Un grupo de congresistas del partido Alianza Verde oficializó su renuncia a la colectividad este miércoles. La decisión fue anunciada por la senadora Angélica Lozano y los representantes a la Cámara Katherine Miranda, Catherine Juvinao, Carolina Giraldo, Cristian Avendaño y Alejandro García.

En una carta dirigida a la directiva del partido, los legisladores argumentaron que las diferencias con el sector afín al Gobierno del presidente Gustavo Petro han llegado a un punto irreconciliable.
“Desde 2021 empezó la discusión interna sobre la posible escisión a raíz de diferencias políticas con el sector petrista, que solo han venido profundizándose”, afirmó Lozano.
La senadora aseguró que, a pesar de los intentos por mantener la independencia del partido, una parte de la colectividad decidió alinearse con el Gobierno.
Pudo más el sector que se dejó llevar por el manejo de ministerios y de otras entidades del Estado que ha venido entregando el Gobierno.
Angélica Lozano, Senadora de la República
Además, dejaron claro que no apoyarán una eventual reelección de Gustavo Petro en 2026. “No vamos a ser parte de su reelección. El sueño cívico y ciudadano que nació con la Ola Verde sigue vigente. No vamos a entregárselo a Petro, que ha traicionado la esperanza de cambio real de millones de colombianos”, señalaron en el comunicado. Puede leer: División en la Alianza Verde: se reconfigura el mapa político 2026
Asimismo, solicitaron que el proceso de escisión se lleve a cabo de manera rápida y respetuosa. “Pedimos se convoque a la mayor brevedad la Dirección Nacional con el único punto en el orden del día de aprobar la escisión irrevocable del Partido Alianza Verde”, indicaron.
Impacto de la ruptura en Alianza Verde
La noticia ha generado un fuerte impacto dentro del partido, ya que esta división interna puede afectar su estructura y representación política.

Federico Ochoa, secretario general de Alianza Verde en Bolívar, reconoció que la colectividad ha albergado diversas tendencias ideológicas, lo que ha derivado en debates internos complejos.
Este rango de representaciones dentro del partido ha generado, en ocasiones, posiciones irreconciliables, como las que se evidencian hoy.
Federico Ochoa, secretario general de Alianza Verde en Bolívar
Pese a la situación, Ochoa enfatizó que la colectividad mantiene el respeto por las decisiones individuales de sus miembros y que la salida de algunos congresistas no significa la desaparición del movimiento.
“La política es dinámica, así como algunos se distancian, otros sectores se integrarán al partido. Lo importante es el respeto por la diversidad de posiciones”, sostuvo.
Sin embargo, advirtió que el partido enfrenta un reto en términos de densidad política y reconocimiento legal. “El reto ahora es continuar con el proceso de fortalecimiento y definir estrategias para seguir adelante sin fracturas que afecten su capacidad electoral”, concluyó.
Reacciones dentro del partido Alianza Verde en Bolívar

El concejal de Cartagena Armando Córdoba ratificó su permanencia en el partido y su respaldo al Gobierno Nacional. “Nos toca reorganizarnos y repensarnos de cara a las elecciones de 2026″, afirmó, al reconocer que la salida de un grupo de congresistas representa un reto para la colectividad.
Córdoba insistió en que, pese a la división interna, Alianza Verde sigue siendo clave en el panorama político nacional. “Más allá de las diferencias, quienes seguimos en el partido estamos comprometidos con la transformación del país, con el fortalecimiento de nuestras banderas ambientales, de transparencia y de justicia social. Este es un momento de ajustes, pero no de retrocesos”, sostuvo.
Además, señaló que este proceso abre la puerta a nuevas alianzas políticas. “Sabemos que este tipo de fracturas pueden debilitar un movimiento, pero también pueden representar una oportunidad para consolidar nuevas coaliciones con sectores afines a nuestros principios. En los próximos meses tendremos que evaluar estrategias que nos permitan mantener nuestra relevancia en el escenario político”, explicó.
Córdoba destacó que la colectividad debe enfocarse en garantizar su estabilidad y su capacidad de incidencia en decisiones nacionales y regionales.
“El reto ahora es demostrar que seguimos siendo una opción política sólida, que no depende de individualidades sino de un proyecto colectivo. Tenemos el desafío de seguir creciendo y de mantener el respaldo ciudadano de cara a las próximas elecciones”, concluyó.
Desafíos en la reorganización del partido Alianza Verde
El edil Damián Hernández, de la Localidad Histórica y del Caribe Norte, coincidió en que la separación responde a la esencia misma de Alianza Verde como un partido de múltiples corrientes ideológicas. “Siempre ha existido un espacio de debate interno, pero esta división genera incertidumbre sobre cómo se reorganizará la colectividad a nivel nacional y regional”, afirmó.
Hernández destacó que la dirección nacional debe definir pronto una metodología clara para la redistribución de liderazgos en departamentos y municipios. “La pregunta clave es: ¿cómo se estructurará el partido tras esta división? En Bolívar, Alianza Verde ha crecido y cuenta con tres concejales, un diputado y cuatro ediles. Es fundamental saber cómo se manejará este nuevo escenario para evitar desarticulaciones en lo local”, señaló.
El edil también expresó preocupación por el impacto que esto pueda tener en la preparación del partido para las elecciones de 2026. “Este tipo de divisiones pueden restarle fuerza a la colectividad si no se maneja de manera estratégica. Es fundamental que en las próximas convenciones se tomen decisiones que permitan mantener una estructura sólida y una dirección clara para quienes permanecemos en el partido”, advirtió.
¿Qué sigue para Alianza Verde tras la división?

Mientras la escisión sigue su curso en el ámbito nacional, en Bolívar se espera que la dirección departamental del partido convoque reuniones para evaluar su impacto y definir el futuro de la colectividad en la región.
El proceso de separación aún debe ser ratificado en la convención de Alianza Verde, donde se requerirá el voto de al menos el 75% de sus miembros para oficializar la ruptura.
En caso de aprobarse, el partido enfrentará el reto de reorganizarse en un escenario político complejo, con un panorama electoral que definirá el futuro del progresismo en el país.