Con profunda entrega y sensibilidad, los estudiantes de primaria del Liceo del Dique de Soplaviento revivieron la Pasión y Muerte de Jesucristo en el tradicional Viacrucis 2025, una actividad que ya se consolida como parte esencial de la identidad espiritual y comunitaria de la institución.
Este año, por segunda vez consecutiva, el Viacrucis se llevó a cabo por las calles del municipio, un cambio implementado desde 2024 para acercar esta experiencia religiosa a los habitantes de Soplaviento y reforzar los valores cristianos en el entorno educativo. Lea aquí: Aquí las prevenciones ante alertas de fiebre amarilla, tosferina y sarampión
La actividad contó con la participación activa de padres de familia, docentes y estudiantes, quienes representaron con respeto y devoción cada una de las estaciones.
El recorrido inició en la Parroquia de la Inmaculada Concepción y culminó en el patio central de la sede Socorro, donde los asistentes reflexionaron sobre el significado del sacrificio de Cristo y su mensaje de amor y redención.
“Esta edición 2025 tuvo un carácter aún más especial, al enmarcarse como uno de los proyectos de extensión a la comunidad que fortalece la visión institucional desde la primaria, buscando posicionarse como la mejor oferta educativa en la zona del Dique y más adelante a nivel departamental”, señaló Elkin Perneth Parra, coordinador de Primaria en las tres sedes de la institución.
Trabajo en equipo y compromiso comunitario
El evento fue organizado por las docentes, con el valioso apoyo de acudientes como Erwin Romero y la profesora Soledad Sarmiento, quienes lideraron los ensayos, el montaje y la producción. Las estaciones fueron realizadas en casas de familias cercanas a la institución, fomentando así un mayor vínculo con la comunidad.



Más que una tradición, un legado espiritual
Más de 20 estudiantes dieron vida a los personajes bíblicos, ofreciendo actuaciones que reflejaron compromiso, respeto y espiritualidad. Esta representación del Viacrucis no solo es una tradición del Liceo del Dique, sino también una oportunidad para que niños y niñas fortalezcan su formación integral a través de la fe.
La comunidad educativa de Soplaviento valoró profundamente esta experiencia, que año tras año une a familias, fortalece los lazos sociales y mantiene viva una costumbre cargada de simbolismo y reflexión.