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Pa’lante chamos y chamas

Migró a Cartagena y ahora es lideresa en La Boquilla

Brenquix, quien reside hace seis años con su familia en La Boquilla, ayuda a los más vulnerables y empodera a las mujeres.

Migró a Cartagena y ahora es lideresa en La Boquilla

Brenquix pertenece a uno de los grupos locales de la ONU Mujeres, es vicepresidenta de la Mesa Migratoria Distrital de Cartagena y secretaria de la Asociación Afrodescendiente de Artesanos de La Boquilla.

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De mal en peor iba la crisis económica en Venezuela y Brenquix Tiberio de Iriarte resistía los embates con sus tres hijos y su esposo en la ciudad de Maracay, (Venezuela) hasta que un vecino murió de hambre y, con temor, migró a Colombia con su familia.

Hace ya seis años que llegó y se quedó en Cartagena porque su esposo, además de tener la nacionalidad colombiana, tiene parientes e imaginaron que podrían tener una mejor calidad de vida, pero pasaron de tener un techo propio a dormir en carpas en la playa durante sus primeros tres días en La Boquilla y, luego, de un arriendo a otro.

Brenquix no tardó en interesarse por las problemáticas sociales de su nuevo territorio y empoderarse en favor de los vulnerables, fueran o no sus compatriotas venezolanos, y en especial de las mujeres y niñas.

“Trabajé un año cumpliendo horario. Llegaba de noche, no podía atender a mis hijos, ganaba 25.000 pesos diarios y tenía que gastarme 7.000 en transporte. Era muy duro, muy fuerte. Casi todas las semanas se escuchaba de un caso de violación o explotación sexual a un menor de edad y me involucré en la campaña ‘Somos ojos en todas partes’ con la comunidad, con la Policía de Turismo y con el Consejo Comunitario.

“Me di cuenta de que muchas mujeres eran víctimas de maltrato físico, verbal, moral, económico, y mi mentalidad no me permitía ser cómplice. Quise ayudarlas. Veía cómo niñas de 13 y 14 años pasaban hambre y les brindé ayuda capacitándolas, llamándolas, uniéndolas e incluyéndolas”, narra la mujer ,

Gracias a este liderazgo logró pertenecer a uno de los grupos locales de incidencia (nodo) de la ONU Mujeres, convirtiéndose en la vicepresidenta de la Mesa Migratoria Distrital de Cartagena y la secretaria de la Asociación Afrodescendiente de Artesanos de La Boquilla. También te podría interesar: Podcast: Cuerpos que luchan y almas que resisten, el calvario de una víctima de trata

Brindando oportunidades

Brenquix comenzó a hacerse popular y a ser tenida en cuenta por los boquilleros en medio de la pandemia, cuando convirtió un espacio grande que cuidaba en la playa en un albergue para los ciudadanos venezolanos que fueran desalojados por no tener cómo pagar arriendo.

“Juntos empezamos a hacer ollas comunitarias en las que cada uno salía a recoger desperdicios de fruterías, supermercados, éramos como una familia. Cuatro personas desinfectaban con vinagre los recolectado, a ver qué alimentos nos podían servir, otros salían a pescar e intercambiaban pescado por arroz, pescado por pan, y hacíamos comida para 100 personas. No había un plato específico, salía según lo que obteníamos”, cuenta sobre esa época.

Un nuevo emprendimiento

Un tiempo después dejó su trabajo para irse a trabajar a la playa c

uando un vecino ‘chatarrero’ le dio unas ruedas y tubos para hacer su primer carrito de venta ambulante.

“Los vendedores de la playa no estaban organizados y empecé a asesorarme con abogados. En la Cámara de Comercio me ayudaron a legalizarlos para tener un orden. Los compañeros me enseñaron sobre artesanías y hace tres años tengo el emprendimiento ‘Lilians’, en honor a mi segunda hija”, señala Brenquix.

Este consiste en la comercialización de accesorios artesanales como mostacillas, muranos, canutillos y perlas, con técnicas como miyuki y alambrismo. Asimismo, recamado de sandalias y zapatos, y piezas personalizados.

“Más nunca le trabajé a nadie. Ha sido el sustento para nosotros, e incluso me ha servido para ayudar a mi familia en Venezuela”, puntualiza. Lee también: El grito de auxilio de una mujer migrante maltratada por su pareja

En busca de mejores oportunidades

Brenquix comenta que sus hijos están en búsqueda de mejores oportunidades para crecer profesionalmente y tener un mejor futuro, aunque eso implique migrar de nuevo.

“Mi hija de 17 años es cantante, compositora y quiere ser médico. Ha grabado cinco canciones espectaculares y por más que busco no le encuentro una oportunidad, toco muchas puertas y ninguna se abre”, expresó Brenquix.

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