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Política

“Con lo que vale una valla prefiero alimentar a los niños”: Aristizábal

Fabio Aristizábal, exsuperintendente de Salud, aspira a la Alcaldía de Cartagena con un discurso directo y sin filtros en pro de la renovación de la política.

“Con lo que vale una valla prefiero alimentar a los niños”: Aristizábal

Fabio Aristizábal, candidato a la Alcaldía de Cartagena por el Movimiento de Salvación Nacional. // El Universal

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Luego de renunciar al Centro Democrático hace unas semanas, debido a que el partido en su capítulo cartagenero “se desvirtuó”, Fabio Aristizábal, superintendente de Salud en los cuatro años de gobierno de Iván Duque, recaló en el Movimiento de Salvación Nacional, colectividad que lo avaló para aspirar por la Alcaldía de Cartagena. Lea: Los nombres más llamativos entre los que quieren llegar al Concejo

En un país con regionalismos tan marcados, si algún rival lo ataca por su origen, indicando que por ser paisa, rolo, usted no conoce la ciudad como para gestionarla de la mejor manera, ¿usted que dirá?

Uno no escoge dónde nace, sino que escoge dónde lucha. Muchos cartageneros que conocen mi trayectoria y persona saben que sé más de la ciudad que muchos de los candidatos a la Alcaldía. Yo vine aquí a tomar decisiones que no han tomado bolivarenses de nacimiento, pues se necesita un líder que venga realmente a transformar la clase de política que se ha hecho. La clase política falló y lo que ha provocado es desconfianza y desesperanza. Por ende, ¿qué tiene de malo que venga alguien de afuera con una visión ejecutiva en la toma de decisiones, que maneje y gestione los recursos públicos en favor de la gente y no de sus intereses personales.

Tras una destacada carrera en lo público e imagino que con proyección laboral en lo privado, ¿por qué decide meterse en esta ‘vaca loca’?

Luego de recabar una vasta experiencia en lo privado, pues fundé ocho empresas, lo que más quiero es defender lo público. La Superintendencia me dio la oportunidad de ver cómo funciona el país y conocer cómo las mafias corruptas se roban los recursos. Ataqué a los clanes desde lo público, le quité el control que tenían los padrinos políticos, congresistas y casas políticas de muchos hospitales y empresas de salud. Yo amo esta ciudad porque me enamoré de ella y me enamoraron aquí, por eso quiero venir a trabajar por ella.

¿Y de qué manera le apuesta a jugar en esta contienda que el boca a boca y las encuestas aseguran que el próximo alcalde está entre dos o tres candidatos?

Yo estoy esperando también que las comunicaciones hagan lo suyo con respecto a que la ciudad conozca mis propuestas. Yo no vengo a pedirles, sino a contarles lo que ya hice. Creo que Cartagena tiene que recuperar la dignidad, pues esos candidatos que están sonando representan precisamente la corrupción, la politiquería, las casas políticas, los clanes que parecieran que fueran los dueños de Cartagena. La gente no puede votar por los mismos de siempre, los mismos con las mismas. ¿Qué les hace pensar a los cartageneros que ellos cuando tuvieron la oportunidad de corregir no lo hicieron? Oscuridad y ruido fue lo que dejaron.

Pero ante la realidad de qué hay candidatos con mayor renombre político y barrial, a usted no se le ve en postes o vallas, ¿por qué ha evitado el uso de la propaganda en vallas o postes?

Me parece injusto e irónico ver esos candidatos, que tienen tanto dinero, regalando letras, parques y canchas cuando hay tanta hambre. Poniendo vallas en todas partes con tantos niños aguantando hambre y que no dan espera al 1 de enero cuando alguien se posesione. En contravía, yo prefiero no ensuciar la ciudad, sino alimentar a tantos niños.

Quiero confesarle que inicialmente habíamos presupuestado poner unas vallas para que la gente me conociera, pero el ego hay que dejarlo de lado. Yo prefiero que las comunicaciones me ayuden, pero en vez de gastarme esa plata o si alguien quiere donármela, prefiero ayudar a mantener un comedor comunitario.

Ya tengo varios comedores adoptados: en Isla de León, en Henequén, en la María, en La Boquilla y aspiramos seguir con otros. Una valla que cuesta cinco o seis millones de pesos mensuales, prefiero usar ese dinero para alimentar a miles de niños que solo comen una vez al día. Por eso mi decisión de no pagar por afiches, contaminando a la ciudad, incurriendo en lo mismo que hacen los politiqueros.

Fabio Aristizábal.

Me quedó sonando eso de que combatió severamente la corrupción en la salud...

Esto no se trata de la Ley 100 ni de reformas. El problema del sistema son los actores, la clase política tan enamorada de los recursos de la salud, especialmente en Cartagena. Si yo no intervengo el Hospital Universitario se lo echan al saco los corruptos. Ese hospital era un referente de corrupción y de desangre de lo público desde hace décadas.

Sería bueno preguntarle a Dumek Turbay ¿qué hizo por la salud? Pues fue en su época de gobernador cuando lo intervine y él sabe muy bien quiénes lo tenían capturado, quiénes son los dueños de la salud: la misma clase política que no le importa ni la mortalidad materna ni infantil, y hoy apoyan varias candidaturas buscando un lucro personal.

Aquí todos saben quién se robaba la ESE, quién desangró a Comfamiliar y qué pasó con el Universitario. Esos apellidos siguen protagonizando la política, por eso lo primero que hay que hacer es recuperar a la política de estos personajes.

