Varias horas estuvo encadenado en una de las puertas de acceso donde los internos realizan sus prácticas, el joven cesarense Samuel Arredondo Galezo, quien dijo que recurrió a ese método para hacer un llamado a las autoridades académicas para que la Universidad Metropolitana lo reintegre y pueda recibir el título de odontología.
Arredondo Galezo, de 23 años de edad, el año anterior, durante la pandemia, se quejó en las redes porque la universidad suspendió las prácticas para los estudiantes de la rama de la salud. Al parecer esto no cayó bien en las directivas de la institución procedieron a suspenderlo.
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Pero el joven manifestó que lo acusaron de una protesta donde “yo alteré el orden público y eso no es cierto. Los que se quedaron conmigo estaban por su propia voluntad. Yo no retuve a funcionarios, son mentiras de la universidad”.
La suspensión de la Universidad Metropolitana fue reversada por un juez de Tutela de Valledupar, que ordenó a la institución educativa a reintegrarlo. Pero el 12 de octubre de este año procedió a suspenderlo nuevamente y en vista de esto el joven estudiante ese mismo día, es decir ayer, se encadenó en la puerta de acceso al sitio donde los estudiantes realizan sus prácticas.
“Arbitrariamente vuelven y me expulsan el día de ayer de la universidad, faltando dos semanas para terminar mis prácticas académicas para obtener mi título profesional, en un acto completamente injusto, inmoral, arbitrario, que no me ha dejado de otra, que estar aquí bloqueándole las prácticas a mis compañeros para tratar de encontrar una solución, ya que ni el Ministerio de Educación ni Alcaldía de Barranquilla y nadie ha podido hacer nada”, dijo mientras estaba encadenado.
Agregó que son más de 80 millones de pesos los que ha invertido hasta el momento para obtener el título académico. “Son más de cinco años de tiempo invertido y eso nadie me lo va a devolver. Ese es mi sueño, el sueño de mi mamá y si yo no me pongo aquí, si no hago esto nadie me va a ayudar, nadie me va a graduar”.
De lo que le sucede responsabiliza a dos personas de la institución educativa. “Se creen los dueños del mundo, pero yo les voy a demostrar que no son los dueños del mundo ni los dueños de los sueños de las personas ni de la plata de nadie. Y aquí me voy a quedar”.
Esto último se pudo resolver gracias a la mediación de la Arquidiócesis de Barranquilla, que envió a un representante y pudo persuadir al joven estudiante, quien ha dicho que está dispuesto a pedir perdón a los directivos, a los profesores y quien sea necesario con tal de lograr graduarse como odontólogo.
Hay que decir que los padres del joven cesarense son egresados de esta misma universidad, que espera que Samuel Arredondo Galezo, se arrepienta de manera sincera, ya que el daño moral e institucional ha sido demasiado.