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Miguel Ángel, el hombre más longevo de Arjona, cumplió 105 años

Miguél Ángel Martínez, con 105 años, es el hombre más longevo del municipio de Arjona. Con lucidez, aún recuerda sus anécdotas.

Miguel Ángel, el hombre más longevo de Arjona, cumplió 105 años

Miguel Ángel Martínez, el hombre más longevo de Arjona. // Julio Castaño - El Universal

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En la mente de Miguel Ángel Martínez, el hombre mas viejo de Arjona, con 105 años, se guardan los recuerdos de haberse metido a las corralejas, de comer guartinaja, de beber agua sin tratar, de montarse en el tren de la época, emborracharse con ñeque, vivir sin fluido eléctrico y caminar tres horas para ir a la parcela donde conseguía los productos de pancoger.

Cuando cumplió 14 años por poco lo embiste un toro y esa anécdota la mantiene como un trofeo, aunque desde entonces juró que nunca volvería a meterse a una corraleja. Por esa travesura le tocó soportar los regaños y varazos que con una rama de tamarindo le dieron sus padres, Francisco Martínez y María Mendivil, cuando regresó a su casa aquella tarde. Le puede interesar: La longevidad aumenta en el mundo

Con una carcajada contagiosa, luciendo un sombrero vueltiao y con el cuerpo un poco encorvado por el paso de los años, recalca que nació un 2 de octubre de 1919 en la Calle Real de Arjona y que para la década de 1930 las corralejas se realizaban cada febrero en la plaza.

Miguel Ángel, con una impresionante lucidez, relata que esa fue la primera y la única vez que se metió a una corraleja.

“Todo era para impresionar a unas jovencitas que veían el espectáculo y bailaban con la banda de viento. En compañía de varios amigos del barrio empezamos a sonsacar al toro negro porque no se quería mover de donde se paró. De pronto arrancó a correr para la dirección donde estábamos nosotros, nos tocó correr duro para treparnos en las cañas que bordean la corraleja. Los que iban delante de mí subieron en bonche, pero una de estas cañas se partió y me cayó en el pie, lo que me causó una herida. No pude subirme bien y me quedé guindando. Afortunadamente el animal se devolvió y de esa me salvé. Me salí asustado. Un rato mas tarde me fui para la casa, pero cuando pasé al patio me esperaban otros dos toros bravos, que eran mi papá y mi mamá”, cuenta.

Los secretos de la longevidad

En sus 105 años, Miguel Ángel cuenta sus secretos para vivir tanto tiempo, entre ellos no haberse complicado en medio de las dificultades que debía afrontar, tales como la falta de energía eléctrica.

Ante esto, en la época alumbraban sus noches con mechones que fabricaban con una botella de vidrio, que llenaban con gas, les hacían una perforación en la tapa y por ahí colocaban la mecha que era un pedazo de tela de franela.

En 1954 fue que llegó Pablo “Planta” Torres junto a Abraham Mebarak (abuelo de la famosa Shakira) quienes montaron una planta eléctrica para suministrar el servicio en Arjona. Fue hasta 1957 que llegó al municipio la Electrificadora de Bolívar.

También señala que en el pueblo no había agua y por eso le tocó ir a represas para abastecerse. Para consumir el líquido tenía que hervirlo y le agregaba un producto llamado alumbre que lo dejaba cristalino.

Así mismo, tuvo la oportunidad de viajar en tren. “Las diligencias en Cartagena las hacíamos través del tren que pasaba por Arjona procedente de Calamar, en el horario de las 9 a.m. y regresaba a las 4 p.m. La línea del ferrocarril estaba ubicada en el barrio La Estación donde todavía la casa bodega existe. Hasta finales de 1949 el tren funcionó”, recuerda.

Miguel Ángel relata que su vida fue entregada a las labores agrícolas por más de 80 años cosechando yuca, plátano, maíz, arroz, ñame, patilla, melón, entre otros productos, con los cuales se alimentó y sostuvo a los 14 hijos y a las tres mujeres con las que convivió.

“Esa comida sí alimentaba. No sufro de enfermedades y eso que tomé bastante ñeque, chicha y chirrinche. También comí conejo, guartinaja, chivo, carnero, cerdo, gallina y carne de res. Lo que se vende hoy tiene muchos químicos, no deja que la gente crezca y hace que se enfermen con frecuencia”, afirma.

Un hombre trabajador

El hombre más viejo que tiene Arjona, resalta que el estudio no era prioridad en el pasado sino el trabajo, aunque fue a la Escuela de Varones y cursó hasta 4° de primaria, donde aprendió a leer, sumar, restar, multiplicar y dividir.

“Yo tenía que ir a la parcela de mi papá a las 3 a.m. y llegaba a las 6 a.m. para empezar a tirar machete y cuidar los cultivos en la vereda Jinete, en Rocha. La travesía era a pie”, dice.

Miguel Ángel recuerda que también lo contrataban distintos hacendados por la zona de Aguas Vivas para que asistiera los cultivos y realizara trabajos de jornalero, para lo cual le pagaban dos centavos y medio por día.

Hoy vive en la Calle Juncal de Arjona junto a tres nietos compartiendo sus experiencias. Hace parte del programa Adulto Mayor del Gobierno y cuenta que cada tres meses llegan funcionarios a verificar que sigue vivo, aunque según él, aún hay Miguel Ángel para rato.

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