Tras cumplirse dos meses de la falla en el proyecto Hidroituango, la alerta de inundación disminuyó pero la preocupación de la industria arrocera en la región sigue. (Le puede interesar: ¿Por qué los arroceros de La Mojana quieren reunirse con EPM?)
¿Qué va a pasar en el segundo semestre?, es la pregunta que se hacen una y otra vez cientos de agricultores y comercializadores de arroz de la región de la Mojana, quienes a solo diez días de iniciar la recolecta de su primer cultivo del año, siguen a la espera de un parte de tranquilidad de Empresas Públicas de Medellín (EPM) para poder sembrar la cosecha del segundo semestre sin temor a perderlo todo.
La reunión nunca se dio
Desde que se declaró la alerta máxima en todas las poblaciones aledañas al río Cauca varios representantes del sector arrocero de Bolívar expusieron su preocupación ante el Ministerio de Agricultura y la Asociación de Industriales del Caribe Húmedo, logrando que el pasado 6 de junio, gobernadores y alcaldes de Sucre y Bolívar se reunieran con directivas de EPM, quienes asumieron compromisos con los habitantes de La Mojana, entre ellos la inclusión de esta región en el Plan de Atención de EPM, en caso de que se activara la alerta roja en Hidroituango y hacer una reunión con los arroceros de la región para revisar todo lo que podrían perder, sin embargo dicha reunión nunca se hizo, dejando incertidumbre y preocupación en el futuro de la industria.
Agricultores quedarían sin financiación
Aunque los informes del Instituto de Histología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) auguran que habrá verano entre julio y mediados de agosto en la parte alta del río Cauca, favoreciendo la recolección del primer cultivo, la verdadera preocupación se centra en octubre y noviembre, que es cuando el pronóstico de lluvia aumenta y pone en riesgo la plantación, haciendo que los inversores duden en financiar nuevamente a los agricultores.
“Nosotros estamos a diez días de iniciar la recolección y si bien en las últimas semanas se ha presentado una calma en los indicadores de riesgo, nuestra inquietud sigue siendo: ¿qué va a pasar en el segundo semestre?, que es cuando se presentan las lluvias más fuertes. No podemos sembrar sin tener certeza de las condiciones. Nosotros como empresa no vamos a trabajar ni a financiar agricultores, porque no sabemos cuándo finalmente dirán: el riesgo ya pasó”, refirió Arturo Barcha, presidente de la Asociación de Industriales del Caribe Húmedo.
Tres sectores afectados
Según un informe entregado por los arroceros de la región a la Gobernación y la Alcaldía, en el primer semestre del año se sembraron 16 mil 346 hectáreas en La Mojana bolivarense y sucreña, los molinos ubicados en Magangué representan un 70 % de la producción de la costa, sin embargo muchos agricultores pararon su trabajo por la inesperada calamidad, lo cual ciertamente representa una pérdida total o parcial del sembrado y por ende de las ganancias, no solo de los agricultores sino de las moliendas, que al no tener a quién prestar el servicio tampoco tendrían ingresos, igual es el caso de las comercializadoras, que quedarían sin productos para ofrecer.
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“Hay agricultores que abandonaron los cultivos, algunos de los cuales se llenaron de plagas y hongos; nosotros sí seguimos adelante, porque ya estábamos en un 75 % u 80 % de inversión y decidimos correr el riesgo”.
Quieren reunirse antes de agostoLa siembra del segundo semestre se tiene prevista a partir de mediados de agosto, para entonces los arroceros esperan haber resuelto la situación o al menos tener respaldo de EPM.
“Lo que nosotros queremos es que luego de la cosecha, podamos reunirnos con ellos y que nos digan realmente qué va a pasar, porque nuestro negocio no se puede acabar por un tema particular. Por un negocio de una empresa no se puede acabar el ingreso económico de miles de personas. Ellos son los responsables de esta crisis, entonces que respondan”, enfatizó Barcha.
