El cadete cordobés Fernando Iriarte fue sepultado en el municipio de San Bernardo del Viento, zona costanera del departamento de Córdoba, en medio de la presencia numerosa de amigos, familiares y miembros de la comunidad.
El féretro salió de su casa, ubicada en el barrio San Francisco, en medio de honores y en medio de las lágrimas de dolor de una comunidad que rechazó el atentado terrorista en el que murió el destacado deportista.
Iriarte Agresoth terminaría sus estudios en junio de este año. Su familia se había preparado para recibirlo con el uniforme de oficial de la institución, pero el destino no permitió este instante de felicidad y a cambio lo recibieron en un féretro de madera, luego que guerrilleros del Ej{ército de Liberación Nacional, ELN, decidieran atacar la Escuela General Santander con un carro bomba.
El pueblo se volcó a la iglesia central y luego bajo un inclemente sol, acompañaron a sus familiares hasta el cementerio central para darle el último adiós y para clamar por la paz de Colombia.
En San Bernardo del Viento fueron declarados dos días de dueño como una señal de solidaridad con los familiares del joven de 19 años, quien soñaba con formar parte del grupo de escoltas del presidente de la República.
Su padre, Hernando Iriarte, le pidió al presidente Iván Duque que asuma una posición radical para evitar que se repitan hechos como este en el que perdió la vida su hijo, un policía en formación, quien fue becado por la institución debido a sus grandes m{eritos como atleta y como voleibolista.
“Paz con sangre no es paz”, reiteró el padre de la víctima, quien pidió a los grupos al margen de la ley que frenen su accionar violento para evitar que personas inocentes pierdan la vida y terminen con los sueños de toda una familia y de una comunidad entera.
