Isabel* vivió uno de sus días más angustiantes el pasado martes 17 de junio. Su rutina transcurría como de costumbre hasta que al mediodía recibió una llamada que trastocó sus nervios, la hizo vivir en carne propia el infierno de la inseguridad y el desespero de no saber cómo reaccionar ante la presión de hombres que la ponían a elegir entre una suma de dinero que no tenía o la vida de su esposo, Arturo*.
En la mañana, mientras Isabel iba a la ferretería en la que trabaja, en la vía de Turbaco a Turbana, Arturo salió en su moto a buscar pasajeros como mototaxista. A las 11:30, su vecina Carmen* lo contactó para que le hiciera una carrera hasta el sector conocido como La Cantera, en las afueras del municipio. Carmen vende almuerzos y, minutos antes, recibió un pedido de alguien que dijo llamarse Tomás Porras.
Arturo tomó el pedido, de tres almuerzos, y se dirigió a La Cantera. Allí lo recibió un vigilante que le aseguró que nadie había solicitado el domicilio y le recalcó que tampoco había alguien llamado Tomás Porras. Le puede interesar: $15 millones de recompensa tras robo en el Banco Agrario en San Juan
El mototaxista cuenta que no había salido del asombro cuando unos siete hombres armados lo rodearon y le cuestionaron su presencia en el lugar. Explicó que iba a entregar un domicilio y ellos le dijeron que lo retendrían en el lugar por seguridad. “Nosotros somos los que cuidamos esta tierra”. Luego le dijeron que esperara hasta que llegara una persona por los almuerzos.
La angustia de Isabel
Casi al mediodía sonó el celular de Isabel. Lo atendió y se extrañó al escuchar la voz de un sujeto desconocido que le pedía confirmar si era la mujer de Arturo. Ella asintió después de escuchar la voz de su esposo en el fondo y el hombre le aseguró que la llamada era una medida de seguridad por haber ingresado a una zona a la que no podía entrar.
Un rato después la volvieron a llamar. El tono fue completamente diferente. Esta vez le repitieron con insultos que Arturo se había metido a una zona prohibida, por lo que tendría que pagar 5 millones de pesos como multa. Isabel respondió que no tenía ese dinero y empezaron las presiones. “Vamos a pegarle un tiro en la cabeza y le quemamos la moto. Trabajas en una ferretería, cómo no vas a tener plata”.
Los nervios se apoderaron de Isabel, que quiso conseguir y transferir el dinero a un número de Nequi que le dictaron los supuestos captores, pero no lo tenía. Su jefe y otras personas le dijeron que se calmara porque captaban algo raro en la forma como querían extorsionarla. Ella solo pensaba en su esposo.
Además de Isabel, los hombres también llamaron a Carmen, que entró en pánico por lo que pudiera sucederle a su vecino. Entonces le contó a su esposo y este se fue a denunciar a la estación de Policía. Allí le comentaron que esa misma mañana habían recibido varias denuncias similares y que los delincuentes ya habrían recogido, por lo menos, unos tres millones de pesos.
Pero ante la presión de los hombres que la llamaban y por la reacción de su hijo, Isabel todavía contemplaba conseguir y pagar el dinero. Entonces, un amigo contactó con un policía, quien les dijo que, para probar que solo eran estafadores, les ofrecieran menos dinero. Lea: Elkin Muñoz, de 17 años, desapareció en Arjona: tiene discapacidad
En la siguiente llamada Isabel propuso darles un millón y ellos aceptaron. “Le voy a pegar un tiro en la cabeza”, le presionaron de nuevo.
Al rato les ofreció 300 mil pesos y luego 200 mil. Ambas cifras las aceptaron, cada vez con un acento de mayor urgencia.
Ya habían pasado dos horas desde la primera llamada y mientras Isabel se debatía entre el desespero, las palabras de calma de sus acompañantes o pagar el dinero, Arturo apareció ante sus ojos, con los tres almuerzos en sus manos, sano y salvo.
El hombre se había cansado de esperar en una zona en la que no tenía señal de celular y regresaba a su casa sin tener idea del infierno que vivían Isabel y su hijo.
Falso servicio, la modalidad con la que delincuentes extorsionan a sus víctimas
El caso de Isabel y Arturo no es el primero que ocurre bajo esta modalidad, que las autoridades tienen identificada como “falso servicio” y que actualmente es calificada por la Policía como uno de los modos más frecuentes y peligrosos de extorsión.
Según la Policía de Bolívar, el falso servicio es una práctica criminal que suele hacerse desde cárceles y sus víctimas principales suelen ser conductores, ingenieros, técnicos, empresas de grúas, usuarios de plataformas de transporte como InDrive y particulares que prestan servicios de viaje por redes sociales.
La región más afectada bajo esta modalidad en Bolívar es la de los Montes de María, en la que se tienen 3 denuncias formales de personas que fueron extorsionadas por este método. Además, el Gaula atendió otros 10 casos que no terminaron con las víctimas pagando la extorsión. Montes de María: lo que hará la Armada y la USB por la memoria del conflicto

Caso de falso servicio en los Montes de María
La Policía de Bolívar informó que uno de los casos que atendieron recientemente fue el de un conductor de servicio público que ofrecía traslados a través de Marketplace (Facebook).
“El hombre fue contactado para hacer un viaje con una atractiva oferta económica. El supuesto cliente lo citó en una finca ubicada en una zona rural de los Montes de María, alegando que debía recoger a unos ingenieros. Tras salir desde San Juan Nepomuceno y llegar al punto acordado, el conductor encontró un lugar totalmente desolado, y fue entonces cuando recibió una llamada intimidante”.
“En la llamada, un hombre que se identificó como “comandante del Clan del Golfo” le dijo que estaba rodeado por más de 20 hombres armados y que tres francotiradores lo tenían en la mira. Bajo amenazas, le ordenaron no colgar ni comunicarse con nadie, y que debía seguir instrucciones. Le solicitaron información personal y números de contacto de familiares, a quienes posteriormente llamaron, asegurando que el conductor estaba secuestrado y exigiendo el pago de 20 millones de pesos para liberarlo.“, cuenta la Policía en un reporte tras consulta de El Universal. Le puede interesar Marcha por Alix Valeria González: Policía revela cómo va la investigación
Los familiares del conductor denunciaron a la línea 165 del Gaula, que envió a un equipo y lo encontró ileso, aunque afectado emocionalmente. Gracias a la denuncia evitaron pagar la extorsión.
Consejos de la Policía para no caer en un caso de falso servicio
Ante el incremento de esta modalidad y el desconocimiento de las víctimas sobre cómo reaccionar ante ese tipo de casos, la Policía emitió una lista de recomendaciones para evitar caer en la estafa.
Estas son las medidas que debería tomar para prevenir ser una víctima más:
- Desconfíe de ofertas laborales o de servicios con remuneraciones excesivas o que requieran desplazamientos a zonas rurales solitarias.
- Verifique siempre la identidad y referencias del solicitante del servicio.
- Evite brindar información personal o de sus familiares a desconocidos.
- Informe a un tercero de confianza sobre su ubicación y destino antes de tomar un servicio.
- Si se siente en peligro o recibe amenazas, comuníquese de inmediato con el Gaula a la línea gratuita 165, disponible las 24 horas.
- No realice pagos ante ninguna amenaza. Permita que los expertos en extorsión lo asesoren.
*Nombres cambiados por petición de las personas involucradas