Tal como se dijo aquí en otro momento, pocos proyectos incumplidos en la ciudad le ganan al traslado del Mercado de Bazurto. Durante años hemos visto pasar diversas iniciativas sin que ninguna se concretara, a pesar de que el asunto deviene de una orden judicial, de esas que parecerían inaplazables, pero que cada administración ha encontrado la forma de tornarla inane.
El traslado del Mercado es una necesidad no solo por lo que supone para la salubridad pública, debido al escaso uso de las buenas prácticas de conservación, higiene y preparación de alimentos, que allí coexisten con la suciedad, el desaseo y demás condiciones que deterioran el ambiente; también por la afectación directa a la movilidad en tanto está ubicado en el ombligo de la urbe, así como lo que implica para los trabajadores formales e informales, quienes tienen que desplegar sus actividades en condiciones de trabajo deplorables, en medio de la mugre, las precarias condiciones higiénicas, el abarrotamiento y el mal olor.
Y no puede olvidarse el malestar que causa a los residentes en los barrios vecinos, como el Martínez Martelo, que tanto padecen por la cercanía con esta plaza de mercado, no solo por el alto flujo de comerciantes y personas que deben usar sus calles para acceder a este; también por la inadecuada disposición de residuos, la inseguridad, la bulla y tantos otros fenómenos sociales.
Hace un mes el alcalde Turbay anunció los planes que tiene su administración para materializar su traslado, señalando que se tiene pensado una central de abastos ubicada a las afueras de la ciudad, dando como opciones los municipios de Santa Rosa de Lima, Turbana y Arjona, y aseguró que invitará a la Gobernación de Bolívar a trabajar para la reubicación de los comerciantes y garantizar infraestructura básica, especialmente vías de acceso y servicios públicos, comprometiéndose a que Bazurto no desaparezca del todo, pues se convertiría en un moderno centro turístico y gastronómico, de la mano con la recuperación de la Ciénaga de Las Quintas, donde se planea construir un muelle turístico que incluya su servicio al transporte público acuático.
La pasada semana la Procuraduría le solicitó a la Alcaldía remitir la relación de instituciones, gremios y personas vinculadas al proceso de traslado del Mercado, incluidos vendedores, comerciantes, trabajadores y comunidades vecinas, con el fin de facilitar consensos y brindar garantías con ocasión del esperado traslado, señalando que su reubicación reviste una importancia estratégica para la ciudad.
Concordamos con el ente de control en que Cartagena necesita “un centro de abastos moderno y articulado con los corredores logísticos, que garantice seguridad alimentaria y permita la renovación urbana”. Esto no será posible si no se incluyen a todos los grupos de interés para la adopción de soluciones concertadas.