La recuperación de buena parte de la transversal Barú que en los próximos días se entrega a esta península para conectar a Cartagena con Pasacaballos, Ararca, Santa Ana, Playa Blanca y Barú poblado, así como a hoteles, clubes, condominios y residencias, es una obra que se agradece.
Además de la mejora en la seguridad vial, al pasar de ser una vía de alto riesgo para la comunidades y el ecosistema insular a una escénica, paisajística y segura, que mejora la calidad de vida de las poblaciones del área de influencia directa, se facilita el acceso a residentes y visitantes, pasando de un incordio a un mejoramiento integral de la infraestructura, lo cual causará un positivo impacto socioambiental y de bienestar comunitario.
Esta inversión se suma al paisaje indescriptible que desde Playetas ahora se puede disfrutar, observando sus ecosistemas marinos costeros, para propiciar que los cartageneros y turistas visiten este sitio espectacular natural.
Importante destacar la instalación de las estructuras para redirigir la fauna marina hacia los pasos de protección, lo que hace que esta vía entre a ser parte de las obras sostenibles o ambientalmente amigables, convirtiéndose en otro instrumento de observación paisajístico del único Parque Natural Submarino de la región (Parque Islas del Rosario y San Bernardo), por lo que se cumplió con el Programa de Manejo de Conservación de fauna amenazada y de sitios estratégicos para su ciclo de vida.
Hay que aprovechar el interés que el alcalde, la Secretaría de Turismo y la Corporación de Turismo de Cartagena han puesto en este territorio para que, con el concurso de la comunidad, los operadores turísticos y los condominios cada vez más crecientes, se sostenga el ejercicio de autoridad. Es necesario que propietarios y pilotos de lanchas y yates, y los responsables de restaurantes y otros prestadores de servicios, observen y cumplan las buenas prácticas de manipulación de alimentos, el pilotaje con seguridad y la atención educada al turista.
El aprovechamiento sostenible de las infraestructuras que el actual gobierno distrital ha entregado en la península, singularmente en Playa Blanca y Cholón, implica que los operadores se comprometan en su buen uso y mantenimiento ante la temporada que se inicia, para que haya un óptima oferta de bienes y servicios, ahora con facilidad de acceso a todos estos puntos ecológicos y paisajísticos, todo lo cual demuestra que sí es posible el progreso cuando el gobierno escucha a las comunidades, mostrando hoy un indicador claro de garantía al cartagenero y visitante permitiendo con esta vía un experiencia cómoda, segura y, lo más importante, ofreciendo un espacio armonioso entre naturaleza y turismo pero en forma sostenible.
Gratificante resulta cuando se demuestra que el éxito es posible si gobierno y comunidades son capaces de sentarse y mirarse sin prevenciones, empeñándose en trabajar juntos.
