En las elecciones al Congreso del 2006, Germán Vargas Lleras sacó la mayor votación y fue elegido como senador. Tres años después, se lanzó a la presidencia, logrando la tercera mayor votación del país, con cerca de un millón y medio de votos, en los comicios que ganó Juan Manuel Santos. Fue nombrado ministro y en 2014 fue designado vicepresidente de la República.
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Actualmente, la vertiginosa carrera política de Vargas Lleras está truncada, el partido político Cambio Radical, que fundó y que lidera, ha perdido su potencia electoral y no tiene un candidato presidencial. La esperanza del partido, Alejandro Char, uno de sus bastiones en la Costa Caribe, oficializó ante la Registraduría Nacional su aspiración a la Casa de Nariño a bordo de un camión con dos millones de firmas; y el presidenciable que quedaba, ese que está en un limbo político, era el senador Rodrigo Lara Restrepo.
El pasado nueve de diciembre, Lara, mediante una carta, renunció al partido Cambio Radical, lo que dio luz verde a los medios para que dieran por sentado su ingreso al partido Nuevo Liberalismo, liderado por los hermanos Juan Manuel y Carlos Fernando Galán, siendo el primero el candidato presidencial de la colectividad.

La motivación periodística para afirmar el nuevo rumbo de Lara no era descabellada, su padre el exministro de justicia asesinado por el Cartel de Medellín, Rodrigo Lara Bonilla, cofundó el partido junto al también abatido Luis Carlos Galán. Además, el precandidato Galán, expresó en reiteradas veces que la renuncia de Lara al partido de Vargas Lleras era el único escollo para que ingresara al Nuevo Liberalismo.
La comunicación
Las estrategias electorales de Lara Restrepo se han sorteado de manera epistolar. En otra carta dirigida al Nuevo Liberalismo solicitó su ingreso y estos respondieron con un comunicado admitiéndolo como militante bajo términos constitucionales y luego de conversar con el interesado y este manifestar sus propósitos.
En el decálogo dispuesto por el partido, aceptando a Lara, se le avala como militante de sus toldas con plenos derechos y deberes políticos como, por ejemplo, comprometerse a aceptar los procedimientos que establezca el partido para la escogencia del candidato único a la Consulta Interpartidista de la Coalición Centro Esperanza, a celebrarse en las elecciones parlamentarias de marzo de 2022, pero le corta al senador las alas en un sentido.
Uno de los tópicos del documento indica que Rodrigo Lara Restrepo debe abstenerse de asumir vocería a nombre del Nuevo Liberalismo, como dirigente o como precandidato, en tanto se hayan surtido todos los pasos y trámites que formalicen su vinculación al Nuevo Liberalismo. Algo que, según analistas y la prensa nacional, es una incongruencia.
Debates van y debates vienen
En otra carta, fechada ayer 16 de diciembre, Rodrigo Lara Restrepo volvió a comunicarse con las directivas del Nuevo Liberalismo para presentar su descontento por las restricciones y condiciones que le impusieron en su admisión, apelando a su derecho a participar como militante y senador a cualquier contienda electoral.
Dichos obstáculos, como señala, han perjudicado su campaña presidencial. “Ese mismo día (fecha de admisión) se pactó una rueda de prensa para el día jueves 9 de diciembre a las 11 de la mañana para comunicar estas consideraciones y mi campaña. No obstante, la rueda de prensa se canceló y al día de hoy no ha tenido lugar, y mi ingreso extrañamente sigue supeditado a unas decisiones que aún no llegan”, señaló Lara.
“Las citadas disposiciones subordinan mi derecho a expresar libremente mis opiniones y mi derecho a participar en política a unas reglas inexistentes, lo cual es abiertamente inconstitucional, antidemocrático, kafkiano y ofensivamente indignante. Ninguna autoridad de un partido puede silenciar a un militante y menos aún a quien ostenta un mandato popular”, expuso.
Por otro lado, considera Lara, nadie está obligado a cumplir disposiciones contrarias al derecho y que riñen con el carácter democrático de un partido político que recibe financiación de los colombianos. “Solicito, como miembro del Nuevo Liberalismo, que me sean respetados todos mis derechos, sobre todo ahora que la máxima autoridad electoral del país ratificó la posibilidad de que un partido presente a varios candidatos en una consulta de
coalición”.
“Las lamentables condiciones que me he visto sometido, me impidieron participar en los debates televisivos de la semana pasada en dos grandes medios de comunicación, causándome un perjuicio político. El tiempo sigue y no hay un pronunciamiento del partido, mientras las otras campañas presidenciales se fortalecen”, reveló Lara.
Algunas voces de la arena política nacional atizan el ruido alrededor de esta controversia, muchos se suscriben que detrás de todo está el blindaje que buscan darle a la candidatura presidencial de Juan Manuel Galán frente a un competidor en la misma casa. El partido aún no responde al último reclamo de Lara. ¿Qué pasará en realidad?
