Del informe que publicó la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) la semana pasada, denominado ‘Infraestructura a Fondo’, se desprende el desastre en el que se ha convertido el sector de la infraestructura a nivel nacional.
La caída en ese sector se debe a la imperdonable baja ejecución presupuestal, que en lo corrido de 2025 ya va en 7%, con corte al pasado 30 de abril, lo que supone un desplome de 5,2 puntos porcentuales si se compara con lo ejecutado en 2023 y 2024, si se analizan conjuntamente Invías y Aerocivil.
Es inadmisible que solo 8 de los 80 proyectos que componen la inversión en infraestructura de transporte a cargo del Invías, se encuentren por encima del nivel total ejecutado por la entidad, lo cual se concreta en que, entre otros efectos, sólo se han intervenido 7.572 kilómetros de los 33.102 kilómetros previstos para el mejoramiento, el mantenimiento y la rehabilitación de vías regionales y caminos ancestrales.
La economía nacional necesita que el Gobierno se oficie a fondo en la obligación de promover y animar la ejecución de grandes proyectos de infraestructura, no sólo porque son los que mejoran la precaria intercomunicación entre los territorios nacionales; también porque es el sector clave para dinamizar la economía en tiempos de estrechez fiscal como la que atravesamos.
No puede ser que 95 proyectos claves para el desarrollo regional estén en vilo, los cuales se refieren a obras viales neurálgicas para la interconexión nacional, pero también para el intercambio de mercaderías en el comercio exterior, pues se incluyen proyectos portuarios y aeroportuarios.
De hecho, las cifras pudieran ser más desalentadoras de no ser porque varios entes territoriales, entre gobernaciones, distritos y municipios, decidieron emprender obras aún sin contar con recursos del erario nacional.
Es definitivo que, con humildad, el Gobierno acoja las recomendaciones que desde diversas voces le vienen haciendo a las entidades públicas responsables, para superar las dificultades que se observan, como las brindadas por la CCI, tales como avanzar con las aprobaciones y estructuraciones de iniciativas privadas aeroportuarias como El Dorado Máximo Desarrollo, Ciudadela Aeroportuaria Cartagena de Indias (Bayunca) y el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, iniciativas privadas que al no requerir aportes de recursos públicos, dinamizarían la economía sin suscitar presiones fiscales.
Como bien lo ha precisado aquel gremio en distintos escenarios, se requiere avanzar pronto en la declaratoria de importancia estratégica de varios proyectos, lo que permitiría comprometer recursos de vigencias futuras extraordinarias para lograr su ejecución. Es dejar de pensar obtusamente, y más bien en términos lógicos, frente a la importancia del sector de la infraestructura para el desarrollo y el progreso nacional.