El ritmo que manejan Olga Bonivento y Sandy Oviedo es altamente creativo para brindarle a sus clientes una experiencia en la que su negocio refleje la esencia de los bolivarenses y los valores de los magangueleños.
‘Gracias, pandemia’ sería una buena frase para resumir el inicio de este proyecto. Cuando el covid-19 arrasó con la normalidad mundial, Olga y Sandy regresaron a su Magangué del alma, acostumbradas a la moderna y cibernética Cartagena de Indias, preguntándose por qué su municipio no alcanzaba el ritmo de lo digital. Lea aquí: Conozca a Nelson Herrera, el alma del Parque Centenario
Olga es comunicadora social y Sandy, abogada de la Universidad de Cartagena. Agradecidas y orgullosas de su alma mater, por lo aprendido y el carácter forjado, que les permitió seguir su instinto y tocar las puertas de los negocios de su municipio para darles un espacio en el internet con ‘Agencia Ritmo: altamente creativos’, la primera agencia de comunicaciones de Magangué.
“Estando en casa no me quería regresar y ejercer el derecho como tal, no es algo que me mataba. Así que decidí dedicarme al trabajo social de la fundación que creé con mis amigos del colegio, pero algo me hacía falta”, cuenta Sandy.
Una mañana, cansada de no encontrar actividades tanto lúdicas como académicas en su tierra natal, se fue a la Cámara de Comercio a preguntar por los cursos que ofrecía. Lea aquí: Discriminación positiva: ¿sabe usted de qué se trata? Aquí le contamos

“Pensé que no tenían disponibles en el territorio porque no encontré en la página web ni en redes. No existía comunicación entre Magangué y el internet”, expresa la abogada y manifiesta que para ella era indispensable hacer algo por su gente. No había medio que informara sobre las oportunidades que hay.
Pidió cita con el director y expresó su preocupación, porque las hojas sobre el tablero en la entrada no estaban generando mayor impacto y las personas se perdían de las oportunidades. Lea aquí: Ernesto Herazo: arte en las manos de los niños y niñas de Colombia
Sandy cree que el nombre de Olga vino a su mente por inspiración divina, porque aunque se conocían por medio del hermano de la comunicadora, no tenían mayor relación: “Este equipo está conformado por una soñadora extrovertida, o sea, yo. Y la razón, el orden, la coherencia y la tranquilidad, que es Olga”.
Desde los ojos de la razón$>
“Cuando me reuní con Sandy me pareció viable la propuesta porque ella pintó toda la historia. Estaba haciendo un trabajo similar para un amigo, así que por qué no montarme en esta aventura”, dice Olga, que está orgullosa de representar los valores y la tranquilidad que aprendió de Magangué. Además, revela que mientras escuchaba la propuesta de su socia, analizó los posibles fracasos, los aspectos negativos y los riesgos que estaba aceptando: “le aposté al proyecto. Presentamos la propuesta y empezamos a trabajar”.
El sueño, que llaman locura, nació en enero de 2022 y se consolidó el 8 de febrero con la firma de su primer contrato. La Cámara de Comercio de Magangué les dio la oportunidad de mostrar sus talentos y capacidades. Dos años después, cuentan con un equipo de seis personas que atienden a 25 clientes entre Magangué, Mompox, Cartagena y Barranquilla, ofreciendo servicios de marketing, branding y organización de eventos corporativos. Lea aquí: La enóloga Ana Barron habla sobre el placer de hacer y tomar un buen vino
Ellas quieren que su agencia sea el reflejo de la visión que tienen de Magangué. Están enfocadas en construir comunidad a través de lo que aprendieron fuera de sus perímetros, entendiendo que hay personas correctas que te ayudan a seguir creciendo y que te impulsan a arriesgarte cuando los demás no creen que sea posible. Perseverar y ser responsable con los hijos (negocios) de otros.
El impulso$>
Olga y Sandy hacen parte de una generación que aunque le tiene pavor al fracaso, se atreve a crear la realidad de lo que sueña, de hacer que las cosas pasen.
Ellas no ven a Magangué como un pueblo sin proyección, sino que entienden que su municipio necesita magangueleños que le apuesten al talento que habita en sus calles. Lea aquí: ‘La hojarasca’: el film grabado en familia y con cámaras escondidas
“Donde sea que estemos, puede ser en el país más rico del mundo, siempre estamos pensando en Magangué y cómo podemos replicar lo que vemos o aprendemos”, manifiesta Sandy, y confiesa que “nunca me van a ver con los ojos llenos de lágrimas, como cuando hablo de mi tierra”.
El ritmo de aprender$>
1. Las oportunidades están, y si no existen, hay que crearlas.
2. No podemos ser víctimas de las circunstancias.
3. Siempre hay que dar la milla extra para imprimir nuestra huella en los demás.
4. Hoy todo se ve a través de una pantalla.
5. Creer en la creatividad de esta generación.
Olga Bonivento y Sandy Oviedo están creando el ritmo de su futuro. Son ellas contra el mundo digital, mientras sueñan con aires de esperanza en la región, dispuestas a ver el día a día con una actitud empática ante las diferentes dinámicas. Lea aquí: De Cartagena a la Antártida: el viaje de una profesora a otro planeta
“Somos felices montadas en las motos recorriendo Magangué y aportándole a nuestra comunidad. No nos importa que el sol nos haya cambiado el color de piel”, concluye Sandy entre carcajadas.