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Política

La ideologización de la soberanía energética le juega en contra a la transición: Oviedo

Juan Daniel Oviedo, exdirector del DANE y concejal de Bogotá, analizó la posición de Colombia en el top 5 de líderes en transición energética en Latinoamérica, destacando los desafíos y la necesidad de políticas a largo plazo.

La ideologización de la soberanía energética le juega en contra a la transición: Oviedo

Juan Daniel Oviedo, exdirector del DANE y concejal de Bogotá. // Carlos Torres- El Universal

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En conversación con El Universal, Juan Daniel Oviedo, exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y actual concejal de Bogotá, en el marco del Congreso de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (ANDESCO) que se realiza en Cartagena, ofrece una visión detallada sobre la posición de Colombia en la transición energética en Latinoamérica.

Oviedo analiza cómo las políticas a largo plazo han llevado al país a ser uno de los líderes regionales en este ámbito; sin embargo, también advierte sobre los retos y la ideologización que podrían obstaculizar el progreso hacia una verdadera soberanía energética.

¿Cuál es su opinión sobre el hecho de que Colombia haya entrado al top 5 de líderes en transición energética en Latinoamérica?

Esa quinta posición en América Latina tiene un aspecto muy positivo, y es que es el resultado de construir políticas a largo plazo. Varios gobiernos en el sector minero-energético han permitido que eso suceda. A veces se piensa que este gobierno, con sus propuestas explícitas de transición energética justa, es el que está permitiendo que estemos en esa quinta posición; sin embargo, hay que aclarar que es el resultado del trabajo de los dos últimos gobiernos alrededor de este tema. Le puede interesar: Ley de Servicios Públicos: 3 puntos infaltables en la reforma, según Andesco

Lo negativo de este ranking, que está fomentado por el Foro Económico Mundial, es que insinúa que la velocidad de inversión de recursos no es adecuada. Es decir, a pesar de que América Latina está avanzando en el tema, sigue rezagada. Estar en el quinto puesto de una región rezagada en materia de transición energética implica también la necesidad de coordinar esfuerzos transnacionales para tener economías de escala, por ejemplo, en la definición de herramientas de transición.

¿Hacia dónde cree usted que debe dirigirse la conversación regional para que exista un respaldo y qué políticas o regulaciones no están permitiendo que esta transición energética avance?

Lo primero es que estamos un poco ideologizados, hablando de que la transición energética tiene un componente de soberanía energética. Necesitamos reconocer que esta soberanía también requiere una visión estructural de la capacidad de generación de energía de respaldo. Aquí el gobierno ha sido muy impreciso sobre la importancia de una red de transmisión de gas natural propia.

Además, la ideologización de la transición energética alrededor de la soberanía ignora que, aunque podemos tener energía eólica y fotovoltaica, estas fuentes no son suficientes para la cocción de alimentos. En Colombia, 6 de cada 10 hogares cocinan con gas, y el gas es un combustible que permite resolver la situación de hogares que cocinan con leña. Es importante fortalecer la regulación de incentivos para que la interdependencia entre fuentes alternativas de generación de energía se complemente con un sistema energético de soporte, principalmente gobernado por el gas natural, a medida que queremos abandonar el carbón.

¿A qué incentivos específicos se refiere?

Cuando hablamos de regulación, nos referimos a cómo el Estado va a dar incentivos claros, como tarifas de transmisión de gas para construir gasoductos más robustos. También es necesario definir la capacidad de importación de gas licuado, por ejemplo, ampliando plantas de regasificación. El gas ha sido declarado como una tecnología de transición energética y necesitamos que se mueva más fácilmente en todo el país.

Finalmente, permitir la exploración y explotación de gas natural en el subsuelo y en mar abierto es crucial. Tenemos avances importantes, pero algunos proyectos no han tenido cierre económico debido a la incertidumbre regulatoria. En resumen, necesitamos incentivos concretos para la consistencia del proceso de transición energética y evitar la ideologización y politización de este desarrollo.

¿Cómo se puede mitigar el efecto de la transición energética en comunidades que todavía dependen de hidrocarburos?

Es necesario pensar en la soberanía energética de manera menos romantizada y definir zonas no interconectadas que requieran fuentes alternativas de generación de energía. En estas zonas, el país ha promovido plantas basadas en combustibles como el diésel. El gas debe llegar a más sitios para una generación sostenible de energía, especialmente para la cocción de alimentos.

El país ha avanzado en la instalación de celdas fotovoltaicas en comunidades aisladas para garantizar energía básica para la luz y la refrigeración; sin embargo, para cocinar se necesita una oferta más robusta, lo que requiere densificar la red de gas natural o gas en pipeta (GLP). Esto sería más competitivo y permitiría depender más de energías fotovoltaicas y eólicas.

¿Cómo impactará económicamente la transición energética a las comunidades en el corto y largo plazo?

La transición energética no solo se planea desde la oferta de energía, sino también desde la demanda. Se necesitan recursos para establecer un fondo de innovación fuerte que promueva tecnologías eficientes en electrodomésticos y técnicas de cocción de alimentos. Es importante invertir no solo en parques solares y eólicos, sino también en el sistema de innovación nacional y global.

Energía en el Caribe

“En el Caribe, por ejemplo, el crecimiento de la demanda de energía eléctrica ha causado una presión importante.

Buena parte del crecimiento de la demanda de energía eléctrica que tiene quebrados a muchos hogares en el Caribe se debe a que, en el estímulo de la demanda de recuperación después de la pandemia de COVID-19, los Días sin IVA trajeron una cantidad de electrodomésticos que no son eficientes energéticamente, pero sí muy baratos.

Entonces, la gente compró aires acondicionados baratos, que no son tan ecológicos, y una cantidad de electrodomésticos que no son costoeficientes en el consumo de energía, lo que generó una presión muy importante sobre la demanda. Le puede interesar: Cartagena, segunda ciudad con tarifa de luz más alta, conozca cuál es la primera

Necesitamos recursos para lograr que la gente tenga electrodomésticos eficientes y reducir la demanda de energía. Por el lado de la oferta, es necesario renunciar a los hidrocarburos de manera gradual, no abrupta, para no afectar negativamente la economía. El sector hidrocarburos representa una parte importante del PIB y de las exportaciones del país”.

Los Días sin IVA

El proyecto de Día sin IVA está a la espera de sanción presidencial para retomarse. ¿Cuál es su postura sobre los Días sin IVA y su impacto en la demanda de energía?

“Los Días sin IVA, como política de estímulo a la demanda, son positivos, pero no conocemos una evaluación estricta de su impacto. Además, existe la exposición a la entrada de dinero de procedencia no legal durante estos días. Es necesario hacer un balance entre el estímulo a la demanda y los costos asociados, como la adquisición de electrodomésticos no eficientes en términos ambientales.

Más que estimular el consumo a través de estas herramientas, necesitamos que los dineros públicos lleguen al sector productivo para reducir los costos de inversión. En el último año, hemos visto una contracción significativa en la inversión, lo que afecta la economía del país”.

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