Bolívar es más que una línea en los mapas o una fecha en los libros. Es un territorio con historia profunda, donde comenzó a tejerse, desde 1533, una identidad que sigue viva. Aquel año llegó Pedro de Heredia a estas costas, y siglos más tarde, el 15 de junio de 1857, nacería oficialmente el departamento de Bolívar: un territorio diverso, fértil, lleno de culturas, memorias y sueños. Y hoy, justamente, celebramos sus 168 años de grandeza.
Hablar de Bolívar es mucho más que nombrar un territorio. Es recordar quiénes somos y de dónde venimos. Porque Bolívar no es solo un departamento: es una identidad compartida que se siente en el corazón, se saborea en la cocina, se escucha en la música y se vive en la piel.
Cuando decimos “Soy Bolívar”, estamos diciendo que llevamos en nosotros los saberes de las abuelas, los ritmos del tambor, las historias del río, las manos que siembran y las voces que resisten. Somos los que madrugan a pescar, los que transforman la palma en arte, los que celebran con alegría y luchan con dignidad.
En cada receta de mote, en cada sombrero vueltiao, en cada palabra cargada de acento y de historia, Bolívar se revela como algo íntimo y colectivo a la vez. No es solo el paisaje, es la memoria; no es solo el pasado, es también el presente que construimos entre todos.
Por eso, hoy más que nunca, decimos con orgullo: soy tambor, soy río, soy palabra, soy raíz, soy futuro… Soy Bolívar.
En este cumpleaños número 168 del departamento, el llamado no puede ser otro que a sentir cómo vive en ti, en mí, en nosotros. A seguir creyendo en su inmenso potencial: esta tierra está repleta de talentos, de resiliencia, de gente trabajadora que sueña con un mejor mañana.
Hoy celebramos un Bolívar que avanza, que florece, que se levanta con dignidad y esperanza. Podemos decir que el Estado ha comenzado a llegar con más fuerza a las zonas que por décadas esperaron oportunidades. Regiones como el Sur de Bolívar, tan golpeadas por el conflicto armado, empiezan a sentir la presencia institucional que transforma: más inversión en salud, educación, infraestructura y acompañamiento a procesos comunitarios que reafirman el derecho a una vida digna.
Que este cumpleaños sea entonces una reafirmación de lo que somos y de hacia dónde vamos. Bolívar no se detiene: crece, se reinventa, se enorgullece de su diversidad y se proyecta con optimismo hacia un futuro mejor.
Decir “Soy Bolívar” es reconocernos en la fuerza de nuestras raíces y en la esperanza de lo que estamos construyendo juntos. No es una frase para repetir solo en los aniversarios: es un compromiso diario con la tierra que nos vio nacer o nos abrió los brazos.