¿Qué “personajes”?

Populistas y políticos tradicionales que no les conviene transformar nada ni les importa la gente pobre, mientras se enriquecen. Me refiero a las casas políticas que hoy apoyan a los que lideran las encuestas. Me pregunto cómo hacen para tener esa cantidad de recursos si muchos de ellos están desempleados hace cuatro años. ¿De dónde sale tanta plata? Pues buscarán recuperarla luego al ser elegidos.

¿Usted cree que la ciudad se va a recuperar si gana alguien con el respaldo de Juan Fernando Cristo, Roy Barreras y los apellidos locales de siempre? Representarán será a la continuidad, pues ninguno representará a la comunidad ni van a resolver los problemas, mientras siguen embelesando a la gente regalando letras y canchas, intentando acallar sus escándalos y ruidos cuando fueron funcionarios.

¿Por qué renunció al Centro Democrático?

Por la falta de coherencia. Yo siempre he interpuesto el interés de los demás antes que el mío; por ende, yo no podía apoyar a quien combatí en el pasado. El partido me había dado el aval y resulta que las bases locales ya se habían comprometido con otro candidato. Eso no habla bien del partido ni de sus líderes, por eso di un paso al costado para mantener mi independencia.

Por ejemplo, Gina Benedetti hace mucho tiempo se había ido ya para donde Dumek, entonces yo me pregunté si un partido se basa en principios o es un escenario de trámites y negociaciones personales. Hace mucho tiempo que el Centro tiene que hacer muchos ajustes, pues muchos militantes no representan sus valores de fundación.

Por ende, ¿cuáles son los principales ejes de su propuesta?

Cartagena está sobre diagnosticada y hay mucha gente con análisis, prospectivas y propuestas de lo que se debe hacer en pro de su desarrollo; no obstante, no hay gobernanza ni una articulación entre el gobierno, los empresarios y el resto de actores. Por ende, toca convocar y vincular a todos con la injerencia de reinventar las cosas, tal como lo lograron en Barranquilla.

Dau falló porque acá en sus cuatro años no hubo avances en nada. Dígame una sola cosa que vaya bien, todo está destrozado: la salud, la infraestructura, la educación, la seguridad y la movilidad. Cartagena está hecha un desastre, es un basurero a cielo abierto.

Por consiguiente, toca recuperar esa imagen que nos hizo conocidos en el turismo internacional, recuperando la competitividad a través de la autoridad, la gobernanza y la transformación del territorio. Ya los estudios están, lo que falta es ejecutar, gobernar.

¿Y aspira llegar al final o no descarta vincularse a otra campaña con la que tenga afinidades?

Yo voy hasta el final, pues detesto ese estilo de política aspiracional de darme a conocer y luego venderme al mejor postor. Además, hay otras dos formas que odio que son: la del clientelismo, yo aspiro y nos repartimos luego la torta; y la de la fuerza del poder, donde se invierten cantidades absurdas y desproporcionadas de plata para luego desangrar el erario.

Mi estilo de hacer política es inspiracional, esa que se basa en propuestas e ideas concertadas con todos los actores responsables. A mí se me podrán unir los que representen la política que admiro, pero hay muchos que ni tendré como aliados y que yo nunca tocaré sus puertas.

¿Y cómo le ha ido yendo a los barrios llevando estas propuestas en una ciudad con una corrupción electoral tan normalizada y dónde la gente en estas épocas tiene tantas tradiciones politiqueras?

Hemos tenido dificultades en sectores cooptados por un candidato, pero derrumbamos eso cuando me dejan hablar. Cuando la gente me escucha, inmediatamente los conquisto, pues logro hacerles entender cómo seguirá habiendo miseria si siguen vendiendo su conciencia por 50 mil pesos a los candidatos que gastan 20, 10, 5 mil millones de pesos en sus campañas.

Yo no voy a gastar ni mi patrimonio ni lo que hice en una campaña, pues estamos siendo muy austeros y todo lo reportaremos en Cuentas Claras. Hay que recuperar la dignidad y propiciar un mejor futuro.

Si gana la Alcaldía, tendrá que tener a Gustavo Petro de aliado, siendo usted un uribista de racamandaca y hasta hace poco militante del Centro Democrático, ¿cómo será eso?

Soy el único candidato que conoce cómo se maneja desde la Nación el país y soy el único que he tenido un cargo del orden nacional. Entonces sé cómo interactuar con los ministerios, con las agencias y lo mismo con la Presidencia. Petro ganó en democracia, pero no ha habido la suficiente gestión distrital para que venga y conozca de primera mano los problemas de Cartagena. No ha habido ese clic entre el Distrito y el Gobierno nacional.

Dau llegó con teorías, pero no hizo nada en la práctica; y muchos actuales candidatos solo han tenido experiencias municipales y departamentales que no les da para saber cómo se maneja lo nacional. Además, puedo ver a los ojos a cualquier ciudadano porque no tengo pecados que me hagan bajar la cabeza, y sí muchas batallas ganadas contra la corrupción enquistada en Bolívar y Cartagena.

Por último, ¿a qué invita a la ciudadanía a reflexionar en estos meses electorales venideros?

Que los cartageneros son la clave para recuperar la dignidad de esta ciudad. Luego de los saqueos piratas y del Sitio de Morillo, el nuevo saqueo se hace sobre el presupuesto del Distrito. Debemos darle fin a esa tragedia entendiendo que sí hay por quién votar. Debe dar vergüenza esa lógica de que “robe, pero que haga”. Eso es indigno.

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