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Regional

Proyecto para conservar el mono tití cabeciblanco avanza lento

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Ha pasado más de un año desde la firma del convenio bidepartamental entre las gobernaciones de Bolívar y  Atlántico para ampliar el área de reserva de los parques naturales regionales El Ceibal, en Bolívar, y Los Rosales, en Atlántico, y crear finalmente el Parque Natural del Caribe, proyecto que pretende evitar la extinción del mono tití cabeciblanco. Sin embargo, este avanza lentamente, la meta era declarar el área protegida antes de que terminara el período presidencial de Juan Manuel Santos, lo cual no se cumplió.

Aunque a largo plazo la idea es extender el área protegida a 40 mil hectáreas , inicialmente se pretende llegar a las 8 mil, pero hasta el momento el logro más significativo ha sido la ampliación del área protegida de Bosque seco tropical en Los Rosales, el cual, gracias a la gestión de la Corporación Autónoma Regional (CAR) del Atlántico  y la Gobernación de ese departamento, completó más 4.300 hectáreas en una nueva área protegida llamada El Distrito Regional de Manejo Integrado Palmar del tití.

Por su parte, en Bolívar el panorama parece ser más complejo. Mientras que la Gobernación pide celeridad y mayor compromiso a Cardique para que defina la matriz técnica, la entidad sostiene que los trámites que se exigen para declarar esas zonas como área protegida no son tan sencillos, a pesar de que los parques tienen características similares, como la idea es ampliar el rango a 40 mil hectáreas, los ecosistemas varían.

Tal como indicó Cardique, uno de los inconvenientes está en las coberturas remanentes de bosque seco tropical. Mientras en Atlántico la nueva área se expandió sobre 47 predios con presencia de parches de bosque seco en buen estado de conservación, en Bolívar hay muy pocas coberturas en buen estado y  las que hay tienen dificultades para su conectividad.

“Las coberturas de bosque seco en el departamento se dividen en tres predios muy grandes, con un gran nivel de intervención y presencia de algunos títulos mineros, que son el otro inconveniente”, explicó Cardique, debido a esto existe una gran presión para el desarrollo de actividades productivas (industriales, agroindustriales y urbanísticas) en dichos sectores y entorpecen la posibilidad de dialogo con sus propietarios; además se convierte en una amenaza no solo para el mono tití, sino para las cerca 230 de aves y 600 de mamíferos que viven en ese ecosistema.

Ante este panorama, que dificulta los procesos de concertación que se deben tener en cuenta para la declaratoria de nuevas áreas protegidas, de acuerdo a lo señalado en la ruta para la declaratoria de áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap), la opción que propone Cardique es concertar con la Gobernación de Bolívar la compra de predios con el objetivo de dedicarlos a la conservación.

Sin embargo, Rodolfo Díaz Wright, asesor de la Gobernación de Bolívar, aseguró que la ampliación está estancada, en gran medida, porque Cardique no ha participado activamente en el proyecto y tampoco ha definido la matriz técnica que deberá ser presentada al Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, para que se le dé viabilidad al proyecto.

Por lo pronto, tal como lo señalo el Ministerio de Ambiente en su momento, se espera que en una segunda fase se realice un trabajo conjunto entre las dos gobernaciones para seguir ampliando el hábitat de la especie y a finales de este año haber definido el nuevo corredor.

Ruta para declaratoria de área protegidaLa ruta declaratoria de área protegida está compuesta por 3 fases:

1. Fase de preparación: en la cual, a partir de la identificación de las prioridades de conservación, se da a conocer la iniciativa a los actores estratégicos.

2. Fase de aprestamiento: en esta se recopila toda la información, se delimita y se categoriza el área.  

3. Fase de declaratoria: con la cual termina el proceso mediante la elaboración del documento síntesis y declaratoria.

El bosque seco tropical es clave para la conservación de 2.600 especies de plantas, 230 de aves y 600 de mamíferos. Según el Instituto Humboldt, de las nueve millones de hectáreas que existían en Colombia solo queda el 8 %, es decir, unas 720 mil hectáreas. cortesía
El bosque seco tropical es clave para la conservación de 2.600 especies de plantas, 230 de aves y 600 de mamíferos. Según el Instituto Humboldt, de las nueve millones de hectáreas que existían en Colombia solo queda el 8 %, es decir, unas 720 mil hectáreas. cortesía
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