Con una inversión de 300 millones de pesos, se construye en El Carmen de Bolívar una fábrica en proximidades de la Troncal de Occidente, con el propósito de tecnificar la elaboración de estas galletas.
El proyecto, que se emprendió a comienzos de año, también tiene como objetivos comercializar este producto insigne de los carmeros a escala nacional e internacional, y generar nuevos empleos en la población.
El empresario Bladimir Duarte Díaz pretende formalizar el negocio para buscarle nuevas plazas a las galletas y panochas, pero sobre todo contribuir al desarrollo y crecimiento de una tradición de varias generaciones.
La iniciativa se gestó gracias a una conversación que Duarte Díaz sostuvo en Cartagena con el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
En los pocos minutos que habló con el mandatario logró exponerle el proyecto, y Uribe con un guiño le consiguió la aprobación de un préstamo en el Banco Agrario.
Bladimir, quien lleva produciendo y comercializando “Chepa Corinas” hace más de 15 años, dice que su empeño y dedicación lo han llevado a hacer realidad el sueño de construir una fábrica.
Expresa que no solo se dedicará a la producción de galletas, sino que incursionará en la elaboración de otros productos, basándose en lo que se cultiva en la región.
“Seguiré tocando puertas en otras entidades bancarias para obtener los recursos que me hacen falta para regalarle a esta tierra tan marcada por la violencia, la alegría de contar con una empresa que represente la identidad de un municipio”, dice el emprendedor.
Quiere compartir con muchas personas ese logro personal, porque gracias a la colaboración de ellas ese sueño se está haciendo realidad, como lo manifiesta en cada unos de los encuentros empresariales a los que tiene oportunidad de asistir.
Refiere que el proyecto es ejemplo de superación y de amor por El Carmen, para que aquellos comercializadores de otros productos se organicen y rescaten las tradiciones culturales que las generaciones pasadas les han heredado.
“Estamos en una etapa de transformación y de crecimiento, pero también saliendo poco a poco de un pasado que nos marcó. Hay que aprovechar este momento para comenzar a transformar el presente y brindarle a las nuevas generaciones un municipio limpio y renovado”, manifiesta Duarte.
Una de las metas que más desea realizar está relacionada con la generación de nuevos empleos que beneficien a muchas familias carmeras.
En la actualidad cuenta con ocho trabajadores directos y 200 trabajadores indirectos en la región de Los Montes de María y en otros departamentos de la Costa Caribe, los cuales devengan su sustento diario de la venta y distribución de las galletas y panochas.
La transformación
Es claro que han tenido que pasar muchos años e innovaciones para que la fabricación de este producto insigne se haya mantenido, por eso es admirable la forma en que Duarte Díaz ha evolucionado, hasta el punto de iniciar la construcción de la primera fábrica profesional cerca a una de las vías nacionales.
El empresario considera que este es un mercado virgen, hecho que le va a permitir seguir posicionando su nombre y el de los productos que se realizan en El Carmen de Bolívar.
Pero lo que más lo hace sentir orgulloso y lo incentiva para no fallar en su lucha, es la importancia y el reconocimiento con que cuenta su trabajo.
“Con mi abuelo”
Con una sonrisa de satisfacción en su rostro, Bladimir sostiene que trabajar durante quince años al lado de su abuelo Francisco Díaz Olivera, le permitió obtener de él el secreto y la técnica para hacer las galletas y las panochas que diariamente se venden en cualquier tienda local, departamental y regional.
“Para poder tener mi propia empresa debí obtener el consentimiento de mi abuelo, pero lo que más admiró de él es lo que le manifesté siempre: no quería su dinero sino que me enseñara a hacer las galletas para continuar con la tradición que heredó cuando apenas era un joven”, refiere.
Solo con su sueño
Bladimir Duarte Díaz proviene de una familia humilde que toda la vida se ha dedicado a hacer y distribuir las galletas y panochas que diariamente endulzan los hogares carmeros y de otras regiones del país.
Pero lo más importante, según él, es que ha sido un hombre que se ha forjado a pulso de trabajo, dedicación, respeto y amor por lo que hace.
Por eso sus amigos más cercanos insisten en asegurar que es una persona que se ha caracterizado por respetar lo que hace, pero sobre todo por ser el primer carmero en lograr la construcción de un sueño colectivo de cuatro generaciones, que con tesón han luchado por no dejar perder la tradición de la conocida Josefa “Chepa” Corina.
La empresa
El empresario le contó a El Universal que en este momento cuenta con un código, una marca registrada y un nuevo empaque, el cual se encuentra desde el pasado mes de diciembre en el mercado y espera con la nueva fábrica hacer parte de las empresas clasificadas por el Invima.
También implementa nuevas técnicas para mejorar el sabor de las galletas y las panochas, que van desde la utilización de azúcar morena hasta la panela molida, generando nuevos sabores debido a la variedad de público que las consume.
Dice que espera rodearse de muchos profesionales para generar nuevos sabores y presentaciones para poder utilizar el dulce natural hasta llegar a los dietéticos, a fin de satisfacer el gusto de aquellas personas que sufran de alguna enfermedad.
Además, desea comercializar y producir la casadilla, el pastelito de coco y los panes de yema que hace mucho tiempo dejaron de venderse en el municipio.
De igual forma, espera que en un corto tiempo pueda montar una fábrica de azúcar junto a la de galletas y panochas, debido a la riqueza agrícola con que cuentan Los Montes de María en la producción de caña.
Opiniones
Los trabajadores aseguran que esta es una buena oportunidad para seguir produciendo muchas galletas, las cuales van a ser reconocidas en todas partes por ser de El Carmen de Bolívar, como está sucediendo en la actualidad.
Manuel Novoa Márquez, lleva cinco años vinculado a la productora y, es tanto el empeño y la dedicación que le pone a lo que hace, que está seguro que en un corto tiempo al Municipio van a llegar nuevas empresas que contribuyan al crecimiento local y regional.
Héctor Ricardo Meza, otro trabajador de esta naciente empresa, precisa que a partir de este momento comienza la tarea de rescatar las tradiciones culturales de El Carmen, las cuales durante mucho tiempo dejaron de practicarse.
Francisco Díaz Olivera, abuelo de Bladimir, a sus 85 años de edad expresa el orgullo que le hace sentir su nieto.
“Gracias a su dedicación y a este nuevo proyecto, estoy seguro que la tradición de la producción de las galletas y las panochas va a continuar por varias generaciones más”, finaliza.



