“Marica el último”, “el vivo vive del bobo”, entre otros adagios son recurrentes en el argot popular de Colombia, una sociedad que premia el saltarse las reglas y persigue los atajos. No obstante, la cosa cambia de color cuando la ‘jugadita’ ajena va en detrimento de uno.
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En el listado de esas ‘perlitas’ está la migración vehicular, como la definió el diputado bolivarense Luis Roberto Ballestas, la cual es la dinámica de propietarios de carros que los matriculan en municipios de departamentos vecinos, pues encuentran mejores condiciones tributarias como exenciones frente al pago del impuesto vehicular, otorgamiento de periodos de gracia o descuentos atractivos durante una o varias vigencias fiscales.
“Esto representa una fuga de recursos ampliamente significativa para Bolívar que, sin lugar a duda, afecta a las arcas públicas, limitando en muchas ocasiones el margen de acción de la administración departamental en cuanto a la ejecución de proyectos susceptibles de financiación con los recursos recaudados a través del impuesto vehicular”, expuso LuisRo, como es conocido.
Por consiguiente, Ballestas propuso que la Gobernación, en sinergia con la Asamblea, establezca incentivos para la matrícula de vehículos en Bolívar y así reparar el déficit que ocasionan estos impuestos vehiculares que no pagan conductores que viven en el departamento y gastan su malla vial.
“Debemos crear una comisión accidental que se encargue de dicho tema y dialogue con la Secretaría de Hacienda de Bolívar, especialmente con los responsables de la Dirección de Ingresos y la Dirección de Estudios y Análisis Financiero y Fiscal, con el propósito de estudiar y diseñar estrategias que permitan combatir el fenómeno de la migración vehicular, a través del desarrollo de métodos de recaudo que garanticen la competitividad del departamento con relación a los incentivos que en materia tributaria ofrecen otros territorios”, indicó el diputado.
Y resaltó: “Este tema es de interés general para la población bolivarense y, en tal sentido, pido a los diputados que se vinculen a la iniciativa con la finalidad de realizar un trabajo conjunto con la administración departamental, y así lograr los propósitos de un Bolívar Mejor”.
En 2016, Carlos Ardila, representante a la Cámara, propuso eliminar el nombre del municipio de las placas vehiculares para evitar discriminación al momento de la venta. La iniciativa buscaba modificar el sistema de identificación de los carros en Colombia, el cual ha regido durante más de 40 años; sin embargo, este ímpetu nunca se convirtió en ley.
Ardila consideraba que los conductores prefieren matricular sus carros en Bogotá y en grandes ciudades, lo que ha desatado que los municipios vean afectadas sus finanzas por concepto de impuestos de rodamiento que dejan de percibir. Su tesis se basaba en que placas municipales podrían ser objeto de mayores controles de tránsito.
“Esta práctica de pagar rodamiento y semaforización de una lugar donde no se afecta la malla vial distorsiona la locación de recursos públicos”, señaló en su momento.