgarse las medallas de honor por buen rendimiento académico y ganándose el aprecio tanto de docentes como de compañeros de clases.

“Siempre me gustó el estudio, leía bastante. A los 10 años mucha gente me consultaba y yo les ayudaba a liderar procesos educativos. Mi casa era como la segunda escuela. En horas de la tarde los amigos del curso me visitaban y nos poníamos de acuerdo en las tareas de español y matemáticas, entre otras materias. Entonces estaba en quinto de primaria. Siento que ese era el inicio del proceso en el que Dios me estaba moldeando para que moviera masas. En ese orden y aprovechando el don de la fluidez para comunicarme con los demás, la rectora del plantel donde estudiaba me propuso que fuera el personero estudiantil en el 2002, configurando así el deseo de servir a los demás”, recuerda el padre.

Su paso por la política

El sacerdote cuenta que en ese mismo año para la celebración del Día del Niño y en cumplimiento a lo ordenado por el presidente de la época Andrés Pastrana, el mandatario de turno del municipio de Arjona, Carlos Tinoco, invitó a su despacho a todos los personeros de los colegios oficiales y privados de Arjona, y en aras de fortalecer su compromiso con la niñez, sorteó los cargos administrativos del municipio.

Al padre ‘Fercho’ le tocó ser el alcalde infantil por el período de un año. Recuerda que asistió a diversos eventos y le correspondía intervenir en temas relacionados con el bienestar de los menores.

También recuerda que mediante una invitación que hizo la Presidencia del Congreso de la República al municipio de Arjona, fue escogido para representar a la niñez en una sesión especial que el cuerpo legislativo había organizado.

“La misión que llevamos fue visibilizar a los niños y ser la voz de ellos en el Gobierno para que nos tuvieran en cuenta en la protección de nuestros derechos. Así mismo, exigir el apoyo a los procesos educativos y en las áreas de salud, deporte y recreación”, contó.

La Asamblea Departamental también le abrió las puertas por un día en el que fungió como diputado. De igual forma, el gobernador de Bolívar de ese entonces, Luis Daniel Vargas, hizo lo mismo y lo sentó en su silla como mandatario seccional.

El camino a ser sacerdote

En 2004, Zoraida Correa, como alcaldesa de Arjona en ese entonces, lo invitó a compartir sus experiencias en un programa institucional que se emitía en el canal Teledique.

“Cuando finalizó el programa, el rector del Liceo Paternina me contactó y me felicitó por la labor que estaba desarrollando. De la misma manera, me invitó a una reunión en su oficina. Recuerdo que me obsequió una beca para estudiar el bachillerato en el plantel de su propiedad y mi rendimiento fue bueno. Esa vez me postulé para personero estudiantil y volví a ganar. Cuando logré graduarme, ya tenía proyectado estudiar Medicina. En dos ocasiones presenté los respectivos exámenes de rigor para el ingreso a la Universidad de Cartagena y lo logré. Seguí preparándome y un día descubrí el gran propósito que Dios tenía para mí. Él me puso en todos los caminos y movió todo para que la gente me siguiera promoviendo esa capacidad de expresión a través de la oratoria y fue ahí donde capté que los planes de Él son perfectos y que me moldeó a su manera para que dirigiera su iglesia. A pesar de gozar de un significativo manejo de público en un escenario, no me gusta el ejercicio de la política”, aseguró.

El padre 'Fercho' fue un líder durante su época estudiantil. // Julio Castaño - El Universal
El padre 'Fercho' fue un líder durante su época estudiantil. // Julio Castaño - El Universal

Ante el llamado a la Iglesia, el hoy padre se entregó a sus estudios para ser sacerdote.

Durante la visita que hizo el papa Francisco a Cartagena en 2017, se desempeñaba como diácono y fue convocado para integrar el grupo principal de asistencia del pontífice en la ceremonia realizada en Cartagena, en el muelle de Contecar.

“Fue una alegría inmensa estar allí junto con otros tres compañeros, una experiencia exitosa en nuestra vida”, recuerda.

El padre 'Fercho' junto al papa Francisco, en 2017.
El padre 'Fercho' junto al papa Francisco, en 2017.

El presente

El padre ‘Fercho’ desde hace tres años dirige la parroquia de San Juan Nepomuceno, lugar donde dice sentirse feliz porque la gente es muy servicial, alegre y conserva los valores. Dice además que es un regalo de Dios estar en ese pueblo.

Reitera que su misión está en compartir los momentos de la vida, en la alegría, en el dolor, en la muerte y en la enfermedad, bajo el don de servir a los demás y más aún cuando transmite la palabra a quien llega cansado a buscar un apoyo y él se convierte en una voz de esperanza.

De la misma manera, dice que le duele ver cómo los jóvenes no están en buenos caminos e insiste en que es importante que las familias no pierdan el horizonte, que es tiempo de vivir en la esperanza y que sin Dios todo es tinieblas. “Es hora de rehabilitarse y cambiar de vida. La violencia no es el camino a nada, la felicidad no está en el placer, es descubrir la felicidad en Jesucristo. Es bueno servir a Dios”, finalizó.

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