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Evitar, una historia como de película

El docente Jaime Coneo realizó una investigación durante varios años y explica que el nombre del corregimiento Evitar (Mahates) nació de una disputa entre dos familias por la relación entre dos adolescentes.

Evitar, una historia como de película

Imagenes del corregimiento de Evitar, zona rural de Mahates

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Un embarazo, una dote y una sed de venganza entre dos familias. Todo ello dio origen al nombre de un caserío en el municipio de Mahates, en medio de hechos que ocurrieron en 1728... Casi tres siglos después se sigue hablando del tema en los corrillos del pueblo donde se tuvo que evitar una desgracia.

La historia se desarrolló como si fuera el guion de una serie de televisión con drama, romance y suspenso. El amorío entre el hijo de Tomasa Herrera con la hija de Vicente Payares dio paso al nombre del caserío llamado Evitar. El embarazo de la adolescente desató una discordia entre las dos familias que por poco termina en tragedia

“Eso no es chisme, esa fue la razón para que el caserío fuese bautizado como Evitar”, dice el docente de Filosofía y de Ciencias Sociales Jaime Coneo Puello, luego de una investigación realizada por varios años. El profesor señala que los primeros pobladores llegaron a lo que hoy es Evitar en 1728: se trata de la viuda Tomasa Herrera y Vicente Payares, también viudo, quienes construyeron sus casas de bahareque con techos de palma. Ambos quedaron en extremos opuestos. Lea también: Lanzan proyecto para fomentar la participación ciudadana en Cartagena

Así comenzó la historia

Tres meses antes de llegar al terreno donde levantaron sus casas, las dos familias vivían en barrios distintos y distantes en el municipio de Soplaviento. Vicente Payares tenía una hija, mientras que Tomasa Herrera, un varón. Lo que no pensaron los padres de los adolescentes es que entre ellos surgiría un amorío a escondidas, y que la señorita quedaría embarazada. Ese fue el detonante para que se revelara el secreto.

“En el marco de los valores, el actuar de aquella pareja no era bien visto. Entre las tradiciones culturales en esa época se hablaba de ‘la dote’, que no es más que un patrimonio que el hombre entregaba a la mujer, ligado al casamiento, una obligación que reafirmaba el compromiso. En este caso, Vicente Payares era un hombre de temperamento fuerte y al enterarse de que su hija estaba embarazada, dijo que no aceptaría la burla del hijo de Tomasa y gritó a cuatro vientos que eso no se quedaría así, y que no exigiría ni la dote ni matrimonio, en cambio, vengaría el honor de su hija con sangre”, relata.

Imagenes del corregimiento de Evitar, zona rural de Mahates
Imagenes del corregimiento de Evitar, zona rural de Mahates

El docente indica que la señora Tomasa ya conocía que el hombre era capaz de hacer efectivas sus amenazas. Ella no escatimó esfuerzos y se fue con su hijo del pueblo (Soplaviento), dejando la casa sola. A los tres días, con un machete en la cintura, vestido con un pantalón gris, camisa blanca y con una mochila en el hombro, Vicente llegó a la propiedad de Tomasa. Al no encontrarlos allí, decidió incendiarla. El investigador dice que el padre no logró saciar su sed de venganza, y que no soportaba que le dijeran que a su hija la habían embarazado y que no se casaría. “También se fue de Soplaviento con la moral y el honor pisoteados. Casualmente, las dos familias fue que corrieron para el mismo lote, donde cada uno construyó su propio cambuche, pero en polos opuestos. Tomasa, en el barrio San Juan y Vicente en La Sapera, donde se abstenían de hacer travesías de un lado a otro por tratarse de un terreno enmontado. Además, tenían miedo, porque era común percibir el rugido de un tigre, dicen, que habitaba allí, entre otros animales peligrosos que amenazaban el caserío”.

El profesor Jaime Coneo resalta que Vicente Payares pensó que estaría solo allí con su hija embarazada. “Me vine de allá para ‘evitar’ una tragedia, mejor quedémonos aquí”, dijo el hombre, expresión que se considera fue el origen del nombre de lo que hoy es el corregimiento de Evitar.

Se desconoce la suerte de la pareja, solo se sabe que las familias que más abundan en Evitar son los Herrera, que pueden ser descendientes de los protagonistas de esta historia.

“A pesar de los 296 años de la fundación de Evitar, todavía hay algunas familias que conservan las tradiciones relacionadas con la dote”, concluyó el docente.

A pesar de los 296 años de la fundación de Evitar, todavía hay algunas familias que conservan las tradiciones relacionadas con la dote”.

 A pesar de los 296 años de la fundación de Evitar, todavía hay algunas familias que conservan las tradiciones relacionadas con la dote”.

Evitar hoy

El caserío Evitar fue declarado como corregimiento de Mahates en 1830. Está a 7 kilómetros de la cabecera y tiene unos 3.500 habitantes, dado el impacto de retorno de muchos nativos que se fueron a Venezuela a buscar otras oportunidades laborales.

Evitar está bordeado por las ciénagas de El Zarzal, La Muerta, El Tupe y Capote, que están afectadas hoy por la sedimentación. Capote colinda con el corregimiento de Higueretal y el municipio de Soplaviento.

En cuanto a la agricultura, en Evitar cultivan yuca, maíz y plátano, entre otros, pero tienen problemas porque “les faltan tierras”, dicen pobladores. Lea también: Denuncian conexiones anticipadas al sistema de alcantarillado en Calamar

En el corregimiento funciona la Institución Educativa de Evitar, que alberga a más de 600 estudiantes en las jornadas diurna y nocturna. No tiene vigilantes, lo que pone en riesgo el desarrollo de las actividades académicas por el ingreso a las instalaciones de jóvenes que las interrumpen.

En cuanto a los servicios públicos, la empresa Afinia está realizando el proyecto de mejoramiento de la red, mientras que el agua potable llega un día de por medio a través de la empresa Aguas del Canal del Dique, que a cada suscriptor le cobra 17 mil pesos, de los cuales la Alcaldía subsidia $7 mil.

El corregimiento de Evitar tiene importante representación cultural a través de la música, con exponentes como Mingo Pimentel, Emilia, Marta y Nellys Herrera; y Simón y Juan David ‘el Pollito’ Herrera. Este último fue coronado como Rey Profesional del Festival de la Leyenda Vallenata en 1996, pero antes, en 1983, ganó en la categoría Infantil y en 1990 fue Rey Aficionado.

Para el docente Jaime Coneo, el corregimiento necesita de una casa de la cultura, para la que ya tienen el lote y esperan que el gobernador Yamil Arana tenga en cuenta esta petición, así como la dotación de una banda de paz y una banda de viento. Unas 60 personas están interesadas en hacer parte de la iniciativa, como parte del proyecto de aprovechamiento del tiempo libre.

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