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Política

Aumenta el malestar en sectores petristas contra Gustavo Petro

Los “recién llegados”, las reuniones con rivales históricos y ciertos movimientos estratégicos han causado escozor en la izquierda y en sus simpatizantes.

Aumenta el malestar en sectores petristas contra Gustavo Petro

Reunión entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández después de las elecciones. // Colprensa

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“Me dueles, Colombia”. Ese mensaje fue compartido de forma masiva en millones de estados de WhatsApp, publicaciones en redes sociales y en fotos de perfil, el pasado 19 de junio. Como axioma emocional fue utilizado por aquellos que no confiaron en las urnas por Gustavo Petro, quien resultó electo como presidente de Colombia ese día.

(Lea: Los bolivarenses que integran el equipo de empalme de Gustavo Petro)

El mensaje estaba acompañado por un ojo que despedía una lagrima con los colores patrios. La victoria del primer presidente, plenamente identificado con la izquierda, con una votación histórica preocupó a la derecha y a los ciudadanos con temores por el futuro del país, desde una percepción ideológica.

Y es que Petro siempre ha despertado inquietudes en gran parte del país por su pasado en la guerrilla del M-19 y por aquellos nombres que rodearon su triunfo electoral. Además, su percepción de la política y de la economía para muchos es radical y la reestructuración del modelo de país que ha prometido puso a muchos en la cola para sacar pasaporte.

Sin embargo, cesó la horrible noche de la segunda vuelta presidencial, y con los días Gustavo Petro fomentó cierta tranquilidad en muchos que no lo tragaban. ¿Cómo lo hizo?

El acuerdo nacional

Días antes de los comicios, Gustavo Petro le dio la bienvenida a su campaña a nombres como los de Alejandro Gaviria, Luis Gilberto Murillo, Mabel Lara, Cecilia López y Álvaro Leyva. Con ellos, en una última cena de Da Vinci antes del domingo electoral, anunció el gran acuerdo nacional. Con esa propuesta invitaron a todos los sectores y voces para construir país a base de consensos, dejando de lado credenciales partidistas, ideológicas, políticas y sociales.

En su discurso de victoria, el presidente electo Gustavo Petro habló de “las dos Colombias”, propiciando a un “acuerdo nacional” con políticos y empresarios, que no estuvieron en su campaña o que temen a las reformas venideras. Un espacio donde se discutirán “sin líneas rojas” las propuestas, como por ejemplo la exploración petrolera y el modelo económico.

Con este llamado conciliador buscan luchar contra la polarización que tanto temor provoca en los 10 millones de personas que votaron por Rodolfo Hernández. De esas conversaciones emanaron dos figuras que hoy son detonantes del descontento en sectores izquierdistas o cercanos a la campaña Petro presidente.

“Las tensiones en el petrismo se veían venir desde la parte final de la campaña presidencial cuando empezaron a llegar al Pacto Histórico varios políticos tradicionales, muchos de ellos con cuestionamientos. En este sentido, sus bases le reclaman al presidente electo mayor representatividad en el futuro gobierno ya que se sienten desplazados por los “recién llegados”, explicó el docente de la Universidad del Norte, Luis Trejos.

“Empezó el cambio”

Si la cordialidad que se vivió, al caer la tarde del pasado 23 de junio en la Casa de Nariño, en la primera reunión entre Iván Duque, mandatario saliente, y Gustavo Petro, presidente electo, sorprendió a aquellos que esperaban fricciones, interrogaciones y desdén, lo que vino después desató la desazón.

Primero, una reunión entre Petro y su contendiente Rodolfo Hernández en la que primó el diálogo, las sonrisas y la camaradería, logró algo difícil: molestar por igual a la derecha y la izquierda más radicales. Hernández, al salir de la charla, expresó: “Empezó el cambio” y así despertó críticas desde Bogotá hasta Miami, en aquellos que sintieron decepción al sentirse traicionados, a su parecer.

Hasta ahí iba todo bien en las filas de la izquierda, pues el consenso y garantizar la gobernabilidad es sinónimo de sensatez en esas tribunas; sin embargo, la reunión del día siguiente dio rienda suelta a las críticas. Se trató del diálogo ameno entre Petro y el expresidente Álvaro Uribe en aras de encontrar esos puntos comunes que beneficiarán al país, dejando de lado la ideología y la polarización.

