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Política

“Nunca figuré en las encuestas y fui la alcaldesa”: Judith Pinedo

La candidata a la Alcaldía aseguró que perdonó a quienes la encarcelaron y aseveró que el Palacio de la Aduana “nunca se lo gana el que más plata reparta”.

“Nunca figuré en las encuestas y fui la alcaldesa”: Judith Pinedo

Judith Pinedo, candidata a la Alcaldía de Cartagena. Está coavalada por el partido Alianza Verde. // Julio Castaño - El Universal

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Hace casi cinco meses fue dejada en libertad por la Corte Suprema de Justicia, luego de un largo proceso por la presunta venta ilegal de una franja de playa. Tres meses después, lanzó su candidatura a la Alcaldía de Cartagena, a través del Movimiento “Valientes por Cartagena”. Posteriormente, en su más reciente aleteo el pasado viernes 28 de julio, entregó más de 140 mil firmas que recogió en menos de un mes para oficializar su campaña. Hoy, Judith Pinedo, la Mariamulata, habla sobre los “picotazos” que quiere darle a los problemas de la ciudad.

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“Esa señora después de todo lo que pasó por qué no se queda quieta y descansa junto a su familia, que deje el embeleco de volver a la política que es tan puerca”. ¿Qué le respondería a esta internauta que comentó esto en redes sociales?

Exactamente por eso, porque la política no puede ser puerca. Si yo me quedo en la casa, evidentemente estaré más tranquila y recuperaré un poco a diario de lo que me quitaron en estos dos años de detención. Pero allá, en una hamaca, en un sofá o en una cama, no me concentraré con ninguna película ni con ningún libro pensando que no estoy haciendo nada por las transformaciones necesarias que demanda la ciudad.

Todos tenemos la obligación y yo quiero convertirme en el instrumento para propiciar un acuerdo por la ciudad con todos los sectores para sacarla adelante. “Es mejor encender una vela que quejarse de la oscuridad”, tal como se postulaba en el lema de esa alianza que muchos en Cartagena recordarán: Acción Municipal, aquel que logró la avenida Santander y el aeropuerto Rafael Núñez.

¿Por qué no busca ser la Nelson Mandela de Cartagena? En el marketing político hay una dinámica que se llama el efecto underdog, en donde un candidato despierta simpatías y logra la victoria por mostrarse como una víctima. Sin embargo, usted poco habla de su martirio carcelario y sí de valentía, horizonte, unión de ciudad. ¿Por qué no juega esa ficha?

Admiro profundamente a Mandela y en la cárcel leí dos libros de él; no obstante, él estuvo preso por un delito político y yo fui encarcelada por combatir la corrupción. De él rescato, y me adhiero, esa lógica para salir a construir y no quejarse. A ser gobierno y perdonar a sus verdugos. Ese ejemplo de unir en vez de vengarme es el que aplico a diario. Yo necesito estar positiva y valiente para servirle a Cartagena.

Por otro lado, y en contravía, está el efecto bandwagon: candidatos que por historia política o a través de un gran gasto de recursos y despliegue mediático se muestran como victoriosos antes de tiempo, lo que persuade y arrastra a muchos votantes, pues nadie quiere estar en el equipo perdedor. ¿Qué la motiva a seguir adelante y por qué está segura que será la próxima alcaldesa?

Yo trabajo a diario con respeto a la ciudadanía, yendo hasta el rincón más apartado de la ciudad, transmitiendo un mensaje de que todo el mundo es capaz de tomar buenas decisiones. Ese triunfalismo del que compra voluntades y líderes políticos ya Cartagena ha demostrado que no funciona. Creo que hemos madurado políticamente para elegir de forma independiente.

Además, yo estoy acostumbrada a competir siendo David, pues la vez pasada vencí a un Goliat que era mucho más fuerte. Nunca figuré o gané una encuesta, y le saqué 50, 60 mil votos de diferencia. Yo no voy a renunciar mientras la ciudad sigue estancada en la pobreza, en la desigualdad y donde los políticos llegan a los cargos públicos a enriquecerse.

250

firmas de las 140 mil que Judith Pinedo recabó fueron recogidas por sus excompañeras de prisión, quienes hoy están en libertad.

¿Y cuáles son los ejes de su proyecto?

