Si hiciéramos un paralelo del sector rural hace unos años y ahora, serían muchas las diferencias que hallaríamos, una de ellas y que cada día se acrecienta, es lo envejecido que está el campo. La razón: las nuevas generaciones no ven en la ruralidad su proyecto de vida, así lo mostró el último censo nacional Agropecuario, el cual evidenció que la juventud rural ha migrado a otras actividades en busca de oportunidades y rentabilidad, olvidando las bondades del campo.
En este sentido, desde hace un año la ONG Movimiento por La Paz, en apoyo con la Fundación Hogar Juvenil, vienen implementando en cinco municipios del sur de Bolívar: Morales, Arenal, San Pablo, Santa Rosa del Sur y Simití, el proyecto ‘Jóvenes Rurales’, una estrategia cofinanciada por la Unión Europea que busca apoyar iniciativas productivas en le sector rural y crear en los más jóvenes amor por el sector agrícola.
“Lo que buscamos es ofrecer a los jóvenes del campo una alternativa de futuro en el contexto en que viven, en donde es difícil que tengan alternativas más promisorias, pues los cultivos ilícitos o la minería ilegal no les permiten desarrollar un futuro legal pacifico y sus capacidades de futuro”, expresó Teresa Carazo, miembro de Movimiento Por La Paz.
Para esto, dentro del desarrollo del proyecto les ofrecen a los jóvenes entre los 17 y 35 años asistencia técnica, inversión en capital semilla y apoyo a emprendimiento económico que apuesten por la producción agropecuaria.
“Además de los grupos de jóvenes, estamos trabajando con las escuelas, en dotarlas en mayor fortaleza a la hora de formar a los estudiantes en producción agropecuaria, y no solo en la producción, sino en la comercialización, gestión y demás”.
Marco Antonio Camacho, miembro de la Fundación Hogar Juvenil, explicó que son varias las líneas de trabajo, dentro de las que están las iniciativas agrícolas en donde se enfocan en la tecnificación, identificación de rubros atados a las condiciones de uso del suelo y condiciones de los territorios. Otra de las líneas es la piscícola, que brinda una alternativa para que las comunidades produzcan carne de pescado bajo unas condiciones técnicas en estanques de geomembrana.
“Tenemos 31 pequeños productores de cacao, que tienen 48 hectáreas con una producción de 200 kilos por hectárea, nuestra meta es superar algunas debilidades que se tienen en el proceso y duplicar su producción en dos años de intervención”.
Así mismo están trabajando en cultivos de papaya y melón, usando tecnología, sistemas de riego y semillas certificadas.
Pero para definir este alcance y el enfoque de cada proyecto ha sido fundamental el trabajo articulado con la comunidad, es decir los jóvenes, quienes proponen sus ideas mientras les ayudan a materializarlas.
“Nosotros no llegamos a imponerles algo, ha sido un proceso de construcción participativa, les enseñamos a que vean el campo como una empresa pero eso no es de un día a otro”.
Pero el objetivo de jóvenes rurales no es solo dar vida a las iniciativas de estos jóvenes, otra de sus apuestas está en formarlos para que participen y sean activos en sus comunidades.
“No basta con crear proyectos productivos, también buscamos fortalecer las capacidades de los jóvenes y de las organizaciones en su participación y activismo político de manera que puedan desarrollar o construir una propuesta lo más desarrollada posible y hacer oír sus voces en los espacios”.
En esta formación ciudadana les explican cuales sus derechos, deberes, como crear un presupuesto y vigilarlo, además los incentivan a que conozcan y participen de los espacios de interacción.
