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Editorial

Cifras positivas y riesgos

“Con esos buenos niveles es deseable que el Banco de la República dé un giro a una senda de más bajas de interés ahora que el peso se fortalece...”.

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Despierta el ánimo la revelación de la inflación en junio, que cerró en 4,82%, la más baja desde octubre de 2021, según el DANE.

Llama la atención que una gran contribución a esta caída, según el gremio de las generadoras de energía, Acolgen, fue la baja en el precio del servicio de energía a los usuarios regulados (los hogares y pequeños comercios), debido principalmente a la fuerte caída del costo de generación de energía, de -23,7%, gracias a la lluvia con su sucedáneo del aumento de la generación hidroeléctrica, la más económica, al pasar los embalses del 44% al 81%.

En similar sentido, la inflación anual hasta junio mostró una corrección importante si se compara con junio del año pasado, que fue de 7,18%, lo que indica una reducción de 2,36%.

Algo similar ha ocurrido con el dólar, como consecuencia de su debilidad a nivel global no sólo por el aumento en los precios del petróleo, sino, y especialmente, por las confusas y agresivas políticas arancelarias del presidente Donald Trump; y las variaciones pueden continuar, estando cerca las decisiones sobre las tasas de interés de la Reserva Federal (FED).

Con esos buenos niveles es deseable que el Banco de la República dé un giro a una senda de más bajas de interés ahora que el peso se fortalece y la inflación ha cedido a niveles mayores de los esperados. Una reducción en las tasas beneficiará la economía, lo que es conveniente de cara a los riesgos que pueden surgir después, si el panorama político o la percepción de los inversionistas nacionales y extranjeros se agrietan debido a la incertidumbre por las pretensiones de romper el orden constitucional por parte del jefe de Estado si persiste en su idea de una constituyente por fuera del marco que prevé la Carta Política.

Hay que animar más la economía, antes de que se profundice la percepción de que pueden empeorar las cosas en la política comercial mundial. No sería deseable dejarse arrastrar por la perplejidad frente a un retorno a la senda inflacionaria producto de la incertidumbre fiscal, un entorno internacional inestable y por la modificación de la Regla Fiscal, máxime ahora, cuando el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) señaló que el Gobierno deberá hacer un ajuste en el presupuesto de $8,3 billones (0,5 puntos porcentuales del PIB) para alcanzar la meta de déficit fiscal presentado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) del 7,1 % del PIB, con unas necesidades de financiamiento de $56,6 billones adicionales (10,7 % del PIB).

La responsabilidad del Gobierno en lograr que el Banco de la República se anime a reducir las tasas de interés dependerá en buena medida del esfuerzo que desde Palacio se haga para disminuir efectivamente el gasto y el endeudamiento; de lo contrario, se incrementarán aún más las primas de riesgo y de financiamiento, lo que limitará la actividad productiva del sector privado.

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