Estamos invitando a la ciudad a hacer un gran acuerdo por Cartagena, pues eso es primordial para que la ciudad llegue a sus 500 años sin pobreza extrema. Debemos luchar de la mano por convertirla en una ciudad de clase media, con universidad para todos los jóvenes y con la capacidad de atraer talentos del exterior.

¿Quién no va estar de acuerdo con que hay que avanzar con los drenajes pluviales, con la construcción de un aeropuerto nuevo, con que hay que fortalecer el turismo y con apostarle al tema de las energías renovables para afrontar los embates del cambio climático?

La Cartagena que queremos es una tranquila y segura donde todos puedan echar cuento en la puerta de su casa, sentados en mecedoras.

Por otro lado, tenemos ejes de productividad, movilidad y empleo, pero uno de los más importantes es el de reverdecer a Cartagena. La ciudad tiene que ser una ciudad verde, si quiere aguantar los calores, si quiere aguantar el cambio climático. Una ciudad con cero emisiones donde la gente pueda ir en bicicleta desde Nelson Mandela a Bocagrande a través de un corredor verde. Eso se logrará cambiándole el chip a la gente, donde la naturaleza, los animales y la niñez sean lo más importante.

Pero los analistas dicen que al corrupto le interesa que todo siga igual...

A picotazo limpio como defienden las mariamulatas su nido combatiremos la corrupción. Todos debemos asumir responsabilidades para hacer lo que nos corresponde, el Ejecutivo debe cumplir con su Plan de Desarrollo y el Concejo ejercer su control político sin intereses particulares.

Ese contubernio del “yo te doy y tú no te quejas de mí” deteriora la gobernanza. El exceso de trámites y los sobornos son parte de un juego sucio, por lo que es necesaria la modernización completa de la administración. Un gobierno de puertas abiertas que, a través de cámaras, toda la ciudadanía pueda saber lo que pasa en cada despacho, quiénes están reunidos y que se está debatiendo, las 24 horas de los siete días.

La tecnología debe ser aliada para la transparencia de los procesos y contratos, que haya trazabilidad y libres escogencias. Para eso es necesario hacer una muy buena selección de personas, quienes tomarán decisiones y ejecutarán presupuestos.

Usted señala que parte de su independencia se da porque no está comprometida con ninguna lista de candidatos al Concejo y a las Juntas Administradoras Locales, ¿qué opinión tiene de estas instituciones?

Claramente deben refrescarse. Absolutamente. Me duele en el alma cómo el Concejo ha sido capturado desde hace mucho tiempo por verdaderas mafias políticas. La ciudad demanda urgentemente una corporación que haga control político, debata y que esté preparada, aún cuando no haya acuerdos o cercanías ideológicas. Eso fortalece la democracia. Y no es cierto que es imposible gobernar si no se tiene un Concejo amigo o comprado. Eso está mandado a recoger.

Cuando fui alcaldesa logré acuerdos con muchos sectores políticos para no trabar el avance de la ciudad, y ahora le digo a los políticos jóvenes que sí es posible llegar lejos haciendo de la política una actividad ética y decente.

Pero en redes sociales y en cadenas de WhatsApp se habla mucho de una presunta mala gestión cuando usted fue alcaldesa.

Por una sola Cartagena, como se llamó nuestro programa, sacó a 65 mil personas de la pobreza y eso no lo ha hecho más nadie. 17 mil de ellos salieron de la pobreza extrema. Ese programa fue premiado a nivel nacional e internacional. Hay gente que tiene lindas fotos abrazando gente, pero no tienen nuestros indicadores. Bien lo saben en Bicentenario, donde construimos ese macroproyecto de vivienda donde fueron a vivir 250 mil personas. Un cuarto de la población de la ciudad habitando de forma digna casas con jardines, acueducto y alcantarillado y todas las amenidades que un ser humano merece. Además, Bicentenario tiene su megacolegio y su hospital.

En materia educativa invertimos 100 mil millones para los estudiantes y no para la burocracia. Las universidades fueron a los colegios públicos, donde se educaron 13 mil personas. Fomentamos la preparación contextual de los cartageneros en temas como el portuario o el petroquímico para que luego, con un gran acuerdo que hicimos con Reficar y otras empresas, la mano de obra local sea contratada. Muchas de esas personas ahora están en el exterior.

Soñamos la ciudad de manera digna para todo el mundo. En materia deportiva, hicimos muchas canchas, adecuamos el Jaime Morón para el Mundial sub-21 e hicimos la reforma del Estadio de Béisbol 11 de noviembre, hoy Abel Leal. Y puedo seguir, especialmente cómo combatimos la corrupción en sectores tan neurálgicos como la salud.

