La decisión del alcalde de Cereté, Francisco Padilla Petro, de prohibir todas las fiestas del municipio, empezó a generar las primeras reacciones airadas por parte de la comunidad.
Cerca de 17 festividades entre las que se incluyen las tradicionales corralejas, el festival nacional de la cumbiamba y faldangos fueron ‘sacadas de plano’ por el mandatrio quien aduce que Cereté es un pueblo de ‘mondaos’ (gente sin plata) y que las fiestas lo que hacen es incrementar la inseguridad en la localidad.
Aunque los pobladores advierten que esa decisión del alcalde Padilla está fundamentada en su religión evangélica, este insiste en que nada tienen que ver sus creencias con la prohibición y que mientras sea Alcalde no dará permisos para hacer fiestas.
Los integrantes del grupo cultural Nacabué fueron los primeros en salirle al paso al mandatario. Una marcha y una acción de tutela son dos de los mecanismos que utilizarán para que les permitan la realización del festival nacional de la cumbiamba.
De acuerdo con lo señalado por Ismael Morales Padrón, integrante del grupo, bajo ninguna excusa se puede acabar de plano con un evento que pretende rescatar la cultura y que se venía realizando en Cereté desde hace varios años.
Este viernes está prevista una reunión en la plazoleta del centro cultural de Cereté para acordar la realización de una marcha en contra de la decisión del mandatario y para elaborar un derecho de petición en el que solicitarán a Padilla los argumentos jurídicos de su decisión.
Los gestores culturales insisten en que si es necesario instaurarán una acción de tutela pues con esa decisión se estarían violando los derechos sociales y culturales contemplados en la Constitución Nacional.
