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Cultivos florecen en tierras despojadas por los Castaño

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Más de dos mil plantas de maracuyá florecen en la hacienda Las Tangas, antigua propiedad de los hermanos Castaño Gil, que fue devuelta a las familias víctimas del desplazamiento.

El 23 de abril de 2013, cuando Fernán Rafael Bula recibió de manos de la Unidad de Restitución de Tierras  la parcela 119 de la hacienda Santa Paula, ubicada en la vereda Leticia, zona rural de Montería, y se encontró con una inesperada sorpresa: 2.197 matas de maracuyá hacían parte de sus tierras.

Muchos afirman que el cultivo fue creado por quienes no contaban con el regreso de Fernán y su familia. Pero la siembra se convirtió en el proyecto productivo con el que se forjará el futuro de su familia.

El Juzgado Segundo Civil de Restitución de Tierras de Montería, con el permiso del beneficiario, le entregó el manejo del cultivo al Fondo de la Unidad de Restitución de Tierras y parte de las ganancias que genere la comercialización de las frutas, las recibirá el beneficiario de restitución.

Para Fernán, regresar a su tierra y encontrarse con este beneficio ha sido lo mejor que le ha pasado en la vida. “El proyecto va bien, ya tiene frutos y está andando. Voy cada dos días a revisarlo. Es una belleza regresar a las tierras y ver algo tan bonito. Queda esperar a que madure y recibir los buenos resultados”, dijo el campesino restituido.

Cultivos para el sustentoActualmente las dos mil matas de maracuyá se encuentran en buen estado. Se han erradicaron malezas, se ha realizado fertilización para brindar a las plantas los nutrientes necesarios, garantizando la cosecha y se ha desarrollado manejo de plagas y enfermedades para evitar brotes que pudieran comprometer los cítricos, indicaron voceros de la Unidad.

Señalaron que después de seis meses y gracias a la ejecución de esas actividades ya han empezado a aparecer frutos de muy buena calidad y esperan obtener la primera cosecha en el mes de diciembre de este año, con una producción aproximada de 3.2 toneladas.

Cabe resaltar que, adicionalmente al beneficio económico, el proyecto ha generado empleo a ocho personas de la región, cinco de las cuales se encontraban desempleadas y en precarias condiciones de vida.

El beneficiado con el proceso continuará al cuidado de las plantas que se convirtieron en el futuro de varias familias, entre ellas la suya, y que le permitirán por muchos años fortalecer la producción de la parcela 119 en donde actualmente habita.

Más de dos mil plantas de maracuyá garantizan sustento de víctimas. EL UNIVERSAL
Más de dos mil plantas de maracuyá garantizan sustento de víctimas. EL UNIVERSAL
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