¿Y el Centro Histórico, cómo piensa rescatarlo de sus actuales problemas?

Lo recuperaremos rápidamente. En cuestiones estéticas y urbanas, se reparará la infraestructura de andenes y se potenciará la iluminación, tal como hicimos con el Parque Centenario, Puerto Duro y La Matuna, rescatados en mi anterior gobierno. Ya el tema de la explotación sexual y el microtráfico, además de combatirse con las autoridades, también pasa por fortalecer la educación y que a la universidad ingrese el mayor número de cartageneros. Si tantos jóvenes en riesgo no tienen oportunidades laborales y educativas, pues se convierten en presas de estas mafias.

Otro ámbito crucial es el turismo. Si tú no tienes una agenda cultural y artística extendida en el tiempo, con eventos todo el año, pues quedas a la merced del turismo de corta estancia. Fortalecer el turismo de larga estancia aumentará la productividad de taxistas, carperos, comerciantes, hoteles, bares y restaurantes que serán aliados importantes para denunciar y perseguir la explotación sexual y la trata de personas.

Judith Pinedo está coavalada por la Alianza Verde.

“Candidata de Dau”; “Ficha de los Araújo”; “La gallina tapada de Petro”; “Tiene un acuerdo con casas políticas tradicionales”...

Yo he sido súper clara en que no he tenido mayor relación con William Dau y han sido pocas las veces en las que hemos estado en el mismo lugar, incluyendo en el listado el día que a mí me liberaron. Yo no voté por él, ni he tenido ninguna injerencia en su gobierno, menos estando detenida dos años durante su administración y en medio de la pandemia.

Sin embargo, debo reconocer que Dau es un hombre íntegro, que no robó ni un solo peso y que su victoria electoral fue de las cosas más impresionantes que han sucedido en la historia política de Cartagena.

No obstante, es machista, misógino y desobligante conmigo que de forma absurda supriman mi historia como mujer en la política, que desde la Universidad ha hecho política y he luchado por Cartagena. Nunca he tenido un puesto por otros o porque mi marido sea gobernante, politiquero o parapolítico, como tantas veces se ha visto. Mi campaña es independiente y no hay ninguna casa, familia o grupo económico detrás.

Es realmente ofensivo que desinformen y quieran vender el paradigma de que Dau usa el erario para financiar mi campaña. Es ofensivo también para con él, quien aunque tenga mis críticas sobre la forma cómo no han ejecutado o invertido los recursos, nadie puede tacharlo como deshonesto.

Luis Carvajalino dice que su candidatura opaca y descabezó la irrupción del liderazgo de jóvenes como Armando Córdoba, José Osorio y Javier julio Bejarano. ¿Qué opina al respecto?

A mí me encanta que estén participando y creo que tienen que llegar al final para darse a conocer. Eso es una apertura política y democrática muy importante, después de viejas épocas donde la cosa solo estaba entre dos o tres candidatos de los mismos partidos de siempre.

En un reciente foro de Funcicar estuvo cerca de William García Tirado, pero ambos aplicaron la Ley del Árbol. ¿Nunca hablará con él?

La verdad es que no lo vi. Pero yo a ‘Rancho solo’ (en la canción Isabel Martínez, de los Hermanos Zuleta, en una de sus estrofas dice: un hombre que está más sucio que un rancho solo se viene a limpiar las uñas con mi honradez), como siempre le he dicho, ya incluso lo perdoné. Yo no estoy para tener escaparates detrás.

¿A qué se compromete con los que van a depositar su confianza en usted el próximo 29 de octubre?

Soy la mejor alternativa para el desarrollo de la ciudad porque la conozco. Ya he sido alcaldesa y con unos muy buenos resultados e indicadores de crecimiento social y económico. La ciudad quedó saneada financieramente y muchas de las grandes inversiones que se han ejecutado en Cartagena en los últimos tiempos fueron hechas en mi administración, como por ejemplo el mercado de Santa Rita, Puerto Duro, la avenida de El Bosque, el túnel de Crespo con su parque lineal o la biblioteca de El Rosedal. ¿Compromiso? Ejecutar obras sin que manos extrañas se roben los recursos, y así mejorarle la vida a los cartageneros con transparencia y eficiencia.

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