comscore
Regional

Peleas de caimanes en Arjona casi terminan en tragedia: atacaron a un menor

Un particular espectáculo en Bolívar y el ataque de un caimán a un menor que causó una revuelta. Así nacier las corralejas en Sincerín (Arjona).

Peleas de caimanes en Arjona casi terminan en tragedia: atacaron a un menor

Peleas de caimanes en el corregimiento Sincerín, Arjona (Bolívar), a finales del siglo pasado. // Imagen creada con IA para ilustrar el tema

Compartir

El ataque de un caimán contra el hijo de un oficial de la Policía, en Sincerín, desató una revuelta y marcó la historia de ese corregimiento, que hace parte del municipio de Arjona (Bolívar).

El suceso se registro en medio de los desafíos sangrientos que organizaba la comunidad de ese pueblo durante la Semana Santa, en hechos que se remontan a la mitad del siglo pasado. El incidente causó una enfurecida reacción de la Fuerza Pública, lo que obligó a los gestores del peculiar espectáculo a suspenderlo definitivamente.

Así eran las peleas de caimanes en Sincerín

De acuerdo con las investigaciones del gestor cultural César Villa Gutiérrez, estos eventos se desarrollaron por mas de 10 años y eran organizados por la misma comunidad de Sincerín. Entre los asistentes había nativos y habitantes de pueblos cercanos como Mahates, Palenque, Marialabaja y la cabecera urbana de Arjona, así como los jornaleros de los ingenios azucareros que entre 1906 y 1954 tenían instaladas sus plantas y sembrados de caña de azúcar en ese corregimiento.

Las rondas de riñas eran protagonizadas por dos caimanes a los que les amarraban el hocico con bejucos y cabuyas, para evitar que las fuertes mandíbulas provocaran derramamiento de sangre entre ellos; también para prevenir algún accidente con los espectadores que acudían a un redondel de más de 20 metros de diámetro. El duelo entre los animales consistía en los coletazos que se daban el uno al otro, previa intervención de dos domadores que provocaban la furia de los caimanes, para lograr el éxito del espectáculo. Cuentan que el público aplaudía mucho, tal como ocurre cuando se disputa una pelea en un ring de boxeo. La alegría daba buena cuenta a quienes ganaban en las apuestas, el reptil vencedor era el que menos lesiones tuviera al finalizar el combate, que duraba entre 5 y 10 minutos”, dice César.

Villa relata que estas actividades se organizaban en Semana Santa, empezando el Jueves Santo, y culminaban el Domingo de Resurrección. Cada tarde se hacían hasta tres riñas. El jolgorio se tomaba las calles del pueblo, tal como si fuera una fiesta patronal. Varias familias se beneficiaron de estas actividades para comercializar bebidas alcohólicas y los asistentes bailaban al ritmo del picó de Aníbal Figueroa.

Caza de caimanes en Sincerín para peleas

El investigador César Villa dice que los caimanes eran apresados por los pescadores en la ciénaga de la zona, pero debían escoger a los mas pequeños, que no midieran más de dos metros de longitud para poderlos adiestrar con mayor facilidad. La otra forma de capturarlos era aprovechando la creciente del arroyo El Toro, que inundaban al pueblo. Esto causaba la proliferación de los reptiles en la zona.

César Villa, gestor cultural e investigador, quien reside en Sincerín, Arjona (Bolívar). // Foto: Julio Castaño - El Universal
César Villa, gestor cultural e investigador, quien reside en Sincerín, Arjona (Bolívar). // Foto: Julio Castaño - El Universal

Una vez capturados, se los llevaban para los patios de sus casas. En esos puntos eran alimentados con frutas, verduras, así como con pescados que extraían de canales artesanales que conectaban con el canal del Dique. Estos eran domesticados como mascotas y cuando alcanzaban 4 metros de longitud, eran preparados para las contiendas. Mientras que algunos gozaban con esta actividad, había otra parte de la comunidad a la que no le gustaban las celebraciones y preferían las manifestaciones eclesiásticas propias de la Semana Mayor, con la muestra gastronómica de dulces, arroz con frijol, ensaladas, pescado frito, hicotea guisada, entre otros platillos típicos de la zona.

¿Cómo nacieron las corralejas en Sincerín?

En medio de una de esas riñas, uno de los caimanes se fue contra la cerca, lanzando un coletazo al público. El violento ataque lo sufrió un joven, menor de edad, a quien la cola del animal lo impactó en el rostro mientras veía el espectáculo. El joven sobrevivió al hecho, pero su padre, el comandante de la Policía en el pueblo, se enfureció al conocer lo ocurrido con su hijo, oponiéndose a estos eventos. Dos años después, estos enfrentamientos entre caimanes fueron reemplazados por las fiestas de corralejas, las que aún se mantienen vigentes en cada Semana Santa. Le puede interesar: ¿Adiós a las peleas de gallos en Cartagena?, colapso tras la Ley “No Más Olé”

“En este caso, una familia ganadera de la zona, a la que tampoco le gustaban las riñas entre caimanes, le hizo el llamado a la comunidad para que dejaran estas prácticas y organizaran, mejor, unas fiestas de corralejas; ellos ofrecieron los toros para eso. Un grupo de sincerineros emprendieron la tarea de buscar el recorte de caña de guadua en inmediaciones de Mahates y Palenque para construir el redondel y palcos, en el barrio El Puerto, y desde esa fecha (1960) se realizan las corralejas en Sincerín”, explicó Villa.

El investigador dice que en aras de recordar esa particular práctica de las riñas entre caimanes, con un grupo de personas de la población decidieron fundar una organización donde ejecutan la “Danza de los caimanes furiosos”.

¿De qué viven los habitantes en Sincerín, Arjona?

El corregimiento de Sincerín hace parte del municipio de Arjona y tiene más de 5 mil habitantes. La base de la economía es la pesca y la agricultura.

A mitad del siglo pasado, Sincerín era productor de azúcar, aceite, vinagre, alcohol y jabón ante el funcionamiento de varias empresas que tenían asentamientos en esa zona.

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News