Luego de cinco años de haber sido asesinado el director de la Oficina de Regalías de Córdoba, Jairo Zapa Pérez, se realizará el juicio oral contra los detenidos por uno de los casos más sonados en el departamento.
Los abogados de la familia de Zapa cuestionaron las múltiples dilaciones que ha tenido el proceso desde el año 2014, cuando el ingeniero civil fue desaparecido y posteriormente encontraron su cadáver en un predio de zona rural del municipio de Pueblo Nuevo, justo al lado de la finca del padre del exgobernador Alejandro Lyons.
Por el hecho fueron detenidos Joycer Hernández, desmovilizado de las autodefensas; su compañera sentimental Zuath Naidú; el contratista y señalado de ser el autor intelectual, Jesús Henao, el primo de Zapa, Carlos Pérez; el segundo al mando en la Oficina de Regalías, Maximiliano García, y Jesús Albeiro Redondo, amigo de Henao.
Hay que indicar que por vencimiento de términos están en libertad dos de los vinculados al proceso que son Jesús Albeiro Redondo, Carlos Pérez y Zuath Naidú, mientras que el resto permanece detenido en la cárcel nacional Las Mercedes de Montería.
El juicio oral será largo, según han señalado los abogados del caso, pues tienen múltiples testigos que darán su versión en torno a lo que ocurrió en una vivienda del barrio La Castellana de Montería, a la cual asistió Zapa, en compañía de varios de los que están sindicados de su desaparición y crimen.
De Santa Marta había llegado una pareja, Joycer y su compañera sentimental, contratados para atender una supuesta reunión en la que estarían presentes unas empresarias españolas. Sin embargo, eso sería una coartada para asesinar a Zapa.
Aunque inicialmente Joycer Hernández, confeso asesino, quien reconoció haberlo estrangulado y luego trasladar su cuerpo hasta el paraje donde fue sepultado, dijo que lo había por celos, con el paso de los meses la investigación condujo a un crimen relacionado con cuestionados contratos de ciencia y tecnología, donde se esfumaron cientos de miles de millones de pesos.
Hernández, quien adelantó un proceso de negociación con la Fiscalía y reveló el sitio donde había sepultado a Zapa, aceptó ser el autor material del crimen, pero no aceptó el delito de desaparición forzada.
El padre de la víctima, Fausto Zapa, quien tuvo que huir de la ciudad junto a su esposa por múltiples amenazas, anunció que tiene múltiples expectativas y que espera que se haga justicia y se esclarezca el crimen de su hijo.
Entretanto, la esposa de Zapa, María Isabel Valencia, y sus cuatro hijos también tuvieron que huir de Montería y ver desde la distancia la dilación de un proceso que lleva cinco año sin que aún haya logrado esclarecerse.