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Pa’lante chamos y chamas

Los tequeños y la nueva vida del superviviente de una tragedia

Ronnie Briceño migró a Colombia, donde con esfuerzo y emprendimiento amasó oportunidades para construir un futuro mejor para su familia.

Los tequeños y la nueva vida del superviviente de una tragedia

Ronnie innova con recetas de tequeños que llaman la atención de todo publico. //Foto: Diego Fierro

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La esperanza es el último remanente en los lugares más inhóspitos y los momentos desgarradores a los que cualquiera podría enfrentarse alguna vez. Las tormentas de la vida usualmente golpean fuerte, generando derrumbes en el ser de cada persona y llevándolas a tomar caminos poco comunes.

Ronnie Briceño afirma haber tenido una vida muy tranquila, pero también sufrió muchos de estos derrumbes y se enfrentó a verdaderas tormentas para poder salir adelante, superar el bullying, salvar a su familia y sobrellevar la migración que vivió en varios momentos de su vida.

La tragedia de Vargas generó muchos derrumbes que dejaron más de 30 mil fallecidos. //Foto: Redes Sociales
La tragedia de Vargas generó muchos derrumbes que dejaron más de 30 mil fallecidos. //Foto: Redes Sociales

Convirtiéndose en sobreviviente

Corría el año 1999 cuando Ronnie, siendo un niño, sufrió su primer revés en aquel fatídico diciembre en el que, durante más de dos semanas, las lluvias azotaron el estado Vargas, actual estado La Guaira.

Ahí, en medio de las montañas, Ronnie vivía junto a su madre y sus hermanas. Su vida era tranquila hasta la mañana del 15 de diciembre: toda su familia quedó sepultada bajo toneladas de barro, tierra y rocas traídas por uno de los muchos derrumbes ocurridos en esta zona, en una catástrofe que dejó más de 30 mil fallecidos.

Los momentos inmediatos, tras el deslizamiento de tierra, estuvieron llenos de adrenalina y esfuerzos por sobrevivir. Milagrosamente él, su mamá y sus hermanas lograron salvarse de la muerte. Sin embargo, esa calamidad marcó su vida.

“Esa tragedia nos dejó muy mal. Nos convertimos en damnificados y rechazados de la sociedad. No teníamos casa, no teníamos dinero, lo perdimos todo, así que tuvimos que adaptarnos a vivir en un refugio donde nos hospedaron”, relató Ronnie.

Ahí, entre necesidades y dificultades, Ronnie y su familia vivieron como damnificados, hasta que un tiempo después se les otorgó una casa en Caracas y pudieron retomar su vida sin aparentes complicaciones. También te podría interesar: ‘Pa’lante chamos y chamas’: el eco de las voces que se integran en Cartagena

Vendiendo tequeños Ronnie logra solventar los gastos diarios y brindarle una buena vida a su familia. //Foto: Diego Fierro
Vendiendo tequeños Ronnie logra solventar los gastos diarios y brindarle una buena vida a su familia. //Foto: Diego Fierro

Perdidos y encontrados

Aunque salieron vivos de esta tragedia y comenzaron una nueva vida, la realidad que la familia se encontró fue muy difícil, sin nadie en quien apoyarse, pues el contacto con el resto de su familia, residentes en Colombia, se había perdido junto a sus demás pertenencias en aquel fatídico derrumbe.

Además de estar perdidos en una ciudad nueva y de vivir a su merced, la situación empeoró cuando Ronnie comenzó a sufrir bullying en su colegio y tuvo que irse a vivir con su padre al estado Miranda; conoció a su abuela y ella lo ayudó a crecer, brindandole apoyo y guía a lo largo de la vida.

El tiempo pasó, Ronnie creció, regresó con su madre y hermana, pero entonces tuvo que enfrentar otro embate de la vida: la crisis en Venezuela, que dejó a todos sin recursos económicos, alimentos y un futuro desalentador.

“En ese momento tomé la decisión de salir del país y, cuando le comenté a mi mamá, emprendimos la búsqueda del resto de mi familia en Colombia. No sabíamos nada de ellos desde la tragedia, pero afortunadamente encontramos a alguien que conocía a mi familia y pudimos contactarlos”, contó Ronnie.

Tras el reencuentro, Ronnie migró a Colombia con la esperanza de brindarle un mejor futuro a su familia y se estableció durante un tiempo en casa de una de sus tías, en Cartagena, hasta que consiguió trabajo y se independizó.

“No fue fácil acostumbrarme a este nuevo país, con su cultura y sus costumbres, pero apenas lo hice me traje a mi mamá y a mis hermanas”, dijo. Desde ahí su vida comenzó a mejorar y pudo tener, incluso, su propia historia de amor.

Ronnie y su esposa tuvieron una historia de amor muy curiosa. //Foto: Diego Fierro
Ronnie y su esposa tuvieron una historia de amor muy curiosa. //Foto: Diego Fierro

Entre rechazos, esperanzas y sueños compartidos

Como toda historia de amor, la de Ronnie junto a su actual esposa tuvo sus altibajos, pero culminó en el establecimiento de una familia que hoy significa todo para él.

“La forma en que nos conocimos fue muy curiosa, porque tuve que buscar su número con varios conocidos y, cuando lo hice, ella me rechazó siete veces. Cuando ella aceptó, decidí dejarla plantada y entonces ella entendió que mis intenciones eran serias”, relató Ronnie entre risas.

La siguiente invitación sucedió un 3 de septiembre y ese día significó el encuentro de dos almas que, exactamente un año después, contraerían matrimonió y empezarían un viaje lleno de esperanzas y sueños compartidos.

Uno de esos sueños es seguir desarrollando su propio emprendimiento de tequeños o deditos, los cuales hacen bajo pedido, innovando con recetas y variedades de sabores para todo público, logrando así solventar los gastos diarios y brindarle una buena vida a su familia.

“Ya he logrado mucho desde que llegué aquí, pero desearía tener una fábrica más grande, con un personal al cual yo pueda dirigir y, ¿por qué no?, integrar a otros venezolanos con ganas de salir adelante”, dijo.

Y es que, aunque Ronnie se ha enfrentado a muchas dificultades a lo largo de su vida, también ha logrado transformar su dolor en la motivación que necesita para salir adelante, convirtiendo sus días en una muestra de resistencia, integración y esperanza inquebrantable.

“Hay una frase que me gusta mucho, dice que ‘las tormentas no duran para siempre’, así que toda tormenta que haya en tu cabeza, toda dificultad o momento difícil algún día se va a acabar… solo hay que mantener la esperanza de que algún día las cosas van a ir mejor”, finalizó. Lee también: Opciones financieras para migrantes venezolanos: cuentas, tarjetas y créditos

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