La Alcaldía Municipal de Marialabaja, a través de la Unidad Municipal de asistencia Técnica Agropecuaria (Umata), celebró el Día del Campesino, en la Plaza Principal del casco urbano.
El evento contó, además, con el apoyo de Fundemaría, Hacienda Promotora Las Flores, personas naturales y comerciantes del municipio, quienes aportaron herramientas para el trabajo en el campo.
La alcaldesa municipal, Diana María Mancilla de González, exaltó el que los gremios organizados se comprometieron a sacar adelante esta iniciativa de la administración en pro de las personas que día a día, con grandes sacrificios, labran la tierra para abastecer no solo a Marialabaja, sino también a la capital de Bolívar.
“Ustedes son el soporte de nuestra alimentación y, como tal, debemos contribuir con el desarrollo del campo en el municipio de Marialabaja”, declaró la mandataria local.
A su turno, Eder Jiménez Olave, director de la Umata, sostuvo que “celebrar el día de los campesinos es de suma importancia, ya que ellos son el motor de la economía en el municipio y merecen atención especial por parte de la administración y de entidades importantes”.
Miguel Mariano Pérez Teherán, representante de los campesinos, aprovechó la oportunidad para pedirle a la alcaldesa que no desampare a los campesinos. Asimismo, al Banco Agrario le pidió colaboración para el campesinado con sus gestiones bancarias, pero también dijo a los labriegos que quienes vendieron sus parcelas no pueden aspirar a nuevos programas de adquisición de tierras.
Agregó que es importante para el campesinado que los diálogos de paz que se adelantan en Cuba, lleguen a feliz término para que los labriegos puedan trabajar tranquilos sus parcelas y conseguir el sustento de sus familias.
Los campesinos recibieron botas pantaneras, machetes, termos, bombas de espalda, anchetas, porcelanas, herbicidas, semillas de maíz, picos, limas, martillos, rastrillos, cubiertas, abarcas, entre otros.
La celebración fue amenizada por la banda 8 de Diciembre y grupos de bullerengue de la Casa de la Cultura Eulalia González Bello y un equipo de sonido.
