María Concepción Quezada Amor nació el 8 de diciembre del año 1954 en el municipio de Soplaviento, es la quinta de 10 hermanos, y contrajo matrimonio el 6 de mayo del 1976 con Ezequiel Bahoque Cassiani, abogado y contador público. De esta relación existen cuatro hijos: Roosbelt, Haison, Ezequiel y María Katerine, hoy todos profesionales.
Estudió la Primaria en la Escuela #1 para niñas y que hoy se llama Socorro Pérez Molina, el bachillerato en el Liceo del Dique hasta 4°, los estudios de normalista los realizó en la Normal de Señoritas del Atlántico en Barranquilla donde se graduó el 5 de Diciembre en el año 1975, obteniendo el título de maestra. Cursó la especialización en ciencias religiosas en la Universidad Javeriana Seccional Barranquilla, y años más tarde la especialización en Ética y Pedagogía en la Universidad Juan D Castellanos (Turbaco). Lea también: Docentes de Marialabaja se integraron con los VIII ‘Juegos del Magisterio 2024’
“Me he desempeñado como maestra durante 43 años enseñando diferentes asignaturas, pero en mayor tiempo en el área de matemáticas, por lo cual me siento satisfecha por los logros obtenidos en los estudiantes quienes reconocen la enseñanza impartida”.
La seño Conce laboró inicialmente en el Colegio Antonia Santos durante un año en Barranquilla. El 10 de Marzo de 1981 fue nombrada maestra en la Escuela Mixta #4 hoy Felipe Santiago. Al día de hoy son muchas las anécdotas que tiene sobre sus estudiantes.

Uno de los recuerdos más vívidos en su memoria, es el que ocurrió cuando tenía tres años de servicio. Cuentan que apenas estaba empezando su carrera, y una mañana se presentó un señor con su nieto en el colegio, el señor se llamaba Catalino Parra (aún lo recuerda) y su nieto Jorge, a quien apodaban “Condorito”, había recorrido todas las escuelas que existían en el municipio porque no le aceptaban el niño, tenía 12 años y presentaba dificultad de aprendizaje, no sabía leer y mal comportamiento.
“La directora le dijo que no podía recibirlo, él insistió que hablara conmigo, el señor me insistió, sentí pesar y acepté. Actualmente, todos los 8 de diciembre, día de mi cumpleaños ese muchacho se me presenta con una serenata porque no se cansa de agradecer que le enseñé a leer y lo acepté en mi salón de clases. Cada vez que me lleva la serenata recuerda el episodio de su vida. Hoy es músico, me dice que esa serenata es hasta que me muera”, cuenta la seño Conce a El Universal.
La historia de la seño “Conce” sirve para homenajear a los docentes que han dedicado su vida a la educación a lo largo de tantos años, los docentes que no sienten cansancio ni pierden el amor por quienes más necesitan la oportunidad de estar en un aula de clases. Estos maestros que sienten motivación y se entregan en cada jornal escolar. Lea también: Zona de conurbación recibió la oferta institucional de la Alcaldía de Turbaco

“Conce” ha logrado inspirar a muchos nuevos maestros compañeros, pero también hace cuestionarnos sobre por qué muchas veces, con el pasar de los años vamos perdiendo el deseo e interés por compartir la experiencia de la academia y la formación para la vida.