La decisión del presidente del Senado, Efraín Cepeda, de llevar a cabo las sesiones de este martes y miércoles de manera mixta, en respuesta a la afectación que sufrieron las aerolíneas por la falta de combustible, ha generado una fuerte polémica en el Congreso de la República.
Ariel Ávila, senador y presidente de la Comisión Primera, criticó duramente la medida, acusando a Cepeda de violar la autonomía de las comisiones y de conducir al legislativo hacia la parálisis y el caos.
La controversia se desató luego de que Cepeda decidiera mantener las sesiones en modalidad mixta, una combinación de participación presencial y virtual, para adaptarse a las dificultades de transporte causadas por la supuesta escasez de combustible. Lea también: Tras denuncia de Efraín Cepeda, Minhacienda desembolsó recursos a Senado
Sin embargo, esta medida fue vista por Ávila como un acto innecesario y perjudicial, basado en una estrategia de pánico infundada. “Mantener una sesión mixta es absurdo y únicamente le hace el juego a esta estrategia de pánico que se ha creado en las últimas horas, inexplicable sobre la ausencia de gasolina cuando se supo que no era así”, declaró Ávila.

El senador fue enfático en señalar que la decisión de Cepeda no solo carece de fundamento, sino que también atenta contra la independencia de las comisiones, que tienen el derecho de decidir cómo sesionar.
“El presidente del Senado maneja la plenaria, pero no maneja las comisiones, entonces está violando la autonomía”, subrayó Ávila, quien insistió en que la Comisión Primera, bajo su liderazgo y con el apoyo del vicepresidente Carlos Fernando Motoa, continuará sesionando de manera presencial.
Ávila también advirtió sobre las implicaciones prácticas de la decisión de Cepeda, destacando que las sesiones mixtas pueden alterar el curso normal del trabajo legislativo. “Lo que hace eso de las sesiones mixtas en la vida real es soterradamente modificar el orden del día, y eso es discrecional de la Mesa Directiva de la Comisión”, explicó. Según Ávila, esta situación crea un vacío complicado que impide la discusión de actos legislativos, reformas constitucionales, leyes orgánicas y estatutarias, temas que requieren un debate profundo y presencial.
La reacción de Ávila pone de manifiesto las tensiones dentro del Congreso, en un momento en que el legislativo se enfrenta a decisiones cruciales y proyectos de ley importantes, como la Ley de Jurisdicción Agraria recientemente radicada. La insistencia de Cepeda en mantener las sesiones mixtas, a pesar de las críticas, sugiere un desacuerdo profundo sobre cómo manejar los desafíos logísticos que enfrenta el Congreso. Le puede interesar: Ley Agraria: congresistas advierten ‘expropiación exprés’ tras su radicación
Mientras tanto, la discusión sobre la modalidad de las sesiones continúa, y el impacto de estas decisiones en el avance de la agenda legislativa sigue siendo incierto. El debate entre la necesidad de adaptarse a las circunstancias y la preservación de la autonomía y el rigor en el proceso legislativo será crucial en las próximas semanas, a medida que el Congreso avanza en la discusión de importantes reformas y proyectos de ley.