A primera vista evocan al célebre científico alemán Albert Einstein por su abundante y desordenada cabellera blanca. Estos diminutos primates, del tamaño de una ardilla, pesan cerca de una libra, pueden vivir hasta 13 años y usan sus afiladas garras para desplazarse con agilidad de un árbol a otro.
Los titíes cabeciblancos son una especie que únicamente habita en el noreste de Colombia, en una franja silvestre muy pequeña del Caribe.

Actualmente, se encuentran en peligro de extinción, muy cerca de desaparecer, porque los bosques de estos departamentos del norte del país están siendo destruidos para dar paso a la ganadería, la agricultura, la minería y el desarrollo urbano. A esto se suma la caza para el comercio ilegal de fauna silvestre. Lea: Un vuelo por la libertad: 20 guacamayas regresarán al cielo de Bolívar
Así nació Proyecto Tití, símbolo de conservación del Caribe colombiano
Con el propósito de proteger al mono y a los bosques en los que vive, en 1985 surgió Proyecto Tití, una iniciativa de la bióloga norteamericana Anne Savage, quien llegó a la región para desarrollar su tesis doctoral estudiando a los titíes cabeciblancos en su hábitat silvestre, en Sucre. Por problemas de seguridad y orden público, tuvo que salir de allí y a finales de los 90 se estableció en El Ceibal, en Santa Catalina, al norte de Bolívar.

Fue así, como en 2004 se consolidó la Fundación Proyecto Tití, una organización sin ánimo de lucro que se sostiene con donaciones —en su mayoría internacionales— y que ya completa 21 años de trabajo.
Su misión es convertir al tití cabeciblanco en símbolo del patrimonio natural del Caribe colombiano y promover una relación armónica entre las comunidades y la naturaleza, garantizando la supervivencia de este primate y de la rica biodiversidad de la región. Puede leer: Cuidado ambiental en Cartagena: la labor de una fundación local
La fundación cuenta con tres sedes de trabajo: Santa Catalina (Bolívar), San Juan Nepomuceno (Bolívar) y Colosó (Sucre). En Santa Catalina, desarrolla acciones en el Parque Natural Regional El Ceibal-Mono Tití. En San Juan Nepomuceno, opera la reserva natural Los Titíes de San Juan, donde se adelantan programas de investigación, restauración y protección de bosques, educación ambiental y desarrollo comunitario.

Los cuatro programas de Proyecto Tití
Rosamira Guillén, directora ejecutiva de la fundación, explicó a El Universal que las acciones de conservación se concentran en cuatro pilares:
El primero es la investigación, que fue como nació el Proyecto Tití. “Con los años hemos logrado conocer mucho sobre la especie: qué come, cómo se reproduce, cómo vive. Esa información se ha publicado en revistas y artículos científicos y ha sido clave para orientar nuestras acciones de conservación”.
El segundo programa es la protección y restauración de bosques. Gran parte del trabajo se centra en recuperar áreas degradadas, crear áreas protegidas —públicas y privadas—, sembrar árboles y establecer corredores de conservación. “Esto es vital porque el tití nunca baja de los árboles; si se queda sin conexión entre ellos, es como si estuviera atrapado en una isla, sin poder buscar alimento ni refugio”, precisó.

El tercer programa es la educación ambiental, que busca sensibilizar a las comunidades para que no cacen ni mantengan al tití como mascota.
Y el cuarto son los proyectos comunitarios, que ofrecen alternativas de subsistencia. “Muchas veces la gente tala un árbol o caza un tití porque necesita ingresos. Por eso trabajamos con acuerdos de conservación que incluyen artesanías, restauración, empleos directos y apoyo a proyectos productivos. Así, las comunidades pueden generar ingresos sin afectar al medio ambiente”, señaló Guillén.
La fundación realiza censos cada 10 años y el más reciente, en 2022, estimó cerca de 7.000 titíes en todo el norte de Colombia.
Un trabajo en alianza
Proyecto Tití trabaja de la mano de organizaciones y entidades ambientales. “En Bolívar estamos en el Parque Natural Regional Bosque Seco El Ceibal, en Santa Catalina, junto a Cardique. Otro sitio importante es San Juan Nepomuceno, donde tenemos nuestra propia reserva y trabajamos alrededor del Santuario de Flora y Fauna Los Colorados, junto con los campesinos de la zona. El tercer grupo de trabajo está en Sucre”, destacó la directora.
Campaña 2026 del Proyecto Tití
Para el próximo año, la fundación avanza en una campaña en la reserva de 900 hectáreas de San Juan Nepomuceno. La meta es sembrar 60.000 árboles y restaurar 100 hectáreas cada año, con el apoyo de las comunidades.
Es un proyecto muy ambicioso en el que la participación comunitaria es fundamental. Las personas podrán donar árboles para apoyar la causa y también participar en jornadas de siembra, que se realizarán a partir de abril, con la llegada de la temporada de lluvias.

Una visión más allá del tití
La visión de la Fundación Proyecto Tití no es solo salvar al mono cabeciblanco, sino también fomentar en el ser humano la reflexión y el compromiso con el cuidado del medio ambiente.
“El trabajo que hacemos no solo beneficia al tití, sino a la biodiversidad del Caribe colombiano. Cuando protegemos un bosque, también resguardamos a muchas otras especies de animales y plantas, y además beneficiamos a los seres humanos que dependemos de lo que nos brinda: agua, oxígeno y recursos que, usados de manera sostenible, garantizan la subsistencia de las comunidades. El tití termina siendo un símbolo de un abordaje integral que protege la biodiversidad del Caribe y también a nosotros como sociedad”, concluyó Gillén.