Un risueño Uribe aseguró al salir de la cita que la oposición del Centro Democrático será racional y que apoyarían las propuestas positivas dirimidas a través del acuerdo nacional. No obstante, el senador Gustavo Bolívar, uno de los escuderos de Petro en el Pacto Histórico, reaccionó: “Bienvenida la reconciliación, pero a Uribe, solo perdón social. Perdón judicial si va a la JEP. Perdón divino... difícil. No podemos traicionar a las víctimas”. El malestar está inaugurado.

El empalme, un cisma

El proceso de transición entre el Gobierno Duque y el equipo designado por Petro ha provocado ruido en sectores de izquierda que se sienten marginados del equipo empalme y fuera de la baraja de un posible gabinete. Voces de descontento se escuchan en el Polo Democrático y en colectividades similares. Por su parte, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) aseguraron que no fueron tenidos en cuenta en el comité del sector educativo.

“Estamos muy extrañados porque no nos convocaron a la comisión de empalme cuando Fecode se jugó el todo por el todo en esta campaña, nos estigmatizaron, nos maltrataron desde muchos sectores por apoyar a Petro”, denunció Carlos Rivas, expresidente y actual ejecutivo de la Fecode.

Gustavo Bolívar, con respecto a la controversia, tuiteó: “Admiro la generosidad de Gustavo Petro para conformar un gobierno pluralista y de unidad que garantice la paz y la gobernabilidad; pero no olvidemos organizaciones sociales, sindicales, campesinas, indígenas, afro y a la izquierda quese jugó la vida por esta causa”.

En la misma línea crítica se suscribió César Pachón, líder campesino y senador del Pacto Histórico. “Juntarse con todos SÍ. Dialogar con todos SÍ. Construir desde la diferencia SÍ. Pero premiar “traidores” que pescaron en río revuelto, en esa no cuenten conmigo. Perdón, pero hasta ahí llego”, aseguró.

A ese descontento se unieron múltiples voces en redes y varias organizaciones sociales rechazando algunos nombres del equipo de empalme de Gustavo Petro, como los de Gloria Arizabaleta (exesposa de Roy Barreras), Adriana Barragán (esposa de Alfonso Prada), y Ángela Benedetti y Adelina Covo (suegra y hermana de Armando Benedetti). Adicionalmente, en el centro no gustó las designaciones de Sebastián Guanumen, coordinador de la campaña sucia en las elecciones, y del senador de Cambio Radical, Temístocles Ortega, representando a las maquinarias.

El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado y la Alianza Libre de Fracking, rechazaron que el conservador Guillermo Reyes González sea el jefe de empalme del sector justicia del nuevo gobierno. Por eso, grupos de ambientalistas pidieron la salida del empalme del exviceministro del interior y ex magistrado auxiliar de la Corte Constitucional, pues Reyes es abogado de la multinacional minera Anglogold Ashanti (AGA).

“El abogado Reyes intervino a nombre de AngloGold Ashanti durante un cabildo abierto convocado en respaldo de un proyecto de acuerdo en defensa del patrimonio ecológico y cultural en contra de la mega minería metálica”, aseguraron desde el Movimiento Nacional Ambiental, que agrupa a colectivos ciudadanos, indígenas y de activisas por los derechos humanos.

“Esta serie de diferencias muestran la complejidad que tendrá para gobernar. Podría generarse un contexto en el cual la oposición política al gobierno no venga desde sectores opositores sino de la propia izquierda”, precisó el politólogo Trejos.

Y agregó: “Este es parte del costo político que está pagando Petro por lograr gobernabilidad y mayorías en el Congreso. En cierta forma, las molestias públicas de estos sectores evidencian que no hay un mecanismo o canal interno en de la coalición de gobierno para la resolución de controversias, pues en ciertos casos se está priorizando lo técnico sobre lo ideológico, y que si bien el presidente electo es de izquierda su gobierno será de centro”.

Por su parte, Petro expuso a la revista Cambio que: “El objetivo es construir un nuevo clima político. Hay que luchar tanto con el sectarismo de las derechas como con el sectarismo de las izquierdas, porque la polarización es eso. No es que no existan diferencias sino que esas diferencias no se trasmiten a partir del sectarismo. Porque el sectarismo en Colombia lleva a la violencia”.

Para Trejos, Petro está siendo coherente y estratégico. “Necesita crear condiciones políticas para poder gobernar y sacar adelante las bases de lo que será su Plan de Desarrollo”, puntualizó. Esa tesis la propició Petro al expresar: “Si nos aislamos, nos tumban”.

El expresidente Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro. // Cortesía
El expresidente Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro. // Cortesía
Iván Duque y Gustavo Petro
Iván Duque y Gustavo Petro
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