comscore
Regional

La comunidad sucreña no tiene buena salud mental

Compartir


La comunidad sucreña no tiene buena salud mental. Ésta es una de las conclusiones a las que llegó Juan Carlos Fadul, exdiputado de la Asamblea Departamental de Sucre, quien estando en ese organismo conoció el tema quedando con la sospecha de que nuestras comunidades no tienen una mente saludable.
Por eso, este inquieto líder hace dos años y medio creó la primera institución prestadora del servicio de salud especializada en la atención de pacientes consumidores de sustancias psicoativas y trastornos mentales del departamento de Sucre y la región.
Ahora es la misma IPS la que le confirma a la comunidad sucreña esta grave sospecha, a través de estadísticas soportadas sobre el mismo día a día de la clínica que no para de recibir esta clase de enfermos, no solamente de los municipios de Sucre, sino de otros departamentos de la Costa Caribe.
“No solamente los sucreños, sino los colombianos en general estamos enfermos de la mente, por falta de un empleo, por malos servicios públicos, por la carencia de una vivienda digna y por la misma violencia que vivimos”, expresó Fadul.
En cuanto a esta parte del país, el exdiputado dijo que hoy lamentablemente tenemos un departamento enfermo en lo que concierne a salud mental debido a los fuertes golpes dados por la violencia contra regiones como el Golfo de Morrosquillo y los Montes de María.
“Todo aquel que haya sido víctima de la violencia, desplazado, violado o perturbado en su integridad tiene un trastorno mental, pero esto no significa que esté loco, pues un enfermo mental es como alguien que consulta a un médico por una diabetes o cualquier otro mal”, explicó Juan Carlos Fadul.
Explicó que quien acude a un siquiatra o psicólogo no está necesariamente loco, simplemente acude para una revisión de su comportamiento, pues “la falta de un empleo o no tener para pagar un recibo nos puede generar un desequilibrio en las emociones”.
Todo afiliado a través de su empresa prestadora del servicio de salud es cobijado para hacer esta clase de consultas, pues la Clínica Nuevo Ser tiene convenios con Comfasucre, Manexca, Comparta, Coosalud, el mismo Sisben, pero también atiende de manera gratuita a pacientes desamparados.
“Comúnmente en nuestra sociedad existe el temor de acudir a esta clase de especialistas, pero el Estado colombiano protege a esta clase de pacientes para que reciban tratamientos sociológicos y psiquiátricos”, enfatizó Juan Carlos Fadul, pionero en esta clase de centros asistenciales.
Según las estadísticas manejadas por la entidad con sede en el barrio Majagual de Sincelejo, la población adulta es la que más consulta por cuestiones de trastornos de sueño, bipolarismo y esquizofrenia, entre otros males, que comprometen la psiquis de las personas.
Mientras tanto, en lo que tiene que ver con enfermedades asociadas con el consumo de sustancias psicoativas, la tendencia de casos apunta lamentablemente hacía la población infantil, por lo que Fadul llamó la atención a las autoridades de salud para que trabajen más en la prevención de la drogadicción.

Para menor infractor
Nuevo Ser al mismo tiempo tiene 12 camas habilitadas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para prestar atención al Centro de Atención del Menor Infractor que viene siendo lo que para los adultos es la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía.
Este es un lugar transitorio en donde permanecen los menores de edad que han infringido la ley, mientras el fiscal o juez del caso atiende al adolescente lo remite a un centro de reclusión especializado en caso de que requiera una pena o lo manda para su lugar de residencia.
Para esto, Nuevo Ser tiene convenios con los municipios de Sincelejo, Colosó, San Antonio de Palmito, Toluviejo, Betulia y San Marcos, con los otras localidades “no se ha podido establecer acuerdos por negligencia de sus alcaldes, pese a que la ley de infancia y adolescencia se los exige”.
Durante los primeros cinco meses en este centro transitorio se han atendido un total de 215 niños, de los cuales 201 pertenecen a las zonas Sur y Norte de la ciudad de Sincelejo, “lugares en donde hay mayor consumo de sustancias psicoativas en menores de edad, menos presencia del Estado y de oportunidades”.
Por ese lugar están pasando niños por el delito de tentativa de homicidio, uno de ellos de 15 años que al parecer atentó contra la vida de un ciudadano en el municipio de Caimito para hurtarle su motocicleta y otro de 16 años por porte ilegal de armas y tráfico de estupefacientes, remitido desde Turbaco (Bolívar).    

Cruda estadística
Con el trabajo adelantado por esta entidad en el área del menor infractor, igualmente, se han ido revelando crudas estadísticas que evidencian la gran cantidad de niños que cometen delitos graves.
  Dentro de los 215 chicos atendidos en Nuevo Ser, 86 de estos han entrado por hurto; 38 por tráfico de estupefacientes, 13 por extorsión, 12 por acto sexual con menor de 14 años, 11 por porte ilegal de armas y 9 por obstrucción a la vía pública.
Otros 8 fueron atendidos por asonada, 8 por ataque a la fuerza pública, 7 por tentativa de homicidio, 7 por lesiones personales, 5 por homicidio, 3 por explotación ilícita de recursos naturales y 2 por receptación.
Algunos de estos niños ya han recibido penas de cuatro, cinco y hasta seis años en centro de reclusión especializado, mostrando tendencias de pertenecer a bandas criminales o grupos al margen de la  ley.
DESTACADO:
“Todo aquel que haya sido víctima de la violencia, desplazado, violado o perturbado en su integridad tiene un trastorno mental, pero esto no significa que esté loco, pues un enfermo mental es como alguien que consulta a un médico por una diabetes o cualquier otro mal”, explicó Juan Carlos Fadul, representante de la clínica Nuevo Ser.

Juan Carlos Fadul, representante legal Clínica Nuevo Ser.. Manuel Santiago Pérez.
Juan Carlos Fadul, representante legal Clínica Nuevo Ser.. Manuel Santiago Pérez.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News