Gustavo Petro, presidente de Colombia, arremetió ayer contra el candidato presidencial de ultraderecha argentino Javier Milei por sus comentarios despectivos sobre las personas socialistas, y aseguro que eso lo “decía Hitler”. Lea este perfil sobre Milei: Milei: ¿por qué un “loco” puede ser el próximo presidente de Argentina?
En un breve mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), Petro citó una noticia en la que se recogen las palabras de Milei “¿Qué es en el fondo un socialista? Es una basura, un excremento humano”.
“Esto mismo decía Hitler”, indicó Petro al respecto, en el primer mensaje en referencia al triunfo del líder de la formación La Libertad Avanza, que salió en un sorpresivo primer lugar en las primarias del pasado 13 de agosto. Por ese logro, hoy Milei es el favorito para llegar a la Casa Rosada, sede presidencial argentina.
En una entrevista con la emisora RCN el lunes por la noche, Milei aseguró: “La decadencia de Argentina empieza con esto de abrazar las ideas socialistas, es decir, la verdadera enfermedad argentina se llama socialismo. En la medida que un país abraza esas ideas, lo único que le va a ocurrir es ser cada vez más pobre”.
Milei ha levantado polémica en los últimos días con sus propuestas, tildadas de populistas, entre ellas atacar a la “casta” política, ajustar el Estado, dolarizar el país y eliminar el Banco Central.
De hecho, a Buenos Aires fue uno de los primeros viajes internacionales que hizo el mandatario tras acceder al cargo el pasado 7 de agosto de 2022.
Contexto político argentino
Aunque el jefe de Estado colombiano no se había pronunciado sobre Milei y el resultado de las primarias argentinas, las propuestas del ultraderechista apuntan a que, en caso de lograr la Presidencia, esta relación se enfriaría.
La grave coyuntura económica, con más de un 113 % de inflación interanual, fuerte brecha cambiaria y un 40 % de la población en situación de pobreza, y el incierto panorama político, tras el triunfo de Milei en las primarias y sin un panorama claro con vistas a las presidenciales del 22 de octubre, han convertido a Argentina en un perfecto caldo de cultivo para la agitación social.