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Bolívar

José Altahona, 21 años transformando vidas

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Son unas 2.026 personas las que en Colombia tienen el apellido Altahona. Un apellido tan particular como su definición, la cual es clara, pues se refiere a una persona emocional, generosa, altruista, una persona como el doctor José Altahona. Para muchos quizá un nombre más, pero para los más de 2.000 pacientes que se benefician de las brigadas de salud que realiza la Fundación  Amigos de Palenquito,  liderada por el Doctor Altahona, su nombre significa esperanza y nuevas oportunidades.

Altahona es uno de esos pocos médicos con una gran vocación humanista de la profesión para asistir a las personas que necesiten de sus servicios. Sin más interés que ver su esfuerzo revertido en la salud y felicidad del paciente, y de eso pueden dar cuenta en el municipio de Mahates.

A hora y media de Cartagena, en un pequeño caserío campesino llamado Palenquito, sus habitantes tienen marcado en su calendario el primer fin de semana de agosto casi como una fecha santa, pues desde hace 21 años el primer sábado de ese mes, sagradamente este médico, nacido en Mahates, junto a un grupo de colegas de distintas áreas de la salud, dejan de lado sus comodidades y ocupaciones para trasladarse hasta Palenquito y atender a todas las personas pobres de la región que lo necesiten. Buses con habitantes de localidades vecinas como Marialabaja, San Juan Nepomuceno, Calamar (Hato Viejo), Arroyo Hondo, Sincerín, Cruz del Vizo, se movilizan para no perderse esta cita.

Profeta en su tierraTodo comenzó en 1997, cuando este médico que dedicaba los domingos a visitar su tierra natal. Entonces era interceptado por grupos de personas que esperaban su llegada para que curara sus males. Altahona se hizo consciente de la necesidad que había en la zona y recordó aquellas palabras que  su padre, agricultor de la zona , decía a la gente y que sin pensarlo auguraban su destino.

“Yo era niño y mi papá compraba maíz y arroz es esta zona de Palenquito, y me llevaba con él. Entonces le decía a la gente que cuando yo estuviera grande, iba a ser médico y vendría atenderlos gratis a todos. En esa región nunca hubo médico, y todavía hoy no existe un centro de salud. Solo hay en Mahates y Malagana”. Entonces un primero de agosto sin mucho protocolo y en compañía de otros seis médicos, se dispuso a cumplir aquella promesa. En esa ocasión atendieron cerca de 200 personas, en una jornada desde las 7 de la mañana hasta 3:30 de la tarde.

Hoy, después de dos décadas de tan invaluable labor, ya no se trata de una simple atención gratuita. Su labor pasó a convertirse en una movilización humana y logística al servicio de la comunidad. El pasado 4 de agosto, cuando se cumplieron 21 años trabajando con la comunidad, acompañado por más de veinte profesionales de todas las especialidades de la salud, e inclusive de otras ciudades y países, lograron atender unos 2.300 pacientes. Estos, además, reciben sin costo alguno medicamentos. También servicio de peluquería, sonrisas y mucho amor.

En honor a sus padresHijo de campesinos, con un pronóstico poco favorable,  José Altahona se despidió de su familia y su natal Mahates para dar vida al anhelo de su padre, y aunque el camino estuvo lleno de obstáculos que casi frustran su intención de ser médico, finalmente en 1989 logró graduarse con honores en Ecuador.

Con lágrimas en sus ojos, recuerda los esfuerzos que hicieron sus padres para que alcanzara su meta de ser médico, logro del que lastimosamente no pudieron ser testigos, pues ambos murieron antes de que obtuviese su titulo.

“Cuando yo me fui a estudiar mi mamá sacó 100 mil pesos para ayudarme con los gastos, estando allá sin estudiar ella murió. Mi papá que es campesino, advirtió a mis familiares que nadie podía avisarme, él sabía que si me decían, yo me regresaba y quizá nunca más volvía a estudiar”.

Desde entonces, cada logro, cada proyecto o plan que se proponga este médico lo hace en honor a sus padres.

Cambiando indicadoresEn este pueblo donde las personas viven de sacar la arena del río y vender mangos, en donde ni siquiera hay un puesto de salud y los niños se morían por falta de atención, Altahona y su equipo hicieron posible una nueva realidad, una en la que las personas no mueren por falta de atención.

“En Palenquito ya no se mueren los niños porque cada año se les hace un diagnóstico y tratamiento completo, eso es lo mejor de todo, nos llena de satisfacción. El último niño falleció en el 97”.

Reconstrucción del tejido socialLuego de 21 años liderando esta iniciativa, muchas cosas han cambiado, pero hay algo que se mantiene intacto en Altahona,: las ganas de  ayudar a su pueblo.

“Aquí la salud ya no es una prioridad porque las personas ya están sanas gracias a las brigadas, por eso ahora quisiera dedicarme a mejorar las condiciones de vida en forma integral, hacerlos entender que ellos sí tienen posibilidades de salir adelante”.

Hoy los esfuerzos de Altahona y la Fundación Amigos de Palenquito están encaminados a crear  un centro de atención integral en el que embarazadas, niños, ancianos y jóvenes en riesgo puedan beneficiarse.

“Hay muchos jóvenes de la zona que están metidos en las drogas, porque no tienen posibilidades de capacitarse, de crecer, porque no hay iniciativas. Mi idea es brindarles un nuevo camino para que descubran que sí se puede”.

Dentro de las estrategias que planea implementar el doctor Altahona están brindarle estudios técnicos a los jóvenes para que puedan tener una actividad laboral que sea acorde a su entorno y además les genere empleo, como la piscicultura.

Mientras esto ocurre, Altahona seguirá con el mismo amor y pasión al servicio de su comunidad.

Reconocimientos

José Altahona Escorcia fue exaltado el primero de junio de 2017 con la Orden del Congreso de Colombia en el grado de Caballero. Este año la Universidad de Cartagena le hizo un reconocimiento por lo que ha representado para el ejercicio profesional por más de 29 años. En 2016, Altahona fue postulado para el concurso televisivo ‘Titanes Caracol

Unidos por una causa

Materializar toda esta tarea solidaria, también es producto del valioso apoyo de organizaciones y de mucha gente. Entre ellas se encuentran Surtigás, Termocandelaria, la industria farmacéutica, Colanta, hotel Cartagena Plaza, Biofilm, Ajover, laboratorios Santa Lucía, la Infantería de Marina, Bafim Malagana y la Universidad de Cartagena.

 

Gracias a las jornadas de salud de Fundación Amigos de Palenquito, desde 1997 ningún niño ha vuelto a morir por desnutrición o parásitos. Cortesía
Gracias a las jornadas de salud de Fundación Amigos de Palenquito, desde 1997 ningún niño ha vuelto a morir por desnutrición o parásitos. Cortesía
desde hace 21 años el primer sábado de ese mes, sagradamente este médico, nacido en Mahates, junto a un grupo de colegas de distintas áreas de la salud, dejan de lado sus comodidades y ocupaciones para trasladarse hasta Palenquito y atender a todas las personas pobres de la región Cortesía
desde hace 21 años el primer sábado de ese mes, sagradamente este médico, nacido en Mahates, junto a un grupo de colegas de distintas áreas de la salud, dejan de lado sus comodidades y ocupaciones para trasladarse hasta Palenquito y atender a todas las personas pobres de la región Cortesía
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