Un S.O.S lanzaron los habitantes de Ayapel ante la “muerte lenta” a la que ha sido sometida la ciénaga de Ayapel, hoy convertida en laguna de oxidación y zona de vertimiento de residuos químicos.
Las pasadas inundaciones, el mercurio que llega a la misma por cuenta de la actividad minera y el vertimiento de aguas servidas están originando el más grande caos ambiental y social.
En Ayapel, el 80 por ciento de sus habitantes vive de la ciénaga, pero los embates de la naturaleza y la mano destructora del hombre ha hecho que la misma esté pasando por su peor momento.
La potasa, la sedimentación, los elementos químicos dejados por las empresas que vierten sus aguas servidas y la basura que los mismos habitantes arrojan a la ciénaga ha hecho que se esté secando, que la vegetación se muera y que se disminuya la producción íctica.
Alejandro Díaz, un pescador de la zona, dijo que este año ha disminuido considerablemente la pesca y que hay reserva por parte de los compradores ante la posibilidad que haya contaminación con mercurio.
Las estadísticas señalan que en Ayapel se producían hasta mil toneladas de pescado, hoy no llega a cien toneladas.
Los agricultores de Ayapel también se mostraron preocupados por la falta de fertilidad de los terrenos que antes utilizaban para el cultivo de arroz, patilla, maíz y pepino. Señalan que hay acidez en los terrenos debido a la potasa dejada por los ríos luego de las inundaciones y de los altos niveles de contaminación, señala Rodolfo Vega, cultivador de la localidad.
Lo más grave de todo, a juicio de voceros comunales de la zona, es que la ciénaga de Ayapel está convertida en una laguna de oxidación en la que vierten las aguas del alcantarillado sin ningún tipo de tratamiento.
Hicieron un llamado a la Corporación de los Valles del Sinú y San Jorge (CVS) para que se adelanten verdaderos planes que protejan el cuerpo de agua más importante de la zona.
La Universidad de Córdoba hizo un diagnóstico de la situación real de la ciénaga de Ayapel y los resultados prendieron las alarmas de la comunidad, pues la situación de contaminación advierte una inminente crisis.
