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Editorial

El fortalecimiento de las Fuerzas

“La marcha hacia el deterioro de nuestras FF.MM. tiene que detenerse, para lo cual se requiere una decisión determinante de su comandante supremo y que su ministro de Defensa tenga la...”.

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A estas alturas, de lo que estamos viendo que sucede en los territorios con la fallida paz total, la pregunta que prácticamente todos los opinadores se hacen es si las Fuerzas Militares (FF.MM.) cuentan con capacidad para derrotar a los violentos, y si no corren el riesgo de quedar atrapadas en las fauces de una eventual confrontación entre el régimen de Venezuela y quienes estarían dispuestos a derrocarlo.

Las preguntas son pertinentes, pues desde que el comandante supremo de las FF.MM. decidió remover a la mayoría de generales y almirantes, para reemplazarlos con oficiales de menor experiencia, las preocupaciones comenzaron a tener sustento.

Adicionalmente, la disminución de la inversión en armamento, instrucción y mantenimiento mostró que la línea era apostarla toda por una paz de difícil, sino imposible, negociación, lo que haría innecesario destinar ingentes recursos al funcionamiento de las FF.MM.

Los hechos han probado que fue un error elemental; y elemental por cuanto desde los primeros meses del actual cuatrienio saltó a la vista que la propuesta de paz total no tenía la planeación, la visión ni el alcance que la hiciera medianamente factible. La consecuencia natural no era otra que el debilitamiento de las FF.MM. y el fortalecimiento de los violentos, singularmente en territorios donde las siembras de coca tenían vocación de incrementarse.

A partir de allí, la gran mayoría de decisiones que se adoptaron, singularmente bajo el mando del anterior ministro de Defensa, no hicieron sino agravar la proporcionalidad entre el tamaño y la capacidad de las FF.MM., tal y como lo señala Eduardo Pizarro Leongómez en la revista virtual ‘Contexto’, en el que se lee: “... Si nos atenemos a los factores que utiliza el 2025 Military Strength Ranking para su clasificación. notamos que..., se podrían considerar varios de estos elementos para intentar explicar esa diferencia pronunciada entre tamaño y capacidad: el debilitamiento de la capacidad área, la crítica obsolescencia de los equipos de comunicación e inteligencia, aunado a las tensiones diplomáticas que afectan la cooperación internacional, la caída del pie de fuerza, el peso de los gastos en personal (79%) en detrimento de los gastos operativos (21%), el inadecuado modelo de despliegue territorial y, finalmente, la ausencia de coordinación interinstitucional...”.

Los golpes que han recibido nuestras FF.MM. las últimas semanas no pueden ocultar los golpes que éstas han propinado a los violentos; pero la marcha hacia su deterioro tiene que detenerse, para lo cual se requiere una decisión determinante de su comandante supremo (el presidente de la República), y que su ministro de Defensa tenga la capacidad de influir en el ánimo de su jefe. Y cuidar de no implicarse en una eventual confrontación del régimen venezolano con quien pretenda derrocarlo.

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