El desmedido interés de cautivar a los consumidores por parte de los comerciantes y establecimientos de la calles 34 y 35, entre carreras Segunda y Quinta, tiene a este céntrico sector de la capital de Córdoba como centro del caos, por cuenta de la contaminación auditiva y visual.
En cada acera hay batanes a altos volúmenes promocionando productos, acompañado de vistosas campañas publicitarias.
A más de estos el bullicio de los carros con sus pitos, aumentan el desorden que perturban a los centenares de transeúntes que por allí circulan a diario. ¿Quién le pone freno al caos?
